Pautas para un verano en familia más sostenible
En la semana en la que hemos conocido el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, que recomienda una drástica revisión de nuestros hábitos alimenticios [la producción de alimentos genera el 37% de las emisiones globales], Ecoembes ha lanzado un decálogo con sencillos consejos para unas vacaciones más sostenibles.
Se trata, por un lado, de reducir nuestra huella ambiental en vacaciones y, por otro, de poner en práctica lo que se ha interiorizado en las aulas en unos meses que se caracterizan habitualmente por un mayor contacto con el medio natural.
Programas como Naturaliza, cuyo piloto se ha puesto en marcha este curso en la Comunidad de Madrid y que se extenderá ahora a los centros educativos de toda España, sirven para concienciar al alumnado, integrando en el currículo escolar una mirada ambiental. La imprescindible protección del medio ambiente no solo no entiende de parones estivales, sino que este periodo constituye una inmejorable oportunidad para pasar a la acción.
Estas son las recomendaciones de Ecoembes para unas vacaciones en familia sensibilizadas y sostenibles:
- Reducir, Reutilizar, Reciclar. Las 3R deben acompañarnos allá donde vayamos, empezando por unos hábitos de consumo más sostenibles, recurriendo a opciones más duraderas (Reducir). Ecoembes recuerda, además, que el «usar y tirar» no es un buen compañero de viaje. Mejor reutilizar, por ejemplo, el papel de aluminio de los bocadillos. Además, por muy remoto que sea el paraje en que nos encontremos siempre habrá a mano un contenedor amarillo y azul para que plástico, latas y briks y papeles y cartones tengan una nueva vida.
- Basuraleza no, gracias. El abandono de residuos en entornos naturales, la basuraleza, genera importantes daños a la fauna y flora en España. El disfrute de un buen paisaje es más pleno si lo dejamos como lo encontramos.
- Un mar sin plásticos. Ecoembes recuerda que «cada residuo que se nos olvide en estos entornos produce graves consecuencias para los ecosistemas». Si no hay papeleras recomienda ir guardando los residuos que encontremos o generemos en una bolsa para depositarlos en el contenedor correspondiente más cercano.
- Otros medios de transporte. Las caminatas y los paseos en bicicleta no solo son más sostenibles sino mucho más enriquecedores que los medios de transporte a los que estamos acostumbrados durante el año. Y, para trayectos largos, el transporte público siempre es una estupenda opción.
- Cuidado con los grifos. ¿Recuerdas la última vez que viste llover? España se enfrenta a constantes periodos de sequías, como en el que nos encontramos inmersos. Por eso, conviene no dejar los grifos abiertos mientras nos lavamos los dientes o las manos (y arreglar ese grifo o esa cisterna que pierden agua), cambiar los baños por las duchas y emplear el agua de algunas labores de cocina por ejemplo para regar las plantas.
- El sol, mejor que el LED. En verano se impone aprovechar al máximo las muchas horas de luz natural para iluminar los hogares. Y no olvidarse las luces encendidas cuando no son necesarias.
- Para fans de Marie Kondo. Si, además, se saca tiempo para organizar y hacer limpieza, esos juguetes que no se quieren guardar siempre tendrán una mejor vida si se donan que si se tiran en un contenedor.
- Atención a las etiquetas. El verano es un buen momento para comprobar de dónde proceden los alimentos, por el mayor contacto con el medio rural. También, para fijarnos más en que aquello que consumimos es de proximidad y de temporada.
- Él nunca lo haría. Aquella campaña de los ochenta de Fundación Affinity marcó a una generación. Ecoembes recuerda que, si no puedes llevarte a tu mascota de vacaciones, dejes a alguien a su cargo y que, desde luego, nunca te plantees el abandono como una opción.
- Admírala pero no la arranques. Las plantas también son seres vivos que debemos cuidar. El verano es una buena época para aprender, además, que no crecen solas, y que necesitan agua, luz y protección para sobrevivir.