Joaquín Ortega: "Criar y educar de manera consciente es hacerlo disfrutando cada momento de su desarrollo"

Entrevista a Joaquín Ortega, autor de La edad invisible.

 

¿Cómo alguien licenciado en Económicas ha acabado en el mundo de la educación?
En el año 2007 tenía una empresa de dirección financiera junto con unos amigos, pero no me satisfacía y vivía con estrés. Entonces decidí poner fin a esa etapa e irme a Guatemala para participar en un proyecto de cooperación. Allí me di cuenta de que los niños, que vivían junto a un vertedero donde íbamos a repartir comida, jugaban con un palito y estaban contentos, alegres; mientras que los hijos de la gente más rica tenían una expresión más contraída y triste.

¿Fue entonces cuando decidiste montar una escuela?
Sí, cuando llegué a Madrid decidí que quería contribuir a disminuir la presión de las madres, los padres y de la sociedad. Lo quería hacer y lo hice desde el mundo del niño, porque… ¿cuántas proyecciones tienen los niños de nuestra forma de vivir? Prácticamente, todas: los problemas en el trabajo, los problemas de pareja, los económicos, etc. Sin embargo, debemos ser maduros y no proyectarles nuestros problemas a ellos.

«Casi siempre, cuando un niño está en una etapa, el adulto que le acompaña está ya pensando en la siguiente o en su futuro y así no se puede disfrutar ni es fácil criar y educar».

Su proyecto se sitúa en el concepto de crianza consciente.

Adopté este término para definir mi proyecto cuando me di cuenta de cómo cuidamos cuando estamos en nuestro ser, es decir, cuando estamos equilibrados, cuando hacemos cosas que nos convienen y nos gustan. Criar y educar de manera consciente es hacerlo disfrutando cada momento del niño y de su desarrollo, es eliminar y afrontar los miedos del adulto que vienen de las prisas, de las comparaciones y del control. Casi siempre, cuando un niño está en una etapa, el adulto que lo acompaña está ya pensando en la siguiente o en su futuro, y así no se puede disfrutar ni es fácil criar y educar.

«Criar y educar de manera consciente es hacerlo disfrutando cada momento del niño y de su desarrollo»

¿Podría hablarnos de las pedagogías activas?

Hay muchas pedagogías activas como Montessori, Reggio Emilia, Waldorf… Todas se basan en acompañar en lugar de intervenir. Ofrecemos nuestra ayuda al niño solo si lo pide o da muestras de que la necesita. Es una crianza responsable porque nos ocupamos, nos hacemos cargo de nuestra responsabilidad con la criatura que depende de nosotros; y es consciente porque también nos observamos a nosotros mismos y nos cuidamos de no intervenir.

«Acompañamos a nuestro hijo desde su necesidad, no desde nuestros deseos, que vienen formulados por la presión social y le causan sufrimiento».

¿Por qué el título de su libro?
Lo llamo edad invisible porque no vuelve, es una de las más bellas características de la infancia, hay que disfrutar en todo momento y de todo en general. En la sociedad en que vivimos, tenemos mucha presión sobre cómo va a ser mi hijo de mayor, cómo le va a afectar este problema de hoy en el futuro. Y desde ahí, no es. Es solucionar el problema de hoy disfrutando de ese proceso de acompañamiento y no preocuparse por el futuro. Acompañamos a nuestro hijo desde su necesidad, no desde nuestros deseos, que vienen formulados por la presión social y le causan sufrimiento.

¿Qué papel tiene el juego durante la infancia?
Cuando el niño no tiene hambre o sueño, debe estar jugando, de ese modo maneja sus ritmos. Cuando un juego ya se ha acabado, probamos a cambiar a otro; si el juego es muy largo y observamos que necesita una pausa para comer, descansar, moverse en otro entorno… trataremos de facilitarlo desde la observación y el acompañamiento. Cuando es muy pequeño depende físicamente de nosotros, por tanto, los ritmos de comida, sueño, etc. debo tenerlos en cuenta y no permitir que se pase de rosca y acabe alterándose.

¿Y el aburrimiento?

El aburrimiento es muy útil para nuestras criaturas. Cuando está mirando al techo, eso está bien, no debemos intervenir jamás ofreciéndole otro estímulo. ¿Cuántas veces molestamos a un niño para que esté entretenido? Cuando intervenimos sin pensar en ellos, lo que conseguimos es variar el ritmo del niño.

«Cuando tienes un hijo, no puedes dejar de ser persona. Debemos encontrar un equilibrio en nuestra vida entre nuestros seres queridos, nuestro trabajo, nuestra pareja, nuestros afectos o estar con uno mismo…»

¿Qué es el triángulo benéfico del que habla usted?
Es un triángulo equilátero sobre el que debería planear nuestra vida cuando estamos criando y educando a un hijo. En uno de los vértices estaría la familia; en otro el pediatra que hemos elegido; y en el tercer vértice estaría el pedagogo de referencia que también elegimos, y que puede ser perfectamente el tutor o maestro de nuestro hijo. El triángulo benéfico debe estar en equilibrio para que el niño o la niña no sufra.

¿Qué hace diferente El sitio de tu recreo de las otras escuelas o centros de cuidado?
Lo más importante en El sitio de tu recreo es jugar y cubrir las necesidades básicas del bebé con la mayor calidad posible en el momento que lo necesite. Se para todo cuando un niño tiene sueño, hace una deposición o tiene hambre; en lo que no pueden hacer por sí mismos, se les acompaña con calidad. La higiene es muy importante, con respeto; la comida en el centro es ecológica; el descanso es con mantas de lana y un masaje de lavanda en los pies en muchos casos, y siempre respetando el ritmo de cada niño. Y una vez que no necesitan nada, juegan libremente.

¿Y una vez cubiertas las necesidades básicas del bebé?

Escuchamos con atención lo que nos dice la familia y mediante la observación del niño, intentamos que todos los juegos tengan un sentido. Es importante que cada familia se sienta libre en cómo educar a su hijo, respetando también a los educadores, a su propio hijo y al espacio. Hay únicamente unas normas básicas que siempre respetamos: los niños no pueden jugar a más de un juego a la vez, no debe haber dispersión, ni desinterés y el educador debe estar siempre atento. Solo jugamos a lo que sabemos jugar, no tenemos que demostrar nada.

¿Hay muchas presiones sociales entorno a la educación?

Lucho por el bienestar de todos, no permito que ningún educador de mi escuela se sienta presionado, es intocable; como los niños, ningún niño se siente presionado, ni yo tampoco. Intento trasladar esa calma a las familias y el mensaje de que todos somos responsables de nuestras funciones. Los padres delegan su responsabilidad en mí y yo, con esa responsabilidad, actúo. Pueden preguntar todo, intentamos que no tengan dudas, que se queden satisfechos cuando delegan en nosotros.

 

Dislexia en niños: un problema de aprendizaje, no una enfermedad

El niño disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazarlas

 

Por Olga Fernández

Se estima que el 20% de la población vive con dislexia, una dificultad específica en el aprendizaje, pero no una enfermedad ni una malformación. “Un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ningún problema físico, psíquico ni sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo”, define DISFAM, la Asociación Española de Dislexia y Familia que está integrada por familias con hijos con dislexia, adultos disléxicos y profesionales de diferentes ámbitos.

