"No nos gusta la doble red pública-concertada"
Autor: J.M. de MOYA
Como “titular de Educación de mi [su] país”, como se autodenomina con orgullo, la consellera de Educación de Cataluña tiene claro que lleva las de ganar. Sabe que Zapatero hace tiempo que decidió que la nueva ley educativa fuera una ley de mínimos o “suficientemente delgada”, como dice ella. Esa Marta Cid, que ensalza la diferencia catalana, sin embargo no entiende la diferencia de las familias a la hora de elegir un modelo educativo u otro: con o sin Religión, por ejemplo. Finalmente, cuando habla de la concertada mide las palabras, que esto es Cataluña, oye.
El Gobierno dice que para sacar adelante su reforma educativa cuenta ya con el apoyo de Esquerra, ¿supongo que no será gratis?
Bueno, lo primero que tengo que decir es que nosotros en estos momentos mantenemos una buena relación con el Ministerio, con el que hemos venido trabajando. Pero eso sí, hemos puesto una serie de condiciones para nuestro apoyo. En primer lugar, tiene que ser una ley respetuosa con nuestras competencias. En segundo lugar, tiene que ser una ley delgada, es decir, flexible y de bases, de modo que pueda adaptarse a la realidad que tiene cada uno. Y en tercer lugar, la ley necesita una memoria económica.
¿Hasta dónde debe concretar la Ley que prepara el Gobierno de la nación?
Nosotros no tenemos una ley de Educación propia y nos gustaría tenerla. Podía estar hecha pero no lo está. Por eso, el marco de la ley estatal nos va a dejar el margen de nuestra propia ley, en la que queremos ejercer todas las posibilidades de nuestras competencias.
CC.OO. se ha opuesto a que se trate de una ley de bases porque supondría desvertebrar el sistema educativo…
Cuando se habla de desvertebrar hay que recordar que todos somos estado en el ejercicio de nuestras competencias. ¿Desvertebrar? ¿pero de qué modelo territorial estamos hablando? Yo, como titular de Educación de mi país, tengo unas competencias que ejercer.
¿Qué hará el MEC?
Me consta que está en esta misma línea y, en ese sentido, nos sentimos cómodos. Pero vamos a ver cómo se concreta en el redactado final de la ley.
Por concretar. ¿Invadiría sus competencias, por ejemplo, decir que tiene que haber itinerarios en Secundaria?
Pienso que sí. Creo que es mejor sustituir el “tiene que haber” por el “podrá haber”. La ley puede decir que la Secundaria debería ser más flexible y que nosotros aquí digamos cómo. Pensamos que es más adecuado el lenguaje de la propuesta que el de la imposición.
Parece ser que la ley pretende establecer comisiones de escolarización. ¿No suponen usurpar un derecho de padres y centros?
Bien, pero hay que recordar que la Administración es la resposable de financiar, de planificar y de garantizar la gratuidad…
¿…de modo que pagar les da derecho a intervenir?
No queremos encargarnos de nada, ni sustituir a nadie. Lo que proponemos es que todos –titulares de centros y administración– tengamos una visión de conjunto y de servicio público. Porque aquí la inmensa mayoría de centros concertados hacen una labor estupenda, pero hay que garantizar que algunos no escojan familias.
Porque ¿tiene la sospecha de que algunos centros seleccionan su alumnado?
Yo lo que digo es que si el proceso lo hacemos en común y es transparente será más eficiente. El que recibirá la solicitud de escolarización seguirá siendo el centro: eso está garantizado. En nuestro modelo, las oficinas municipales de escolarización son meramente informativas y para los alumnos que se incorporan fuera de plazo.
Ante el hecho de que muchos concertados cobran a los padres, Pujol dijo que había que mirar hacia otro lado porque el concierto era insuficiente. ¿Qué harán ustedes?
Nosotros no estamos por mirar hacia otro lado.
¿Subirán el módulo del concierto, entonces?
Es el Estado el que fija el precio del módulo, por eso es tan importante que la ley incluya memoria económica. Nosotros pensamos que la nueva ley debe contemplar un incremento del dinero que perciben los concertados.
De modo que usted es más partidaria de hacerse con la escuela concertada que de ahogarla financieramente…
Es cierto que nosotros no somos partidarios de mantener esta doble red –pública y concertada–, sino que, por lo que se refiere a la gestión, debe haber un sólo servicio público.
La Religión fuera del currículo
Tengo entendido que ustedes quieren que la Religión salga de la escuela, ¿es así?
En efecto, está en el programa de gobierno de mi partido. No tiene sentido que haya que separar a los alumnos a determinada hora por razón de su creencia. Pensamos que la religión forma parte del aspecto íntimo del individuo y, por eso, no debe estar en la escuela.
¿Ni siguiera aunque la soliciten cada año un 80% de los padres?
Podría parecer que vamos a dar a cada uno lo que pide, pero también podríamos estar jugándonos otras cosas en el futuro… Lo digo desde la tranquilidad. ¿Cómo vamos a ofrecer cuatro opciones de Religión? Por un lado estamos defendiendo la interculturalidad y, por otro, va a llegar un día que unos alumnos vayan a Religión católica, otros a evangélica…
¿…y si se tratara sólo de una opción?
Seguiría pensando que la Religión debería estar fuera de la escuela.
