Los alumnos definen a Mª Teresa como “un pedazo de profesora”
Autor: Ángel MUNÁRRIZ
Olga HERRANZ
“Era un encanto de mujer en todos los sentidos”. Agustín Borrego, director del Instituto de Enseñanza Secundaria “Pintor Pedro Gómez” valoraba con esta sencillez la figura de María Teresa, a la que definió como una mujer “muy vitalista, muy querida en el centro, que se involucraba en todo lo que rodeaba al instituto porque era una magnífica profesional y una mejor persona”. El cadáver de su compañera y amiga, profesora de Inglés en el mismo centro, María Teresa Otero, había sido encontrado en los aledaños del estadio de fútbol de Huelva.
Había sido primero acuchillada y posteriormente quemada por su compañero sentimental, un ex boxeador cubano con antecedentes por violación y malos tratos físicos y psíquicos que había empujado a María Teresa a pedir ayuda a la asociación de mujeres maltratadas “Miríadas”. Sus compañeros no daban crédito: nadie sabía nada de la dramática situación que atravesaba la docente. Varios profesores comentaban que no quería mezclar lo profesional con lo personal. María Teresa murió en la madrugada del jueves.
El viernes su instituto suspendió todas las clases como prueba de respeto su memoria y de indignación por unos hechos que, según muchos, “se podían haber evitado”. Borrego, conforme la tragedia tomaba forma y se conocían nuevos datos (la abuela de María Teresa falleció al conocer la noticia), insistía: “Era un encanto de mujer”.
Dolor de sus alumnos
Desde la comunidad educativa, llegaron las primeras muestras de respeto. Manuel Gutiérrez, delegado de Educación de la Junta de Andalucía en Huelva, traslado inmediatamente su consternación por el suceso. Pero las declaraciones y las muestras de afecto más emotivas fueron protagonizadas por sus propios alumnos. Durante el sepelio, celebrado el pasado sábado, lloraron, corearon el nombre de un “pedazo de profesora”. Las clases volvieron el pasado lunes, pero quedaron interrumpidas a media mañana por un parón en memoria de María Teresa.
