Jornada continua, ¿una opción pedagógica?
Autor: Miriam BLÁZQUEZ
La historia de la lucha por el derecho de las comunidades educativas a elegir su propio modelo de jornada escolar es ya vieja. Arrancó en Canarias, donde lo consiguieron con la publicación el 10 de agosto de 1990 de la Orden que regula la jornada continua en todos los centros públicos de la Comunidad Autónoma. Desde entonces todos los colegios de Canarias han pasado a tener jornada continua, llegando a ser el 100% (ver gráfica). Tras Canarias, el ejemplo lo continuaron Andalucía, Extremadura o Baleares.
Poco a poco, la reivindicación ha ido pasando al resto de comunidades, exceptuando Aragón o la Comunidad Valenciana; en esta última hay una Orden de junio de 1998 que no permite la implantación de la jornada continua.
La jornada tradicional, la partida, tiene su origen en el siglo XIX y consiste en dos sesiones: tres horas por la mañana y dos horas por la tarde, aunque puede haber alguna modificación. El nuevo sistema de horario que se propone es la agrupación de esas dos sesiones en una sesión continua a lo largo de toda la mañana, quedando la tarde para la realización de actividades extraescolares.
Regulación
El procedimiento que deben seguir los centros escolares de Educación Infantil y Primaria para implantar el modelo de jornada continua es, ante todo, democrático.
El Consejo Escolar del centro debe aprobar la propuesta de iniciar el proceso de implantación de jornada continua. Para esto, el Claustro debe elaborar y aprobar por mayoría absoluta un proyecto en el que se organicen las actividades extraescolares para la tarde.
Este proyecto se debe pasar al Consejo Escolar que debe también aprobarlo con mayoría absoluta. Tras esto, el proyecto se dará a conocer a los padres y madres de los alumnos del centro.
La fase más importante del proceso es la manifestación libre de los padres y madres de todos los alumnos con su voto sobre si quieren o no el nuevo modelo de jornada. Será necesario el voto favorable de los dos tercios del conjunto de padres y madres.
En caso de que la votación sea positiva, la jornada continua se mantendría por cuatro años y se revisaría su funcionamiento por parte de los Servicios de Inspección a los dos años de su puesta en marcha. Por otra parte, la decisión sobre la continuidad o no de la jornada continua es algo que decide la propia Comunidad Escolar, aunque debe esperar cuatro años para su cambio.
En caso de que la votación sea en contra de la jornada continua, ésta no se podrá volver a solicitar hasta otro nuevo curso escolar, siempre y cuando el Consejo Escolar lo apruebe.
Por su parte, cada Comunidad Autónoma tiene su propia regulación en cuanto a la modificación de la jornada escolar.
Requisitos
La implantación de la jornada continua en un centro depende de los servicios que pueda ofrecer a sus alumnos, aunque en muchos centros se implanta este tipo de jornada por las dificultades en el transporte escolar en zonas rurales, como en La Rioja.
Es necesario que el centro oferte el servicio de transporte escolar y de comedor. Del mismo modo, se debe garantizar que se ofrecerá un servicio de actividades extraescolares fuera del horario lectivo. Esto implica la presencia del profesorado en horario de tarde, aunque no sean los docentes los encargados de las actividades extraescolares.
En este sentido, es importante diferenciar el horario del alumno, del profesorado y del centro, que no tienen porque ser el mismo. Algunos padres no están a favor de la jornada continua precisamente por esto, pues creen que este modelo sólo favorece a los profesores, al pensar que su horario será únicamente de mañana como el curricular de los alumnos. Pero los profesores se defienden afirmando que las tardes las pueden dedicar a su perfeccionamiento y reciclaje profesional.
También se ha debatido mucho sobre si la jornada continua favorece el fracaso escolar, pero sobre esta cuestión tampoco hay nada claro. Ceapa asegura que existen datos objetivos que muestran que los resultados académicos son más favorables en las comunidades autónomas con jornada partida, como País Vasco, que en aquellas, como Andalucía, que disfruta en su mayoría de la jornada continua.
En el resto de Europa
La distribución de los tiempos escolares varía según las tradiciones, la cultura, las funciones de la escuela en cada sociedad y, también, según la climatología de la zona.
En los países de Europa se dan diferentes tipos de jornada. En Alemania, Dinamarca y Suecia se oferta la jornada continua, mientras que la partida continúa en Bélgica, Irlanda, Países Bajos y Reino Unido. Otro tipo de jornada que se da en los centros escolares de Europa es el doble sistema, de mañana o de tarde, debido a la rotación de alumnado en los centros por la falta de instalaciones. Este modelo es propio de países como Grecia o Portugal. Por último, la jornada mixta, ofertada en Francia o Luxemburgo, en la que se mantienen algunos días a la semana con jornada sólo de mañana y el resto con partida.
Ventajas y desventajas
Todavía no están muy claras las ventajas de la jornada continua respecto a la jornada partida, pues hay opiniones encontradas según el colectivo y los intereses de cada cual.
Los que defienden la implantación de la jornada continua como beneficiosa para los alumnos se basan en la importancia de que los alumnos, al tener sólo clase por la mañana, pueden dedicar la tarde a realizar otras actividades extraescolares, como idiomas, actividades deportivas o artísticas. Además, los alumnos con dificultades dispondrán de más tiempo para realizar actividades de recuperación. Del mismo modo, se asegura que por la mañana los escolares tienen una mayor capacidad de atención y mejor actividad intelectual. En cuanto a la relación familiar, los defensores de la jornada continua afirman que ésta ayuda a favorecerla pues hay posibilidad de pasar más tiempo con la familia.
Por su parte, los partidarios de la jornada partida creen que esta última ventaja no es tal, pues la mayoría de los padres trabajan hasta tarde y no se incrementará el tiempo de relación familiar. Además, el hecho de que los escolares dispongan de mayor tiempo libre por la tarde no implica que éste sea aprovechado de la manera adecuada, pues pueden pasar toda la tarde perdiendo el tiempo viendo la televisión, porque aunque dispongan de actividades extraescolares en el centro educativo, éstas siempre son voluntarias y a menudo conllevan un coste adicional. Del mismo modo, aseguran que los escolares en la jornada continua no pueden estar concentrados tantas horas seguidas, pues la concentración del horario significa intensificación, y que cambiar la rutina diaria a los escolares supone una dificultad tanto para ellos como para los padres y madres.