La enseñanza pública aprueba un 9% menos que la privada
ven la luz los datos
de Selectividad por centros de la universidad más
grande de España, la Complutense de Madrid.
El análisis de los resultados de Selectividad por centros de la Universidad Complutense de Madrid muestra que existen significativas diferencias tanto en nota media como en porcentaje de aprobados entre la pública y la privada. Aunque tal y como quedaron los niveles de la Educación pública madrileña tras la etapa Villapalos, casi sorprende que las diferencias no sean más altas.
Y no lo son porque la Complutense tiene adscritos a los centros de la mejor zona de Madrid, la residencial del oeste, aparte de muchos centros prestigiosos del centro de la capital. Al menos, algo se puede intuir al comparar los resultados de uno de los municipios más populosos del cinturón sur de Madrid, Móstoles, donde los resultados están a más de 10 puntos de distancia de las localidades con mayor renta per cápita.
De hecho, las líneas generales coinciden con los datos que sobre fracaso escolar en la ESO ha llevado a cabo MAGISTERIO en los últimos meses: que los peores resultados del sistema educativo se dan en la enseñanza pública y en aquellos municipios con menor nivel sociocultural y económico.
Pero también indican otras cosas: por ejemplo, que la enseñanza privada no sólo no “infla” las notas del expediente –de lo que ha sido reiteradamente acusada, probablemente porque un puñado de academias lo hacen–, sino que las diferencias entre la nota de Selectividad y la media del expediente es menor por un par de décimas en privados que en públicos.
Datos incompletos
Otro de los problemas para poder conocer cómo está realmente la situación se halla en la misma estructura de los datos estadísticos diseñados por la Logse: faltan los alumnos matriculados para saber qué grado de selección realiza cada red educativa. Pero para hacerse una idea basta con acudir a los resultados de Bachillerato publicados recientemente por la Inspección de Madrid: las cifras ponen de manifiesto que, mientras que la enseñanza privada aprueba al 82% de los alumnos, la pública tan sólo pasa al 57%.
Mientras esta situación se perpetúa en el tiempo, mientras cada generación de alumnos va rindiendo su tributo al fracaso, la enseñanza pública busca enemigos fuera de ella, sin mirar hacia el sistema que ha expulsado a los mejores alumnos de los institutos, hacia el sistema que no es capaz de reducir las diferencias socioeconómicas, hacia un sistema cada vez más inoperante.