La investigadora Luz Rello, que busca cómo solucionar la dislexia, un trastorno que ella misma padece y que no le ha impedido doctorarse en Informática, pone especial énfasis en denominarlo “problema de aprendizaje”: “Llamarlo “enfermedad” sería asumir que requiere de una cura y que supone algo patológico. Todavía hay mucha incertidumbre sobre el origen de la dislexia y muchos investigadores sugieren que se trata de un cerebro diferente, no de un cerebro que tiene un handicap. Los principales manuales diagnósticos, como es el DSM-V, lo define como un “patrón de dificultades del aprendizaje que se caracteriza por problemas con el reconocimiento de palabras en forma precisa o fluida, deletrear mal y poca capacidad ortográfica”.

Claves del diagnóstico

El problema afecta al proceso de aprendizaje y se encuentra detrás de muchos casos de fracaso escolar. “El principal problema que tiene la dislexia es que no es compatible con nuestro sistema educativo, pues dentro de este, todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo cuál el niño disléxico no puede asimilar ciertos contenidos de materias, como Conocimiento del Medio, porque no es capaz de llegar a su significado a través de la lectura”, se afirma desde DISFAM. Una dificultad que Luis (10 años) conoce bien: “Me da mucha rabia que se me olviden las cosas, siempre me dejo algún libro o la chaqueta cuando me voy a casa, y muchas veces no me acuerdo de apuntar lo que nos dice la profesora en la agenda. Cuando salgo a la pizarra me pongo muy nervioso, porque veo las letras diferentes, algunas las coloco al revés, algunas me las cómo y otras es como si flotaran. Cuando leo en voz alta invento palabras y me salto los renglones. En casa tardo mucho para hacer los deberes y cuando hago el cálculo, por mucho que me empeñe, no me acuerdo de las tablas”.

La sintomatología es muy diversa. Desde la Federación Española de la Dislexia (FEDIS) ofrecen una serie de características que orientan a los padres y educadores a sospechar del problema: en la lectura, el niño confunde letras, cambia sílabas, y sustituye unas palabras por otras, lee sin comprender y al leer presenta repeticiones, omisiones /adiciones de letras o palabras; en la escritura y ortografía, tiene problemas al escribir y en el copiado: hace inversiones, omisiones, adiciones y/o sustituciones de letras y palabras. A menudo la escritura varía pudiendo ser ilegible en algunos momentos. Su ortografía es fonética e inconstante; cometiendo a menudo errores ortográficos. Incluso la manera de tomar el lápiz es diferente, haciendo demasiada presión sobre el papel.

Existen test de cribado para detectar la dislexia, pero tal como señala Luz Rello, “el diagnóstico diferencial solo lo puede realizar un profesional pues hay que medir otros parámetros como el CI o la atención”. Esta investigadora ha creado Dytective, un test que permite cribar el riesgo de dislexia en 15 minutos usando inteligencia artificial, se puede usar a partir de 7 años y es gratuito. También existe la segunda parte, DytectiveU, que contiene 40.000 retos/ejercicios integrados en un videojuego que ayudan a mejorar las habilidades de lectoescritura. Es un juego de ordenador que mejora los síntomas de la dislexia, de manera divertida y sin necesidad de supervisión. El precio de la parte premium de la herramienta (con ejercicios de apoyo) es de 16,5 euros mes, “con ese precio mantenemos el test siempre gratuito y otorgamos becas a las personas que no se lo pueden permitir”.

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Adaptar el aprendizaje al niño con dislexia

La Asociación Española de Dislexia y Familia ofrece una serie de recomendaciones para adaptar el trabajo escolar al niño con dislexia.

-Elaborar un “Taller de Normalización”, para poder explicar en el aula de una forma positiva, en que consiste su dificultad especifica de aprendizaje. El objetivo es empoderar al alumno y poder trabajar la empatía con el resto del grupo, así como evitar malos entendidos y el acoso escolar.

-Permitir el uso del ordenador, así como programas o aplicaciones informáticas especificas (lectores, corrector ortográfico, grabadora, traductor…).

-Respetar la decisión del alumno a la hora de la lectura en voz alta.

-Asegurarnos que ha habido una buena comprensión antes de empezar cualquier tarea.

-Permitir más tiempo a la hora de elaborarlos trabajos o reducir la cantidad.

-Evitar la corrección en rojo.

-Evitar la corrección sistemática de todas las faltas de ortografía.

-Evaluar todas las tareas en función del contenido.

-Permitir el uso de la calculadora y del diccionario.

-Poder elegir el tipo de papel (cuadros, rayas, en blanco…).

-Poder utilizar letra ligada o mayúsculas.

-Poder llevar a cabo tareas, a nivel oral, con mapas mentales o esquemas, programas informáticos…

-Los deberes deben estar adaptados en cantidad y en forma.

-Evitar la copia innecesaria de información de libros de texto.

-Adecuar los libros de lectura a su nivel lector.

-Permitir el poder escribir, subrayar o dibujaren los libros de texto.

-Evitar la copia de la pizarra.

-Dar a conocer las fechas de entrega de trabajos y exámenes con antelación.

-Potenciar una metodología multisensorial en el aula.

-Trabajar los diferentes contenidos de las materias con el apoyo de recursos audiovisuales.

-Revisar el uso de la agenda, como herramienta, poder buscar opciones alternativas.

-Poder llevar a cabo dictados preparados.

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Luz Rello: “El entrenamiento en lectoescritura cambia los cerebros de las personas con dislexia”

Por Olga Fernández

 

Luz Rello fue la primera española en recibir el premio European Young Researchers’ Award y su investigación, centrada en aplicar tecnologías emergentes para la dislexia, ha sido reconocida por numerosos premios incluyendo Ashoka Fellow, Innovadores menores de 35 de MIT Technology Review, Princesa de Girona o el Forbes 30 Under 30 List.

 

Hay estudios de neuroimagen que han detectado alteraciones a nivel cerebral en las personas con dislexia, ¿se sabe con certeza a qué responde o se sospecha?

La neurociencia es todavía una ciencia muy joven y con muchas más preguntas que respuestas. Se han observado algunas diferencias en los cerebros con dislexia, específicamente se han encontrado dos áreas en el hemisferio izquierdo relacionadas con el lenguaje que funcionan de forma diferente en las personas con dislexia. Una es la región temporal izquierda, relacionada con las letras, y otra área parietal especializada en unir letra con sonido. También se ha observado una menor plasticidad cerebral. Pero estos datos no nos hablan del origen de esta diferencia. Lo que sí podemos saber es que el entrenamiento en lectoescritura cambia los cerebros de las personas con dislexia y aumenta la sustancia blanca a la vez que mejora la lectura, lo cual es una grandísima noticia porque implica que gracias a los tratamientos de la dislexia se puede producir un cambio en el cerebro.

Hay casos de niños con dislexia a los que no se les diagnostica hasta los 7 años, ¿no es muy tarde? ¿No se puede diagnosticar antes?

Los 7 años se suele considerar la edad a partir de la cual se debe realizar el diagnóstico «diferencial» de la dislexia. Esto es así porque antes de los 7 años es muy difícil diferenciar si los síntomas de dislexia son debidos a la dislexia o a un ritmo madurativo diferente. No obstante, hay test de cribado (no de diagnóstico) para edades más tempranas, como el test del equipo del catedrático Fernando Cuestos.

¿Qué síntomas suele mostrar un niño con dislexia que pueden pasar desapercibidos para los profesores y los padres?

