El Bachillerato Internacional: una puerta abierta al futuro
El programa aporta conocimientos que preparan al alumno para los estudios superiores, la vida adulta y su futuro profesional. © GRUPO EDUCARE
El Bachillerato Internacional (IB, por sus siglas en inglés) está más de actualidad que nunca después de que, hace pocas semanas, la Casa Real anunciara que la princesa de Asturias cursará estos estudios en un colegio de Gales. Pero, ¿en qué consiste exactamente este programa académico en auge? ¿Qué ventajas proporciona al alumno? Pasamos a analizar un caso cercano que, después de más de dos años como centro solicitante, acaba de convertirse en Colegio del Mundo IB tras su aprobación por la institución IB, con sede en Ginebra. Se trata del Colegio “Parque”, del Grupo Educare, ubicado en La Navata-Galapagar (Madrid).
Su directora y responsable del Programa Diploma IB, Gema Navarro, explica que se trata de un programa educativo riguroso y equilibrado, destinado a jóvenes de 16 a 18 años, que se imparte generalmente en un curso de dos años y cuyo objetivo es formar a personas con mentalidad internacional. “Constituye una excelente preparación para la universidad y la vida adulta, además de gozar de un amplio reconocimiento entre las principales universidades de todo el mundo”, añade.
Algo en lo que coincide su compañero y coordinador del Programa Diploma IB del centro, Raúl Fernández: “Se trata de una propuesta moderna e innovadora, que intenta adaptarse a una sociedad que está en constante cambio”. Bajo esta filosofía, muchos jóvenes aprovechan la oportunidad no solo para conseguir un buen trabajo en el futuro o montar una empresa, sino también para abrir sus puertas a universidades de otros países. “El principal objetivo es ayudarlos y formarlos para que puedan desarrollar las habilidades intelectuales, personales, emocionales y sociales para vivir, aprender y trabajar en un mundo cada vez más globalizado”, explica Fernández.
¿Qué requisitos debe cumplir un centro para obtener la certificación Colegio del Mundo IB? ¿Cómo es el proceso? En el caso del Colegio “Parque”, han sido dos años en los que el centro ha tenido que pasar por diferentes fases. La primera, presentar la solicitud de manera formal, expresando su interés en formar parte de la iniciativa. Una vez aceptada por parte de la institución en Ginebra, el centro recibió una primera visita presencial, iniciando así un periodo como “colegio solicitante”.
Posteriormente recibió una segunda visita, esta vez de verificación, por parte de dos delegados de la organización, cuyo objetivo fue el de confirmar que el centro mantendría y promovería los principios educativos en los que se basa el programa, así como sus normas de implementación y aplicaciones concretas. Tras esta segunda visita, el colegio recibió finalmente, a principios del mes de febrero, la confirmación oficial y autorización para impartir el Programa del Diploma del IB.
¿Qué ventajas concretas ofrece frente al Bachillerato tradicional? “Los alumnos aprenden a ver el mundo desde diferentes perspectivas culturales y, además, el aprendizaje de otra lengua les ayuda a comunicarse con personas de diversos países”, explica Navarro. En este sentido, la Agencia de Estadística del Reino Unido concluye en un estudio que los graduados del IB gozan de más probabilidades de matricularse en una de las 20 principales instituciones de Educación superior que los aspirantes con otras titulaciones.
El programa tiene un fuerte componente social y fomenta el aprendizaje experimental, más allá del académico
"“Tiene un fuerte componente social”, sostiene Fernández. “Existe una política de honestidad académica muy rigurosa y todos los alumnos están obligados a llevar a cabo iniciativas sociales fuera de las aulas. Fomenta el aprendizaje experimental, no el meramente académico, creando así estudiantes más inquietos y con ganas de aprender”.
El programa se sustenta sobre tres pilares básicos. El primero reúne los llamados requisitos de Creatividad, Acción y Servicio (CAS), que tienen como objetivo de partida estimular un aprendizaje más práctico. En el segundo, los estudiantes deben desarrollar una monografía, un trabajo de investigación independiente que culmina con un ensayo de 4.000 palabras. Su finalidad es estimular el pensamiento crítico y que el alumno adquiera una gran capacidad de expresión oral y escrita, además de saber organizar de manera adecuada sus ideas y transmitirlas con fluidez.
Este objetivo se relaciona con el tercer pilar, donde se trabaja intensamente el desarrollo de habilidades cognitivas, de investigación y comunicación a través de la asignatura Teoría del Conocimiento. De este modo, se fomenta la independencia y se enseña a planificar y administrar el tiempo.
En este sentido, el IB constituye un estudio riguroso e independiente que proporciona técnicas de organización clave para la etapa universitaria y el futuro laboral. Sobre esta base, se evalúa un trabajo continuado en el tiempo, compuesto por diferentes pruebas, presentaciones y trabajos en grupo, prueba mucho más fiel del desempeño del alumno que los exámenes finales. En la misma línea, las asignaturas no se enseñan aisladas. El curso anima a hacer conexiones entre las materias y a convertirse en pensadores críticos y alumnos más eficaces, ayudándolos a prepararse para sus estudios superiores.
“Nuestra misión es que se formen como personas del futuro, integradas en la sociedad, felices y responsables. Capaces de adoptar decisiones libremente y de ser útiles a los demás mediante su ejemplo y colaboración”, sostiene Navarro. Valores que suscribe Fernández: “Por ello, creemos que nuestra visión de la Educación casa a la perfección con los ideales del IB, cuyos principios fomentan la avidez del conocimiento, la solidaridad, la conciencia y la importancia de fomentar el entendimiento mutuo, el respeto intercultural y la solidaridad. Es un proceso que abarca no solo nuestras aulas, sino el proceso de entendimiento y conocimiento que suponen nuestras vidas”.