“Si digitalizamos en exceso corremos el riesgo de perder la parte social de la clase”

David Calle es ingeniero, profesor e impulsor de Unicoos, el canal educativo de YouTube con más visitas de España –acumula más de 146 millones de reproducciones–. Es, además, miembro del Consejo de Estrategia y Supervisión de Fundación Aquae y nominado entre los diez finalistas al Global Teacher Prize en 2017. En esta entrevista habla sobre cómo las nuevas tecnologías están incidiendo en la Educación. 

¿Qué uso debe hacerse de la tecnología en clase?

—Yo parto siempre del hecho de que la innovación educativa no tiene que pasar exclusivamente porque todos los niños tengan un Ipad en clase. Se puede ser tremendamente innovador con un cubo de agua y un trozo de madera para explicar el principio de Arquímedes. Y en Primaria en particular, prefiero que estén jugando con tijeras, témperas o plastilina antes de estar todo el día con un ipad.

¿Mejor utilizar la tecnología en Secundaria y Bachillerato?

—En esas etapas, la tecnología puede aprovecharse para intentar conectar el mundo real con lo que nuestros alumnos ven en clase, porque a día de hoy son dos mundos completamente distintos y los chavales se sienten totalmente desconectados. En mi caso particular abogo incluso porque puedan utilizar el móvil en clase y que dejemos de convertirlos en máquinas de calcular o memorizar.

¿Es bueno conservar entonces algunos elementos tradicionales?

—A mí hay una parte tradicional de la Educación que me fascina y que creo que no podemos sustituir ni intentar cambiar, que es la relación que existe entre el alumno y el profesor. Para mí eso es clave y si digitalizamos en exceso las aulas corremos el riesgo de que se pierda esa parte social de la clase compuesta por los valores y las competencias que deberíamos tratar de inculcar a nuestros chavales: que sean asertivos, que sepan expresar su opinión, que sepan trabajar en equipo, que tengan espíritu colaborativo…

¿Qué piensa acerca de las políticas de prohibición del móvil en el aula, como la que ha habido en Francia?

—Te contestaría con el caso contrario, y es que en Canadá el uso del móvil está permitido en clase y los alumnos, a los cuales han empoderado y educado adecuadamente desde pequeños, deciden si quieren coger una llamada y ver un whatsapp o prefieren centrarse en lo que están viendo en ese momento en clase. Estoy convencido de que los alumnos en Canadá son responsables y no cogen el móvil para algo que no tenga que ver con la clase. Debemos empezar a tratar a nuestros alumnos como adultos, empoderarlos y enseñarles lo que debe ser un uso responsable del móvil.

¿Mejoran las tecnologías los resultados académicos?

—Consiguen una mayor implicación de los alumnos que pueden empezar a sentirse protagonistas. En mi caso particular, que me dedico a grabar vídeos, me consta que otros docentes y alumnos los usan en su día a día. El vídeo es una herramienta que está sumando muchísimo a la Educación de nuestros chavales. Podemos darle la vuelta a la forma de dar clase a través de la flipped classroom, una manera genial de democratizar el nivel de todos los alumnos ante una determinada lección. La tecnología está ahí para ayudarnos y debemos encontrar la forma en que cada profesor pueda adaptarla a su aula, porque no hay dos aulas iguales.

¿Qué formato de clase recomendaría a un profesor?

—Le diría, para empezar, que no hay fórmulas mágicas para mejorar lo que ocurre en el aula, que lo que le sirve a un profesor en una clase puede no servirle a otro incluso en el mismo instituto, porque los alumnos son diferentes, cada materia es diferente, el entorno es diferente… Dicho esto, animo a todos los profesores a conocer todas las posibilidades tecnológicas a su alcance. De hecho, cada vez está más de moda el término de “competencia digital docente”, a través de la cual un profesor puede ir descubriendo cuáles son las tecnologías que mejor se adaptan a sus alumnos.

¿Están bien formados los profesores en competencia digital?

—Es evidente que hay profesores que están mejor formados en competencias digitales que otros. Deberíamos formarlos bien a todos y reciclarlos en su horario laboral. Tenemos que dotar a los profesores de los recursos necesarios para que sepan adaptar lo que están enseñando a los alumnos de ahora. En nuestra época teníamos que memorizar, calcular, tomar apuntes, pero eso no se corresponde con lo que los alumnos tienen ahora a su alcance. Y debemos enseñar a los profesores a utilizar herramientas tecnológicas para que los alumnos se sientan partícipes de lo que están haciendo y conectemos el mundo real con lo que están viendo en clase. Si no la escuela no tiene sentido.