El director del PISA ofrece las recetas del éxito académico
Autor: José María de MOYA
El pasado viernes, día 14, la Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza (Acade) celebró 25 años de existencia. A pesar de representar a colegios tildados a menudo de elitistas desde posiciones de izquierdas, no faltó ni uno a la fiesta del carismático Jesús Núñez, presidente y líder indiscutible de la Asociación desde hace 11 años. Así, vimos entre otros al PSOE representado por Adolfo Navarro y a la Federación de Enseñanza de CCOO, con Fernando Lezcano al frente.
Sin duda, el plato fuerte de la jornada corrió a cargo del director del citado y controvertido Proyecto PISA de la OCDE, Andreas Schleicher. Recordamos que este proyecto presentó hace más de un año los primeros resultados de la evaluación realizada entre estudiantes de 32 países. Se pretendía determinar el nivel de rendimiento académico (sobre Lengua, Matemáticas y Ciencia) que proporcionan los distintos sistemas educativos de los países desarrollados.
¿Cómo quedó España? Pues más o menos en el centro de la tabla, lo que invitó a muchos a concluir –también a este periódico– que el sistema Logse genera un enorme porcentaje de alumnos “mediocres”: todos saben poco, pero todos saben lo mismo. Como suele pasar en estos casos, los datos del proyecto PISA fueron interpretados por Gobierno y oposición a su manera, y tal vez por eso, el presidente del Consejo Escolar de Madrid, José Luis García Garrido, acertó al sentenciar en la presentación del investigador alemán que “los principios en los que uno cree siempre están por encima de los datos”.
Pero todo esto ya se sabía. Ahora Schleicher quería dar un paso más y ofrecer las recetas para lograr el rendimiento académico, sin perder la equidad educativa, que han logrado países como Finlandia, Suecia, Corea, o Canadá. ¿Qué tienen sus sistemas educativos para que los estudiantes sean los primeros de Europa y, al mismo tiempo, no se hayan generado desigualdades?
El recetario
Tres fórmulas ofreció este matemático alemán:
1. El grado de autonomía y de libertad de los centros determina el nivel de rendimiento de los alumnos. “Los niveles de libertad de que disfrutan los colegios españoles [especialmente se refería la escuela Pública] son muy bajos y hay que darles libertad para que puedan decidir el clima de aprendizaje, adaptar sus currículos, y gestionar sus propios recursos”, explicó Schleicher.
2. Otra de las claves, según este investigador, consiste en “disponer de buenos mecanismos de evaluación de calidad interna”. En este sentido, insistió en que dar libertad de gestión al centro conlleva la posibilidad de exigir resultados. Y criticó el hecho de que todavía en muchos países la responsabilidad de los resultados académicos de los alumnos recaigan sólo en éstos y no sobre el centro. También la ministra de Educación Pilar del Castillo, encargada de inaugurar la Jornada, se refirió en su intervención a la importancia de someter a alumnos y a centros a diversos sistemas de evaluación.
3. Finalmente, Schleicher destacó, como llave del rendimiento académico, la capacidad de motivar al alumno, que “es la manera de dar continuidad a la educación”.