Los síntomas más comunes en español (en inglés los síntomas son más evidentes porque la ortografía es menos transparente que el español), son la lentitud en la lectura y las faltas de ortografía. Aunque estos síntomas puedan parecer evidentes, en realidad pasan desapercibidos, y a menudo los profesores y padres piensan que se trata de un problema de inteligencia, de atención o de que el niño no se esfuerza lo suficiente. Además, muchos niños con dislexia hacen lo imposible para que su problema no se vea, haciendo aún más difícil su detección. La falta de comprensión de su problema puede acarrear otros síntomas como falta de autoestima, ansiedad o depresión infantil.

Padeces dislexia, por lo que conocerás muchos trucos de aprendizaje que te hayan ayudado a ti y, que a su vez, puedan ayudar a otros niños.

Sobre todo tienes que ser consciente de que en el colegio tienes que realizar un esfuerzo extra, porque cuentas con una dificultad que afecta al formato en el que se realiza la mayor parte del aprendizaje escolar: la lectoescritura. A mí lo que me ayudaba era realizar esquemas visuales. También la técnica Pomodoro, para organizar mis estudios y trabajo, me ha permitido tener un mayor control de mi tiempo. Las personas con dislexia tenemos que aprovechar nuestras fortalezas para compensar nuestra dificultad, y la mayoría de nosotros tenemos fortalezas de tipo visual, por lo tanto es muy útil apoyarse en formatos audiovisuales. Hoy en día existen herramientas informáticas que pueden hacer más leves las dificultades de la dislexia, como son los correctores ortográficos, los lectores de texto, las herramientas de dictado automático y los audiolibros.

Suicidio en menores: cómo prevenirlo y señales de alarma

El suicidio es ya la primera causa de muerte no natural en España. Continúa siendo un tema tabú en la sociedad, y mucho más cuando afecta a menores. ¿Cuáles son las señales de alarma?

Por Terry Gragera

Las cifras de intentos de suicidio y de ideación suicida han crecido entre los adolescentes en los últimos años. A pesar de ello, faltan campañas de prevención y cuesta hablar del tema, pues se piensa, erróneamente, que nombrar al suicidio es algo parecido a “atraerlo”. “Si conseguimos que el suicidio deje de considerarse un tabú, es muy probable que los niños o adolescentes que se lo planteen, pidan ayuda con más facilidad”, explica la Dra. Azucena Díez Suárez, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y responsable del Área de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra.

La etapa de la adolescencia es convulsa emocionalmente y la mayoría de los chicos no saben gestionar lo que les sucede. Son habituales los sentimientos de desesperanza o de agobio, pero ¿cuándo se trata de un aviso de que puede haber una conducta suicida? “Se cree que el que habla de suicidarse no lo va a hacer, y es al contrario. Es un mito falso con el que nos creemos a salvo, pero que nos desprotege”, alerta Diana Díaz, directora del Teléfono ANAR, que atiende de forma gratuita, anónima y confidencial, las 24 horas del día, a niños y adolescentes en situaciones difíciles (Tel: 900 20 20 10). Es de la misma opinión la doctora Díez: “La mayoría de los adolescentes que acaban falleciendo por suicidio han avisado antes, por lo que cualquier alusión al respecto es una señal de alarma que requiere una evaluación”, indica. ¿Qué hacer cuando hay una manifestación de este tipo? “Hay que preguntarles por esas ideas”, aconseja la Dra. Díez Suárez.

“Cuando el menor manifiesta que solo lo pensó o verbalizó en una situación difícil, pero que no tiene ningún plan suicida ni intención, y tiene planes de futuro, es probable que se trate de un modo de manifestar su malestar. Sin embargo, si los mensajes van acompañados de una planificación concreta, no nieta intencionalidad y, además, tiene síntomas depresivos (irritabilidad, apatía, variaciones del sueño o apetito…), el riesgo es mayor”.

Es muy importante que docentes y padres estén muy atentos de las posibles señales de alarma que pueden alertar de que un menor está pensando en el suicidio. Si se producen (no una, sino varias y hay cambios profundos en el menor), se debe consultar inmediatamente con un profesional. Son las siguientes:

Aislamiento social prolongado (diferente a la necesidad de intimidad que se vive en la adolescencia).

Cambios bruscos de comportamiento y/o en el estado de ánimo.

Refugio en las nuevas tecnologías, en las que buscan información sobre cómo morir o cómo autolesionarse.

Estados de tristeza o melancolía muy prolongados.

Autolesiones o intentos previos de suicidio.

Impulsividad y agresividad exageradas.

Verbalizaciones de ideas de desaparición o de menos ganas de vivir.

Ideas muy negativas del presente y del futuro.

Rendimiento escolar muy bajo.

Regalar algunos de sus objetos más preciados.

Escribir cartas de despedida.

 

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La mejor protección

Los expertos coinciden en que el mayor factor protector frente al suicidio es contar con un apoyo familiar sólido. “Para que el niño pida ayuda, tenemos que estar muy disponibles”, recomienda la responsable del Teléfono ANAR. “Esto implica un acercamiento como padres, abrir la vía del diálogo, mostrar la preocupación (‘quiero ayudarte’), validar todas sus emociones para que puedan canalizarlas correctamente y no se sientan juzgados y transmitirles que todos los problemas y situaciones son temporales en la vida, y se les puede buscar solución”, añade. Además, es importante trabajar su autoestima, sus relaciones sociales y procurar que el colegio sea un entorno agradable.

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Constantino Martínez-Orts: “Al enseñar se debe suscitar interés en los más jóvenes”

Por Eva R. Soler

Acercar la música sinfónica a todo tipo de público es el objetivo que Constantino Martínez-Orts se propuso hace diecisiete años y lo ha conseguido. ¿Cómo? Creando una orquesta que interpreta bandas sonoras de cine en un espectáculo que va más allá de lo musical: apasionantes comentarios pedagógicos del director y una espectacular iluminación adentran al espectador en un viaje envolvente en el que no sólo se escucha, si no que se ve y se siente la historia cinematográfica. Más de 200.000 espectadores han disfrutado ya de esta experiencia.

 

¿Cómo surge la idea de crear un proyecto como la Film Symphony Orchestra?

Nace por mi pasión personal por las bandas sonoras de cine. Desde siempre he sido un gran admirador de este tipo de música. De hecho, esta admiración es la que me llevó a convertirme en músico y compositor de cine. Después de acabar mis estudios profesionales en España, me traslado a Londres para realizar un Master en Composición para cine a la vez que combino mis estudios de dirección de orquesta en Estados Unidos. Viajo por Nueva York, Los Ángeles… y descubro, hablamos de hace quince años, que allí, la música de cine se trata con un cariño, con una atención y un esmero como no se hace en España. Así que, cuando regreso, decido crear este proyecto.

La nueva gira arrancó en septiembre del 2019 e incluye más de 50 conciertos por toda España. El regreso a los escenarios responde a la petición de sus fans, ¿cómo se ha producido esa solicitud?

Más de 200.000 espectadores han visto a la FSO en algún momento. Esta legión de fans nos estaban pidiendo que regresáramos a la vez que nos sugerían ideas. Lo que empezó siendo un único concierto en Valencia ha ido creciendo hasta las últimas giras que incluyen sesenta conciertos por toda España y Portugal. En algunas ciudades, la cita anual ha pasado a ser doble y en algunos casos, como por ejemplo en Madrid, tenemos hasta siete conciertos por temporada.

