"En los centros mixtos suele haber más conflictividad"
Autor: J.M. de MOYA
En estos tiempos políticamente correctos es un placer escuchar a alguien que se atreva a decir lo que piensa. Y si lo que piensa va contracorriente el placer es mayor. La presidenta de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Isabel Bazo, se queja de la “cautela” con que se mueven otros [señala a FERE, la otra patronal de centros concertados] a la hora de defender a la escuela privada-concertada y los valores de la libertad de enseñanza.
—El PSOE parece que quiere revisar los conciertos de los centros que no sean mixtos, ¿qué le parece?
—Que desde el punto de vista jurídico no pueden. Hay varias sentencias, tanto de tribunales nacionales como europeos, que reconocen el derecho de los centros ha optar por la Educación diferenciada dentro de su proyecto educativo. Más aún, la misma Constitución Europea que someterán a votación dentro de unos meses contempla dentro de su articulado este derecho.
—Pero dicen que en la Educación diferenciada por sexos podría estar el germen de violencia de género…
—Mire, el ejemplo de que eso es falso soy yo misma, que estudié en un colegio que no era mixto —como no lo eran ninguno de los de entonces— y aquí estoy presidiendo una organización patronal. Al contrario, los ritmos educativos de los chicos y de las chicas son distintos, de forma que la Educación mixta con frecuencia genera más tensiones en el aula e incluso agresiones. El chico, que se frustra por no poder alcanzar el nivel de sus compañeras, en ocasiones reacciona con agresividad.
—¿Me está diciendo que en los centros mixtos suele haber más conflictividad que en los que no lo son?
—Mi experiencia me dice que sí.
—¿No se cree, por tanto, la acuñada frase de que la escuela debe ser reflejo de la sociedad, que es mixta?
—En absoluto. Es más, los que van contra la educación diferenciada tendrán que explicar otros fenómenos sociales diferenciados por sexo como Cortefiel hombres, Cortefiel mujeres… Es cuestión de sentido común: cuando unos padres tienen que hablar con una hija sobre la pubertad no lo hacen en el salón de la casa delante del resto de la familia. ¿Qué es eso sino Educación diferenciada?
—A propósito de la violencia en los centros, ¿qué le sugiere la historia del suicidio de Jokin?
—Pienso que en los centros, particularmente en los públicos, los profesores deben enseñar la diferencia entre el bien y el mal. Deben fijar límites, reglas, y no hacerse eco de modas como el permisivismo, el ser amigo de los alumnos… De igual modo que un padre no es un amigo más de su hijo, sino que es su padre, con toda la autoridad que eso lleva consigo.
—Se refiere en concreto a los colegios públicos, ¿en los privados hay más disciplina?
—Pienso que sí.
—Otra de las novedades del Gobierno se refiere a la apertura de centros los fines de semana. ¿Qué le parece?
—Que no es la mejor medida para incentivar que los hijos estén con sus padres, que son los principales responsables de su Educación. Además, este tipo de iniciativas ya se han probado y no han funcionado. Todos recordamos esa foto de un grupo de monitores de este tipo de actividades esperando en vano a que apareciera algún chaval. Además, dudo que hayan calculado el dinero que puede costar esta medida en cuanto a personal.
—Bueno, tengo entendido que quieren encargárselo a universitarios becados o a voluntarios.
—No creo que ningún centro o padre responsables quieran dejar a sus alumnos o hijos en manos de no profesionales. Desde luego, si quieren que los centros concertados abran los fines de semanas tendrán que dotarlos de personal.
—Por cierto que el PSOE sugirió la posibilidad de incentivar económicamente a los centros concertados que integren más inmigrantes, ¿qué le parece la provocación?
—No me parece un buena idea. Lo que tienen que hacer es crear más aulas de enlace, también en los centros concertados. Con estas aulas se está logrando una verdadera integración y se les ayuda a conocer el idioma, las costumbres, la cultura… Medidas como ésta de las aulas de enlace van encaminadas a solucionar el problema de los alumnos y no a querer quitarse el lío de encima con un simple reparto de inmigrantes.
—¿Es que está en contra del reparto equitativo de los inmigrantes entre la pública y la privada?
—Pienso que ésa no es la solución. Sería una barbaridad trasladar a un alumno de la periferia de Madrid a un colegio del centro por el simple hecho de respetar una cuota, con el consiguiente efecto de desarraigo de su entorno. De igual modo que soy contraria a obligar a los centros a reservar plazas para los alumnos inmigrantes que se incorporen a lo largo del curso. Pienso que el Decreto de admisión debe aplicarse de igual modo a los inmigrantes que al resto de los españoles.
—Vamos, que no es partidaria de la discriminación positiva.
—En absoluto. Ni en esto, ni en otras cosas. Pienso que con esas medidas no se contribuye en nada a su integración.
—Sin embargo, estará conmigo en que en algunos de sus centros se selecciona a los alumnos.
—No lo creo. En todo caso, lo que se hace es informar a la familia del ideario de ese centro. Más aún, yo pienso que todo padre debería firmar un documento en el que acepta el ideario de ese colegio.
—Pero, hoy por hoy, la ley no exige que se acepte el ideario para lograr una plaza…
—Es que hay cosas que habría que cambiar del Decreto de admisión. Los criterios de cercanía del centro y de otros hermanos matriculados habría que mantenerlos, pero el de renta debería desaparecer. De igual modo, habría que valorar más el criterio de libre disposición de los centros.
—¿No se deja el campo libre a que algunos centros y padres hagan trampas?
—Ya le dije en una ocasión al consejero de Madrid que nosotros no tenemos por qué desconfiar ni de los centros, ni de los padres. Lo que no vamos a admitir es que se centralice el proceso de escolarización y se limite la libertad de los padres de informarse y elegir.
Sus ‘hermanos’ de la FERE
Algo está cambiando en CECE, cuando se escuchan las primeras críticas entre las dos patronales que representan a casi la totalidad de los centros concertados. Con frecuencia el padre Ángel Martínez Fuertes hablaba de sus hermanos de la FERE. A la presidenta de CECE se la ve dolida por lo que le parece una falta de lealtad por parte de esos “hermanos” de FERE. “Siempre se mueven con cautela y pienso que con mucha ambición, por eso ya estamos hartos de tener que mordernos la lengua por respeto a nuestros hermanos de FERE”, explica con cierta sorna Isabel Bazo.
En ese sentido, considera competencia desleal algunas de las prácticas de FERE para sumar centros que se incorporen a su patronal, Educación y Gestión (EyG), tales como insinuar que los centros de FERE deben estar obligatoriamente en EyG, amparando su afirmación por una engañosa ampliación de sus Estatutos.