Madres educadas, bebés más sanos
Autor: Marta SERRANO
El Estado Mundial de la Infancia 2004, recientemente presentado por Unicef, es el informe de referencia anual sobre la situación de los derechos de los niños. En esta ocasión se incide especialmente en la situación preocupante de las niñas con respecto a sus homólogos del sexo masculino. De hecho, mientras los telediarios y los titulares de prensa informan de los nuevos casos de violencia doméstica nada más estrenarse el año, como el ocurrido en Palma de Mallorca, el informe revela que más de la mitad de los 121 millones de menores sin escolarizar a día de hoy son niñas.
Desde Unicef se subraya la relación entre ambos factores y, sobre todo, se incide en el efecto multiplicador de invertir en la Educación de las niñas.
Efecto multiplicador
Según el estudio de esta organización internacional, que compara datos de todos los países, invertir en la Educación de las niñas supone una mejora en el desarrollo económico de un país, ya que cuando aumenta la tasa de matriculación de la niñas en la escuela Primaria, también lo hace el producto interior bruto per cápita. Los países que no consiguen alcanzar una paridad en materia de género en la Educación sufren un aumento en el costo de sus actividades de desarrollo y pagan este fracaso con una reducción en el crecimiento y en los ingresos. Asimismo, los beneficios de la formación del sexo femenino recaen también en las generaciones venideras, ya que los hijos de las mujeres que han recibido una Educación tienen más posibilidades de acudir a la escuela. Así, cuanta más Educación recibe una mujer, más probabilidades hay de que sus hijos se beneficien de ello.
El efecto multiplicador se amplía también a otras esferas al margen del sistema educativo. Las niñas que van a la escuela tienen más posibilidades de protegerse contra la enfermedad, incluido el VIH/SIDA; tienen menos probabilidades de caer en las redes de tráfico de seres humanos, o en la explotación como trabajadoras, y son menos vulnerables a la violencia de todo tipo.
Familias más sanas
El informe revela además que las madres educadas tienen hijos más sanos y mejor alimentados. Cada año de Educación de la madre reduce la tasa de mortalidad de menores de cinco años entre un 5% y un 10%, así como la mortalidad de las propias mujeres.
Según el presidente de Unicef en España, Francisco González Bueno, el tema central del informe sobre el Estado de la Educación 2004 se relaciona con la Educación de las niñas “porque ésta es una de las cinco grandes prioridades con efecto multiplicador en las que trabaja Unicef de cara al 2005” a través de su campaña Letras para las niñas. La atención a la primera edad (0-3 años); la inmunización y más (micronutrientes, etc); la lucha contra el SIDA y abusos a los niños son las otras prioridades de Unicef.
No obstante, el presidente de esta organización cree que la igualdad de sexos, más que posible, es algo indispensable.
En este momento, hablando de escolares, hay unos 121 millones de niños sin escolarizar, de los cuales 65 son niñas, por lo que se muestra pesimista respecto a conseguir una igualdad de sexos real a corto o a medio plazo.
De cara al futuro desde Unicef consideran que la igualdad sólo puede conseguirse plantándole cara a la pobreza. “La batalla para romper la barrera de la pobreza está íntimamente ligada a la barrera de la Educación. Esa es la razón por la cual la Educación es un derecho vital”, señala González Bueno.
Educación y calidad
Pero los derechos de niños y niñas se vulneran también en los países desarrollados. En España, por ejemplo, “hay problemas con los hijos de los inmigrantes, de la comunidad gitana y hay bolsas de pobreza. Son problemas que se asemejan a los de los países de nuestro entorno” señala el presidente de Unicef España. Y cuando se habla de igualdad de géneros el informe también pone de manifiesto que el desarrollo de un país va muy ligado a la calidad de la Educación.
Según el informe de Unicef es necesaria, ante todo, una mayor concienciación de la sociedad en su conjunto, con el objetivo común de cambiar las cosas para así lograr un mundo más justo para todos.
Analfabetismo y pobreza son dos caras de una misma moneda
En un mundo que se rige fundamentalmente por el patrón del dinero, Unicef destaca que analfabetismo y pobreza son como dos caras de una misma moneda. Pero, aunque existen más probabilidades de que los menores que proceden de un entorno socioeconómico pobre carezcan de Educación, la pobreza y el analfabetismo afecta más a las niñas aún en igualdad de condiciones ya que se enfrentan a un doble peligro: el que se deriva de su género, por el que muchas abandonan la escuela muy pronto, y el que se deriva de su pobreza.