Regreso al futuro, Aladdín, Piratas del Caribe, Amèlie, Cómo entrenar a tu dragón… ¿cómo realiza la selección? ¿Responde toda ella a las demandas de los espectadores?

Tengo muy en cuenta lo que nos solicitan. No obstante, me dejo llevar también por mi criterio. Planteo un viaje en torno al cine y su música, sus bandas sonoras. Intento ser lo más justo posible con la mayor parte de los compositores de género de todas las décadas para que, de alguna manera, todos podamos sentirnos representados.

Es un espectáculo revolucionario e innovador que se representa en un espacio tradicional como son los Auditorios Nacionales. ¿Es una manera de romper barreras, quitar solemnidad a estos entornos y acercar la música de orquesta a todo tipo de público?

Por supuesto. Este proyecto se gesta por diferentes razones. Por una parte, como te comentaba antes, me inspiraron mis viajes al extranjero. Por otra parte, provengo del entorno de la música clásica donde hay un determinado tipo de público muy concreto, con un estatus socio económico y edad elevados. A mi siempre me surgía la duda, ¿dónde están los niños y los jóvenes? A mí, la música siempre me ha fascinado desde pequeño y las emociones que a mí me suscitaron entonces, creo que son universales. Por otra parte, otro de los factores por los que creamos esta orquesta era para liberar y acercar la música sinfónica de orquesta, algo tan viejo por decirlo de alguna manera, al gran público con el cine como hilo conductor.

Y de esta forma, los Auditorios se han llenado de un público que acude disfrazado de sus personajes favoritos y con espadas láser para encenderlas cuando suena Star Wars.

Sí. Tenemos una gran horda de fans amantes de las sagas que nos preguntan si pueden venir a disfrutar del concierto vestidos de Harry Potter, de Star Wars… Si eso les hace feliz y les ayuda a disfrutar más de la experiencia, pues…¡adelante!

Además, hay también una gran labor pedagógica y cada una de las piezas que interpreta la FSO consta de una pequeña introducción por su parte, ¿qué aprende un niño en un concierto de la FSO?

La experiencia de nuestros espectáculos, que no son conciertos sino una experiencia musical en torno a las bandas sonoras, incluye una labor pedagógica. Mis comentarios introductorios pretenden centrar el foco en determinados elementos de una pieza: por ejemplo si hay un solo determinado solo que interpreta un contra fagot (seguro que muchas personas hasta entonces no saben lo que es un contra fagot), el uso que hace un compositor determinado de la cuerda o de la percusión, también cuento curiosidades sobre el director o compositor y su proceso creativo… Al final, de lo que se trata es de que se convierta en una experiencia muy completa. Todo esto junto a la iluminación sincronizada contribuye a que el espectador no sólo escuche al tiburón sino que también puede verlo. De esta forma, llega a todo tipo de público, tanto mayores como niños.

¿Qué opina de la Educación musical que se imparte actualmente en España?

Aunque tengo una opinión un poco sesgada porque no estoy en activo, intentando ser positivo, diría que la Educación musical ha mejorado mucho respecto a lo que era hace treinta años. En este momento, hay metodologías actualizadas que generan experiencias educativas mucho más interesantes que las del pasado o de lo que pudimos escuchar los estudiantes de mi generación, los que ahora tienen 40 ó 50 años. Creo que, afortunadamente, el sector educativo se está dando cuenta de que hacía falta un buen revolcón, una buena autocrítica. Hay que ser conscientes de que se puede enseñar de una forma actualizada, ingeniosa, interesante y que suscite interés en los más jóvenes y, especialmente, en los niños. Sin embargo, las enseñanzas musicales, por lo general, suelen ser bastante tediosas en los primeros años.

¿Cómo se despertó su pasión por la música? ¿Cómo fue su Educación musical de niño?

Yo me enamoro, me quedo flaseado cuando veo la película ET. No voy a decir que me enamoro de la música de cine con ET, pero ese sonido sinfónico de John Williams generó en mí una inquietud y les dije a mis padres que quería estudiar música. Ingresé en el Conservatorio y con pasión y mucho aplicación en el estudio conseguí unos resultados excepcionales. Quise especializarme en música de cine y tuve que irme de España porque en ese momento, hablo de hace más de quince años, no había ningún master de ese tipo.

En ese sentido, desde la FSO organizan los Summer Camp, campamentos musicales infantiles de verano. ¿En qué consisten y qué resultados están obteniendo?

Es un campamento basado en música de cine. Siendo consciente de lo duro que puede resultar estudiar música en las primeras etapas de la vida, pues hay que desarrollar unas capacidades técnicas que requieren la repetición de unos ejercicios mecánicos constantemente, hemos desarrollado una experiencia lúdica para que los niños puedan aprender música de una forma más divertida.

La práctica deportiva ayuda a prevenir la aparición de los dolores de cabeza que sufren 8 de cada 10 niños

Según un estudio realizado por universidades de Bélgica y Países Bajos, la práctica de ejercicio aeróbico se relaciona directamente con la reducción de los episodios de migraña.

 

La iniciativa deportiva y educativa Copa COVAP, promovida por la Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (COVAP), y el Hospital Universitario Reina Sofía (HURS), centro colaborador en la octava edición de este proyecto, advierten que la práctica deportiva de larga duración en la infancia contribuye a disminuir el número de episodios de dolores de cabeza, “una queja muy común que padecen 8 de cada 10 niños antes de los 15 años de edad”, según matiza el neuropediatra Rafael Camino, responsable de la Unidad de Neuropediatría del HURS. Del mismo modo, la frecuencia de la migraña o jaqueca, una de las cefaleas que más afecta al rendimiento diario y que padece el 11% de los menores de entre 7 y 11 años, también se vería reducida gracias al ejercicio físico.

Esta relación entre deporte y dolores de cabeza coincide con las conclusiones de un reciente trabajo de investigación elaborado por diferentes departamentos del ámbito de la salud (Neurociencia, Neurología, Fisioterapia y Otorrinolaringología, entre otros) de universidades de Bélgica y Países Bajos, según el cual la realización del ejercicio aeróbico puede disminuir el número de días en los que se padece migraña, por lo que la actividad física regular se puede utilizar como tratamiento profiláctico con pacientes que sufren esta tipología de cefalea.

“El dolor de cabeza es muy habitual en la infancia, en nuestras consultas de Neuropediatría atendemos diariamente de 3 a 5 niños con cefalea”, señala el especialista doctor Camino. Y es que algunos casos de cefalea y la migraña pueden ocasionar un dolor frecuente e intenso, hasta el punto de afectar al nivel escolar, deportivo y social del niño, por lo que se recomienda “practicar ejercicio dos o tres veces en semana para prevenir o paliar los efectos del dolor de cabeza y poder contar con menos episodios de este tipo”, añade el neuropediatra cordobés.

Las ventajas del ejercicio y sus beneficios sobre la cefalea ha sido el tema principal de la primera sede de la Copa COVAP en 2020, que ha tenido lugar este domingo en el municipio cordobés de Pozoblanco ante la asistencia de mil personas y cerca de 400 niños participantes de edades comprendidas entre los 10 y 11 años de edad. La Copa COVAP es un evento en el que, además de celebrarse partidos en las categorías de fútbol mixto y baloncesto masculino y femenino, un equipo de nutricionistas imparte a los familiares una sesión didáctica sobre alimentación para analizar mitos y verdades de los alimentos, así como información para conocer qué nutrientes son los que mejoran el rendimiento de sus hijos durante el entrenamiento y la competición.

