¿Divertirse volviendo a empezar? Te enseñamos cómo
El mes de septiembre implica el final de las vacaciones de verano… y la bienvenida a un nuevo curso. Si bien esto conlleva cosas que a los más pequeños les hacen ilusión, como volver a ver a sus amigos, también significa volver a madrugar para ir a clase, estudiar, hacer deberes…
Para que volver a empezar no se les haga tan cuesta arriba, desde la Asociación Mundial de Educadores Infantiles AMEI-WAECE han creado un decálogo con cinco consejos para padres y niños.
- Recordar que los padres son el espejo en el que se miran los más pequeños: si ven en ellos una actitud negativa, los niños tenderán a vivir su primer día de colegio con ansiedad, inseguridad y miedos. La familia debe ser la primera que muestre calma.
- Colegios y padres deben ser un equipo: cuanta más confianza y buen ambiente haya entre los centros y la familia, más fácil será la incorporación de los niños a la nueva rutina.
- Prepararse juntos: ¡llegó la hora de meter lápices, bolígrafos, cuadernos y libros en la mochila y echársela a la espalda! Y hacerlo en familia, además de ser más divertido, hace que el proceso sea más fácil.
- El duro momento de escuchar el despertador…: después de unas semanas con horarios mucho más relajados, hay que volver a acostumbrarse a madrugar y a las rutinas escolares. Lo mejor, por tanto, es ir adaptando los horarios de sueño y comidas días antes del nuevo comienzo.
- Cuidar las emociones: cada niño se expresa de forma muy diferente. Padres y educadores deben tenerlo en cuenta y mostrarles su apoyo y ayuda de la manera en que cada uno necesite.
Tanto para el proceso de vuelta al cole como para el desarrollo y crecimiento, en general, del niño o niña, es fundamental comunicarse con ellos.
Y esta comunicación no debe pasar por un simple «¿Cómo te ha ido el día?» y aceptar un «bien».
Para saber realmente cómo están tus hijos o hijas, desde AMEI-WAECE recomiendan hacerles estas preguntas:
- ¿Cuál es la palabra que más ha repetido tu profesor hoy?
- Dime tres momentos en los que hayas utilizado el lápiz.
- ¿Con quién te has sentado en clase? ¿Te gusta sentarte con esa persona? ¿Con quién querrías sentarte, con quién no y por qué?
- ¿A qué has jugado en el recreo y con quién? ¿Hay alguien con quien no hayas jugado y te gustaría?
- ¿Has ayudado a alguien hoy, o te han ayudado a ti? ¿Cómo?
- Si me llamara ahora tu profe, ¿qué me diría?
- ¿Qué harías si fueras tu profe?
- ¿Cambiarías algo de la escuela si el genio de la lámpara te concediera tres deseos?
- Cuéntame algo que te haya hecho reír hoy. ¿Algo te ha puesto triste o enfadado?
Cuando, transcurridas unas semanas, se muestran más tranquilos a la hora de ir al colegio y volver a casa, y los nervios de pasar el día en el colegio se disipan, se puede dar por concluido el periodo de adaptación.