«Este libro –dice su autor– nació en las aulas y es fruto de mi actividad docente en el ámbito de la lingüística y la literatura. Sin embargo, no se trata en absoluto de un manual universitario o un ensayo convencional; más bien, debe considerarse una colección de observaciones y apuntes lingüísticos en torno a la prodigiosa y casi milagrosa facultad humana del lenguaje. Por esta razón, el compendio se entretiene menos en las teorías comunes que se pueden encontrar en los manuales al uso y más en caminos secundarios, donde he preferido abordar a ensayistas olvidados, eruditos extravagantes, teóricos perdidos, opiniones discutibles y lenguas moribundas.
Cuando los arqueólogos descubrieron miles y miles de tablillas del siglo VIII AEC en las ruinas babilónicas, los filólogos deberían haber intuido que el ser humano tenía una facultad prodigiosa y, quizá, un problema. Desde entonces, las sociedades humanas se han empeñado en una superproducción lingüística imparable. Todo es hablar, decir, escribir, comunicar: el Homo sapiens ha enloquecido con el deseo de expresar y decirlo todo y a todas horas; en este huracán de comunicación histérica, el cerebro humano se alimenta incansable con historias, narraciones, cuentos, mentiras, bulos, información y desinformación. Por tanto, quizá no esté de más curiosear en los comienzos y los avatares de semejante habilidad humana. ¡Nunca nos callamos! Y averiguar de dónde nace esta irrefrenable locuacidad humana, este deseo furibundo de comunicarnos con la verdad, la ficción, la semificción o el embuste, tal vez nos permita abordar las cuestiones lingüísticas y literarias desde un punto de vista más racional y ajustado».