Los equipos Adeba de baloncesto femenino, CB Cabra de baloncesto masculino y Córdoba CF en fútbol mixto han sido los ganadores en sus categorías y representarán a Córdoba en la fase final de junio.

En este sentido, Manuela Pozuelo, responsable del proyecto de la Copa COVAP, ha explicado que “la Copa COVAP, con su eslogan ‘Mucho más que Deporte’, da un paso más en la transferencia de valores positivos, como el respeto, el trabajo en equipo, el compañerismo, la deportividad y el esfuerzo. Este año contamos con la colaboración de diferentes expertos en salud y nutrición que aportarán sus conocimientos para fomentar hábitos de vida saludables y prevenir los principales problemas de la infancia, como la alimentación o el bullying”.

 

La alimentación, un factor complementario al ejercicio para prevenir cefaleas

Desde el HURS inciden en el importante papel que juegan padres y entrenadores que tienen bajo su tutela a niños que son más susceptibles de sufrir dolores de cabeza o cefalea, los cuales tienen la responsabilidad de moderar la intensidad del esfuerzo físico que realizan los más pequeños. Sin embargo, este esfuerzo físico también debe ir acompañado de una dieta sana y equilibrada. Según un estudio del Departamento de Neurología de la Universidad Erciyes de Turquía, la acción beneficiosa del ejercicio sobre la migraña se relaciona con factores neuroquímicos, estados psicológicos y un aumento en la aptitud cardiovascular y cerebrovascular.

Para mantener estables estos parámetros, así como una buena salud cardiovascular, el responsable de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Universitario Reina Sofía hace hincapié en la importancia de llevar a cabo hábitos alimentarios saludables para reducir los episodios de dolores de cabeza, ya que “una alimentación deficitaria puede favorecer las bajadas de azúcar (hipoglucemias) y provocar cefalea”, destaca.

 

Novedades en la octava edición de la Copa COVAP: respeto en el campo

La octava edición de la Copa COVAP no solo se centra en la alimentación, también está enfocada a los participantes, niños y niñas de 10 y 11 años que reciben formación didáctica de la mano de una psicóloga experta con objeto de fomentar conductas de respeto y cooperación para evitar situaciones de acoso escolar.

Esta labor formativa se completa este año con una novedosa batería de acciones relacionadas con el respeto en el campo para recompensar actuaciones que incidan en la consideración hacia el rival o la deportividad. De esta forma, todos los asistentes reciben tarjetas rojas a la entrada de cada sede con diferentes mensajes para sancionar comportamientos fuera de lugar y también se habilita un espacio en el que, a través de unos auriculares que reproducen comentarios negativos e insultos, los familiares de los participantes pueden sentir la presión que muchos árbitros y jugadores sufren mientras juegan. Estas acciones se completan con el Premio ‘Siempre con Respeto’, un trofeo que se otorga a los equipos de fútbol y baloncesto que han tenido un mejor comportamiento durante la jornada deportiva y cuya decisión recae en el equipo arbitral. Los ganadores de este galardón han sido el Alminar las Esclavas en fútbol y el Cordobasket Mini B en baloncesto debido a su deportividad en los terrenos de juego.

Cómo acabar con el insomnio

Los trastornos del sueño son considerados uno de los problemas infantiles más frecuentes. Un estudio consigue reeducar los hábitos de sueño de una niña de cuatro años mediante técnicas conductuales.

 

Por Ana Veiga

 

Buenas noches. La habitación se queda silencio, la oscuridad se abre paso y mientras nos alejamos del cuarto, escuchamos un lejano lloriqueo: ‘papá/mamá, no te vayas, no tengo sueño’. Hay niños para los que la hora de dormir no es un momento de relajación sino todo lo contrario. De hecho, los trastornos del sueño son considerados uno de los problemas infantiles más frecuentes, especialmente desde los seis meses hasta los cinco años de edad.

Los trastornos del sueño, de inicio o mantenimiento, son fenómenos habituales entre el 25% y el 50% de la población infantil, según publican Challamel y Franco (2011). Las formas más representativas son la dificultad para iniciar el sueño y los continuos despertares nocturnos sin la presencia de los cuidadores, que suelen oscilar de 5 a 15 veces por noche. Esta situación, según Estivill (2002), afecta al 30% de los niños que carecen de hábitos ordenados del sueño.

No hace falta decir que dormir es una función fisiológica indispensable a lo largo de la vida, pero quizá sí incidir en que es especialmente esencial en la infancia, cuando establecemos los hábitos que marcarán nuestra etapa adulta. Por eso, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales ha pasado los problemas de sueño a la categoría de trastorno, ya que pueden surgir problemas derivados como la somnolencia diurna, que conlleva problemas conductuales como rabietas y enfados y/o emocionales como ansiedad o depresión.

Mayte no puede dormir

En el estudio Reeducación de los hábitos de sueño de una niña mediante técnicas conductuales de la Universidad Miguel Hernández, la investigadora Gala Márquez-Pérez muestra el caso de Mayte (nombre ficticio), una niña de cuatro años con problemas de insomnio de inicio y el empeoramiento de estos por una carencia de hábitos adecuados. Así que al empezar el estudio, se hizo una exhaustiva entrevista al padre y la madre para conocer a fondo los pormenores de cada desvelo.

Tras finalizar la entrevista, se entregó un registro de observación a los padres donde debían recoger datos sobre la conducta problema en su ambiente natural. El registro observacional recabó información sobre la hora a la que se acuesta y a la que se levanta, las siestas diurnas y las interrupciones del sueño a medianoche – incluyendo las horas y los comportamientos de la niña y los padres-.

Los registros se mantuvieron durante todo el proceso de intervención con el objetivo de tener constancia de los avances. Y ya en la segunda sesión, se evaluaron las actitudes y valores de los padres para tener también en cuenta el estilo educativo. Por último, se administró a los padres la Escala de Trastornos del Sueño para Niños (Bruni et al., 1996) para obtener información sobre la existencia -o no- de problemas fisiológicos del sueño.

Tras analizar el Cuestionario de Perfil de Estilos Educativos, vieron que el de la madre correspondía con un estilo educativo punitivo y el padre con un estilo inhibicionista; ambos estilos educativos se relacionan con retrasos en el aprendizaje de habilidades de autocuidado personal y autonomía. Como consecuencia, la niña presentaba un retraso en el aprendizaje de habilidades sociales y dependencia hacia sus cuidadores. Los datos recabados indicaban también que la carencia de rutinas y administración de hábitos adecuados a la hora de dormir.

Tras el estudio, se marcaron posibles soluciones y metas a conseguir. Como objetivo principal del tratamiento, se planteó la adquisición del hábito de dormir sin la presencia de los cuidadores a través de una jerarquía gradual de pautas para la modificación de las habilidades parentales. Y como objetivos secundarios, querían mejorar los hábitos e higiene del sueño y la reducción de los despertares nocturnos.

“Los padres actuaron como coterapeutas en la intervención con un tratamiento continuado, para lo que se diseñó un programa de entrenamiento a padres en la reeducación de los hábitos del sueño, pautas de control de estímulos y técnicas operantes”, explican en el estudio. Y se reestructuraron las rutinas y las actividades que se realizaban en casa antes de irse a dormir: 1º) Bañar a Mayte, 2º) Ponerle el pijama, 3º) Darle la cena, 4º) Lavarse los dientes, 5º) Leer un cuento, 6º) Darle el muñeco que indique la hora de ir a dormir y 7º) Beso de despedida para dormir.

¿El resultado? La administración de hábitos previos para dormir se consolidó a la semana y media y los padres redujeron su ansiedad. Mayte adquirió hábitos adecuados del sueño y se comprobó la eficacia del tratamiento con la aplicación de la jerarquía, es decir, la aplicación progresiva a las nuevas pautas.

 

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Cuánto duermen los niños

Recién nacido. 16 horas diarias es el tiempo diario estimado de sueño, dividido en de seis a ocho episodios de cuatro horas cada uno. El recién nacido no respeta la noche, despertándose una o varias veces a lo largo de la misma.

  • De uno a seis meses. La duración de los despertares nocturnos va disminuyendo y empieza a dormir de manera continua prácticamente durante toda la noche. Pero en un tercio de los niños en edad preescolar persisten estos despertares nocturnos como consecuencia de una consolidación inadecuada del período de sueño nocturno.
  • De 2 a 4 años. Duermen por la noche unas 10 horas. A esto le sumamos dos siestas habituales que van disminuyendo a partir de los tres años de edad – y suele desaparecer antes de los seis años-.
  • De 5 a 10 años. El sueño alcanza un grado de madurez similar al de los adultos aunque existen diferencias en la cantidad: el número de horas de sueño suele ser 2,5 veces superior al adulto, aunque la proporción de sueño REM es similar.
  • De 7 años hasta antes de la etapa de la adolescencia. No es habitual que el niño necesite dormir la siesta. Si ocurre, lo más probable es que por la noche duerma menos de lo que necesita o que padezca de algún problema durante el descanso nocturno.
  • A partir de la adolescencia. Existe polémica sobre esta etapa vital ya que, por un lado, se cree que el número de horas de sueño disminuye hasta un promedio de 7 a 8 horas. Sin embargo, eso podría no ser suficiente porque se produce un incremento de la somnolencia diurna, lo que ha llevado a pensar que las necesidades totales de sueño no disminuyen sino que aumentan durante la adolescencia.

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Causas del insomnio

Los niños tienen neuronas cerebrales con capacidad de ejercer como “reloj biológico” incluso desde antes de nacer. El control del sueño y de la vigilia está determinado por este reloj biológico, que permite que el niño duerma a ciertas horas y esté despierto a otras. Sin embargo, como explican en el Instituto del Sueño, el funcionamiento de este reloj biológico también se ve influido por muchos factores.

Entre el 25% y el 50% de los niños en edad preescolar y hasta un 15% de niños en edad escolar presentan resistencias a la hora de acostarse, inicio del sueño retrasado o despertares nocturnos perturbadores, según indican los investigadores Daniel y Glaze (2004).

En el insomnio influyen desde factores externos (alimentación, temperatura, ruidos, etc.), pasando por factores orgánicos (infecciones, virus, disfunciones, etc.) y psicopatológicos (depresión y ansiedad) hasta factores madurativos, como explica Francisco Segarra en Tratamiento conductual del insomnio infantil. Asimismo, se debe valorar si hay hábitos inadecuados del sueño y el deficiente manejo ambiental para dormir como un factor propio o agravante del insomnio; o lo que es lo mismo, si la habitación le resulta un espacio cómodo y relajante para conciliar el sueño y si el niño ha establecido rutinas que le ayuden a ello.

Pero ¿cuándo debemos sospechar de un problema en el sueño de nuestro hijo? En el Instituto del Sueño insisten en que “no hay un patrón de sueño homogéneo y lo que necesita un niño no tiene porque ser aplicable a otro”. Sin embargo, en términos generales, “podemos pensar en un problema si le cuesta regularmente conciliar el sueño o mantenerlo a lo largo de la noche”.

Debemos tener presente que, en ocasiones, las causas del insomnio infantil pueden ser médicas. Los problemas de salud más comunes relacionados con el insomnio son, por ejemplo, alergias o dolores – otitis o cólicos son muy frecuentes-. Pero hay más, como la enuresis – popularmente conocido como mojar la cama, es decir, micciones involuntarias- que es, posiblemente, el más estresante de los trastornos del sueño para el niño.

Si buscamos causas médicas del insomnio, podemos hablar también de las enfermedades crónicas como dolores de cabeza, asma, diabetes mellitus, reflujo gastroesofágico o crisis epilépticas, que pueden alterar el sueño de quien lo padece.

 

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Cuando la conducta es el problema

Los estudiosos Challamel y Franco (2011) consideran que entre el 70% y 80% del insomnio infantil tiene un origen conductual relacionado con el comportamiento por el condicionamiento a la hora de dormir o la mala higiene del sueño.

La iniciación del sueño requiere una coordinación de circunstancias biológicas y de conductas aprendidas. Por un lado, la oscuridad y el cansancio del día nos pueden ayudar a dormir y el organismo tiene que estar fisiológicamente preparado para el sueño. Pero por otro lado, las conductas que realizamos en los momentos previos a dormir se acaban convirtiendo en rituales facilitadores del sueño que, cuando faltan, nos dificultan conciliar el sueño. De hecho, con frecuencia el problema del insomnio infantil no se debe a despertarse por la noche, sino a no poder volver a dormirse, debido a que los estímulos que asocian al inicio de sueño no están presentes a mitad de la noche cuando se despiertan (papá o mamá, luz, cuento…).

Pero aunque son los padres y madres quienes pueden ayudar a sus hijos a generar pequeñas pautas que les ayuden a dormir, habitualmente son quienes refuerzan las conductas inadecuadas, ya sea por carencia de normas y pautas o por la incongruencia entre las conductas y acciones de ambos padres. Las estrategias de los padres suelen ir desde la televisión, cuentos y canciones hasta los regaños o amenazas, “lo que revela la necesidad de instruir a los cuidadores de los menores sobre la importancia de la higiene del sueño basándose en una estrategia tranquilizadora y relajante en el ambiente familiar”, explican en el Instituto del Sueño. Por eso, es fundamental como padres y madres ayudarles a crear sus propias rutinas.

El estrés puede ser otra causa del insomnio. Puede generarse por los horarios irregulares, problemas familiares, miedos infantiles o ansiedad de separación. Los niños necesitan de la rutina para desarrollarse y sentirse seguros. Cuando la seguridad se encuentra amenazada, los niños reaccionan mostrando su ansiedad a través del llanto, cambios de conducta y resistencia a dormirse por la noche. Por eso a veces, el problema puede provenir de la existencia de horarios familiares excesivamente irregulares. Sea cual sea el caso, la respuesta de los padres tiene que ser siempre de apoyo y, si es necesario, solicitar la ayuda de especialistas.

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María Moreno: “La mesa de luz es un lienzo en blanco para llenar de creatividad y aprendizajes”

María Moreno, autora de ‘La mesa de luz’, nos da algunas claves para utilizar este recurso creativo que se ha hecho tan popular en los últimos años.

 

Por Diana Oliver 

 

Las vemos en blogs, en redes sociales y hasta en tiendas online de juguetes. ¿Qué es una mesa de luz?

La mesa de luz es una superficie iluminada. Puede ser en formato caja, panel o mesa. Lo importante son los materiales con los que está fabricada -leds y metacrilato- y los materiales con los que trabajamos en ella. Es un lienzo en blanco para llenar de creatividad y aprendizajes multisensoriales.

¿De dónde es originaria la mesa de luz?

Su uso académico proviene del enfoque Reggio Emilia. Es el recurso más conocido del atelier de luz. Lo incorporaron al aula en esta región italiana en los años 90. Este recurso ya se usaba previamente en las artes gráficas. Aunque la pedagogía de la luz incluye muchas más posibilidades como la luz negra, las sombras o el retroproyector.

¿Por qué dirías que la mesa de luz es un recurso interesante en la infancia?

Por su versatilidad para adaptarse a todas las áreas de conocimiento. Por el componente lúdico del aprender jugando, aunque es mucho más que eso. Tiene los beneficios intrínsecos de las pedagogías activas como la motivación en el proceso de aprendizaje, el desarrollo de habilidades motrices, el pensamiento creativo… También destacaría el efecto foco: la luz cautiva, fascina y hace que los niños aumenten sus tiempos de concentración. Bien usado y sabiendo como sacarle provecho es una herramienta pedagógica sin igual para trabajar todas las áreas curriculares: lectoescritura, matemáticas, experimentos, proyectos educativos, artes plásticas… Tanto en infantil, como en primaria. No tiene edad en la que ya no se use.

¿Qué se necesita para jugar en una mesa de luz?

Lo principal un adulto formado para saber cómo usarla. Y tiempo para adaptar propuestas y preparar materiales en relación con los intereses observados. En cuanto a materiales, con muchas cosas que tenemos en casa y DIY apenas hace falta comprar materiales. Luego el niño lo hace todo. Ellos manipulan, combinan, trasvasan, crean y reaccionan con su curiosidad innata ante esa provocación. Acaban y ves esas caras de satisfacción. Por eso siempre digo, que somos los adultos los que nos tenemos que iluminar “con” la infancia. Ellos ponen la verdadera luz en todo esto. Hasta hace no tanto para conseguir una mesa de luz casi que teníamos que fabricarla en casa pero ahora la encontramos en muchas tiendas de juguetes.

¿Moda o evolución hacia otro tipo de recursos?

Ambas cosas. Hay muchas empresas que ven todo esto como un “negocio”. Incluso llegan a poner el apellido Montessori a la mesa de luz cuando son dos pedagogías muy diferentes; tanto en sus principios teóricos como en los materiales específicos. Pero también los padres y educadores hemos tomado conciencia del desarrollo del niño, de sus necesidades. Cada vez hay más expertos y estudios de neurociencia avalando las pedagogías activas y el juego educativo. Cada vez más estamos más formados e informados por un acompañar los primeros años.

¿Son seguras las mesas de luz fabricadas en casa?

Claro, si compramos los leds adecuados y el metacrilato correcto. No vale cualquier cosa y he visto verdaderas barbaridades que atentan contra la salud visual. Con linternas, luces de navidad o contenedores de plástico con papel cebolla como filtro. Los órganos de los niños están en formación y emisiones lumínicas no adecuadas son perjudiciales. Hay una serie de recomendaciones y consejos de uso muy estrictos que hay que cumplir.

¿Qué debemos saber antes de construir una si queremos hacerla bien?

Hay que saber que para que sea segura hay que invertir en leds con CE de unas determinadas características técnicas y en metacrilaro blanco opal. En mis cursos siempre explico que la vista engaña. Puede parecer una mesa bien hecha pero el ojo recibe luz perjudicial.

En tu libro recoges un montón de ideas para utilizar la mesa de luz. ¿Cuáles dirías que son los mitos más habituales en torno a la mesa de luz?

El principal que es un juguete que podemos regalar y dejar encima cosas traslúcidas sin más. Que para sacarle provecho hay que comprar muchos materiales caros es otro de ellos. Que hay niños a los que no les atrae nada. El que falla es el adulto en la observación, preparación y documentación de las propuestas. Todas las áreas de interés se pueden reflejar en ella. Letras, números, puzzles, trasvases, minimundos, piezas sueltas, construcciones, ciencia y mucho color. Por eso muestro un abanico tan amplio y con los beneficios pedagógicos de cada actividad.

¿Cuáles son los mejores materiales para la mesa?

Va a depender de cada niño. Pero lo que siempre recomiendo es un maletín de creatividad con piezas sueltas traslúcidas que esté siempre a su disposición. También lo que nunca falla son los cuentos adaptados. En el libro hago un listado de fondo de armario con objetos cotidianos. Muy low cost. Aunque hay materiales comprados que son muy especiales y reseño, más allá de los típicos bloques sensoriales.

¿Podemos fabricar nosotros en casa nuestros propios materiales?

Sí, por supuesto. Es una de las bases para realmente sacarle provecho. Yo tengo el chip de la luz y veo las posibilidades para crear DIY hasta con envases de comida. Reutilizo muchísimo y así tenemos muchos recursos diferentes para seguir aprendiendo de forma novedosa.

Para alguien que se inicie con la mesa de luz, ¿por dónde le recomendarías empezar?

Por hacer una mesa segura, vuelvo a recalcar porque es lo primordial. Luego depende del ritmo de desarrollo del niño. Aunque sean niños de la misma edad les puede apasionar lo opuesto. Por esto yo no clasifico por edades las actividades. Ideas iniciales las bandejas sensoriales con pasta teñida neón para trasvasar, laboratorio con pipetas para mezclar colores y muchas actividades de dibujo. Esta herramienta educativa permite al niño sacar a la luz sus cien lenguajes de expresión. Es la creatividad luminosa.

Padres y adolescentes: cómo mejorar la comunicación

Todas las etapas de la crianza y la educación de los hijos presentan retos. En la adolescencia uno de ellos es la comunicación.

 

Por Diana Oliver

Las familias suelen temer ese tránsito de la infancia a la adultez que conocemos como adolescencia. La temen, quizás, por lo que escuchan a su alrededor pero también influye en ese temor el desconocimiento que tenemos –en general– de esta etapa; una etapa normal que puede ser tan fascinante como desconcertante. Así lo ve Eli Soler, psicóloga y formadora, especialista en adolescentes, quien insiste en que es muy importante no creerse todos los mitos que hay sobre la adolescencia, ya que esta puede ser una etapa complicada y agotadora a veces, pero también es una etapa maravillosa donde brinda la oportunidad de conectar con los hijos y las hijas de un modo mucho más bidireccional. “¿Qué etapa de la crianza no es complicada? ¿Acaso no lo es la etapa de llantos nocturnos? ¿O la de rabietas infinitas? Cada etapa del desarrollo de nuestros hijos tiene su parte agotadora y su parte divertida, entonces, quizás viviremos mejor la adolescencia si nos fijamos más en la divertida, y recordando que todo llega y todo pasa”, apunta.

 

Escucha y empatía, dos pilares de la comunicación

La comunicación con los hijos es fundamental para construir relaciones sanas basadas en el respeto y la confianza. Ocurre que en muchas ocasiones tendemos a hablar más que a escuchar, lo que se acaba traduciendo en relaciones unidireccionales. Sobre esto señala Eli Soler que lo que más necesitan los adolescentes en esa etapa es ser escuchados: “Podemos conocer mucho a un adolescente escuchando lo que nos cuenta, aunque nos parezca una tontería. Además, cuando un adulto deja lo que está haciendo para escuchar a su hijo o hija adolescente está potenciando su autoestima y estrechando los lazos afectivos entre ambos. También habrá momentos en los que será el adulto el que deba hablar, por ejemplo, para poner normas o límites, pero también en ese momento es necesario escuchar la opinión del adolescente para ayudarle a tomar conciencia de su error y su responsabilidad”.

Comparte esta idea la psicóloga Dolors Mas. Añade la experta que el principal problema del que se quejan los adolescentes es que “sus padres no les saben escuchar” y que, por tanto, sus padres no les entienden. “Es importante hacer una buena escucha de lo que nos cuentan nuestros hijos, prestándoles atención real, valorando sus opiniones, siendo empáticos… Sólo así sabremos comprenderlos”, explica. Además de una buena escucha, es importante no repetir las cosas una y otra vez para evitar el rechazo del mensaje. Según Mas, “los adolescentes se cierran y acaban desconectando de lo que sus padres estén diciendo, por importante que pueda ser”.

Otra de las cuestiones que más influyen en la comunicación familiar es cómo nos enfrentamos a temas que son un tabú en el hogar. Desde la experiencia de Eli Soler, la mayoría de adolescentes y de familias coinciden en que sus conversaciones suelen limitarse a aspectos académicos o del día a día, pero les cuesta mucho hablar de los temas más íntimos y personales. Según Soler, esto ocurre muy habitualmente porque no se ha hablado nunca de esos temas, por lo que han resultado ser temas “prohibidos” para ambos. “Por ejemplo, si cuando nuestro hijo o hija eran pequeños nosotros cambiábamos de canal cada vez que salía una escena con contenido sexual en lugar de contextualizar esa imagen, el mensaje que dábamos era que ese tema no se habla en casa. Es muy complicado entonces esperar que en la adolescencia, etapa donde precisamente quieren tener más intimidad e independencia de sus padres, se hable sobre sexo. Y esto también pasa con otros temas como las drogas o el alcohol. Debemos aprovechar las oportunidades que nos brinda el día a día para hablar desde la infancia de cualquier tema con nuestros hijos con naturalidad”, señala la psicóloga.

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Las claves para comunicarnos con los adolescentes

Para poder establecer una buena comunicación entre padres e hijos debe existir un ambiente de confianza familiar. Hay una serie de recomendaciones que podemos tener en cuenta para tejer ese clima de confianza y lograr así que la comunicación fluya entre todos los miembros:

  • En primer lugar, Eli Soler considera que no se debe forzar la situación. “Con adolescentes es mucho mejor dejar que sean ellos o ellas que marquen el ritmo, pero mostrarnos siempre abiertos a mantener esa comunicación. Los adolescentes necesitan saber que tienen su propio espacio, pero a la vez que si necesitan al padre o madre pueden contar con su apoyo”, explica.
  • Otro aspecto importante para la psicóloga experta en adolescencia es el de respetar sus opiniones y su individualidad. “Durante la adolescencia los chicos y chicas van formando su propia identidad, y los adultos debemos respetarla, dejar que se encuentren a sí mismos y que, a veces, se equivoquen. Precisamente esa experimentación –y los errores– son su base de aprendizaje”, cuenta.
  • Para Dolors Mas es importante no ignorar la actitud del hijo o la hija por temor a la discusión. “No todas las conductas pueden ser ignoradas. Muchas veces pasamos por alto cuestiones muy importantes que requerirían una larga conversación con nuestros hijos e hijas y nos detenemos en otras tan nimias como dejarse una luz encendida, por ejemplo”.
  • Por último, considera Eli Soler que a veces hay que ejercer un poco de “detectives” para leer entre líneas y aprovechar bien las situaciones comunicativas. “Si un adolescente llega a casa de mal humor no es un buen momento para intentar empezar una conversación. En cambio, si de repente viene hacía nosotros y nos cuenta anécdotas suyas de forma espontánea, es buen momento para, como quien no quiere la cosa, aprovechar para hablar sobre algunos temas importantes, como el instituto o las amistades”.Añade Dolors Mas que cuando no se elige el momento adecuado la conversación acaba convirtiéndose en otro de los muchos “sermones” de mamá o papá, lo que resulta totalmente ineficaz.

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Escuela de padres 3.0: Educar en el silencio

Estamos educando a nuestros hijos bajo el lema de que más es mejor, pero es muy alto el precio que debemos pagar si damos más valor a la cantidad que a la calidad. No disfrutaremos de las cosas ni de las situaciones ni de las personas si siempre estamos corriendo, pasando de una cosa a otra… Vivimos en un mundo hiperacelerado donde todo va deprisa. No dejamos que nuestros hijos se detengan a observar una flor o un insecto. Al segundo ya les estamos empujando: ¡Venga, vamos, que no llegamos! Y esto tiene consecuencias.

 

Por Marta Prado Bullido y Óscar González

Como destaca Alicia Banderas “los niños ya poseen el deseo de conocer y asombrarse por las cosas que nos rodean, solo hay que facilitarles las oportunidades para descubrir el entorno por sí mismos”. Pero ¿realmente les permitimos que lo descubran desde la calma y la tranquilidad? Difícil si caemos en la vorágine de este mundo de prisas que no se detiene. Somos los adultos los que transmitimos a los niños esa ansiedad por pasar de una cosa a otra, por pensar que no tenemos tiempo, que todo lo que hacemos es verdaderamente urgente, etc. Somos los adultos los que les transmitimos nuestro estrés, nuestras prisas y nuestras urgencias… ¿por qué no lo cambiamos?

Fruto de no dedicar tiempo a parar, a detenernos, es la sobreestimulación a la que están sometidos nuestros hijos. Y nuestro objetivo como padres y educadores debe ser ofrecerles la oportunidad de “conectar consigo mismos”, pues el ser humano crece de dentro hacia afuera y no al revés.

Una planta necesita espacio para florecer; si no lo tiene, su crecimiento se ve dificultado. Nosotros no somos distintos. Para aprender y crecer precisamos de espacio. Cuando nos damos cuenta de ello tomamos conciencia de la necesidad de crear espacio para nosotros.

Ahora bien, ¿cómo podemos hacerlo? Muy sencillo, pero a la vez muy complicado porque no estamos acostumbrados a ello. Podemos crear espacio a través del silencio. Como destaca Tal Ben-Shahar “si llenamos todos los momentos de la vida de sonidos, no podemos descubrir nuestro potencial”.

Y por eso nos cuesta tanto, porque hemos sido educados con la distracción de estímulos externos, aparatos de música, televisión, etc. Y ahora nuestros hijos tienen muchísimos estímulos más (smartphones, tablets, etc.) que les ponemos delante para que produzcan un efecto hipnótico y tranquilizador consiguiendo el efecto contrario, una hiperestimulación. Por eso es necesario que eduquemos a nuestros hijos para que aprendan a vivir y abrazar el silencio. De esa forma aprenderán a saborear cada minuto de su existencia.

No nos engañemos; vivimos en un mundo adicto al ruido. Los niños necesitan música para hacer los deberes, las familias necesitan la televisión de fondo cuando se sientan a comer o cenar… ¿de verdad todo esto es necesario? Como destaca Robert M. Pirsig “el ruido se ha convertido en un elemento tan importante en la vida que cuando no está presente, lo ansiamos” pero “cada vez hay más estudios que apuntan al alto precio que hay que pagar por esta estimulación constante del oído. El silencio es necesario para aumentar la creatividad, tener una conexión más intensa y profunda con el entorno y con nosotros mismos, tener un mayor desarrollo físico y mental y niveles superiores de felicidad“. ¿No te parece interesante? Vaciemos la vida de nuestros hijos de ruidos y llenémoslas de silencios.