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América Central, lejos de sus metas educativas

Salvo el caso de Costa Rica, el entorno centroamericano luce desolador en materia de educación. Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador sufren un serio retraso en este aspecto tan vital para el desarrollo, al punto que muchos, y con cierta razón, aseguran que no alcanzarán el cuarto Objetivo del Milenio, que no es más que lograr la Educación Primaria universal antes del 2015.
Miércoles, 21 de febrero de 2007
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Autor: Olmedo MORALES

Gastos públicos controlados para poder pagar los intereses de las deudas externas que cada país acumuló en la década de los ochenta. Esa es la principal razón que impide que cada nación invierta por encima del 5 por ciento de sus ingresos en la Educación de sus ciudadanos, cifra promedio anual –e ideal– según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Aunque en la práctica Honduras y Guatemala superan el promedio, en términos absolutos no se aprecia el cambio porque esta inversión es proporcionalmente directa al tamaño de su población. Indicadores como el creciente analfabetismo en la región, los bajos índices de matricula en Educación Primaria y la retención de estos estudiantes en el nivel siguiente evidencian que el giro de timón no está a la vuelta de la esquina.
En España, según datos estadísticos del Ministerio de  Educación y Cultura, provenientes del ciclo escolar 2006-07, se destinaron el año pasado 43,3 millones de euros para la Educación Pública. Esta cifra equivale al 4,47 por ciento del PIB nacional.
No obstante, se podría salir del fondo del abismo con un poco de voluntad política de los gobernantes de turno.
“Es sabido que durante todas las campañas, los candidatos ofrecen Educación porque todos sabemos que la Educación es fundamental para las sociedades. Pero lo olvidan cuando llegan al poder porque la rentabilidad de la Educación no es inmediata, porque los niños no votan y los padres se preocupan más por resolver el día a día que por la manera en que se educa a sus hijos”, opina Bienvenida Sánchez Alba, profesora de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid y coordinadora de proyectos educativos de la Casa de América.

Docencia sufre

La falta de un presupuesto  adecuado para Educación en los países del istmo centroamericano no sólo se aprecia en las estadísticas. Las cinco  naciones vieron cómo en distintas fechas del año pasado los sindicatos de maestros se alzaban para reivindicar demandas salariales y provocaron no menos de una protesta en las calles. En Honduras, el magisterio optó por la protesta a causa de los pagos atrasados – hasta en nueve meses- de unos 7,000 docentes. Mientras tanto, en Nicaragua obligaron al gobierno saliente a aprobarles una serie de beneficios sociales para los docentes y sus familiares.
El promedio salarial de un docente en Centroamérica es de 500 dólares mensuales. En Nicaragua, un maestro de Primaria con al menos 10 años de experiencia y algún estudio superior a la licenciatura recibirá a lo sumo 170 dólares. Pero su vecino costarricense se echaría a la bolsa unos 400 dólares mensuales por hacer la misma labor. 
En cambio, según una nota de prensa del MEC, los salarios de los profesores españoles son en general un 25% superior a los de sus colegas de la OCDE en los primeros años de docencia. Sin embargo, la proporción entre el salario máximo que se alcanza en Educación Secundaria y el inicial es de 1,43 en España frente al 1,7 de la OCDE. En España un profesor necesita 39 años para alcanzar el salario máximo, mientras que la media de años de la OCDE es de 24.

Avances

Pero hay que reconocer la notable labor que desempeñan organizaciones de sociedad civil que se reunieron con un objetivo común, que no es más que llevar las aulas a las zonas donde los más desfavorecidos no tienen acceso a ello, mediante pequeños proyectos particulares, ajustados a demandas locales. Es decir, en Honduras por ejemplo, existen proyectos de Educación con énfasis en el VIH/Sida; en Guatemala, apoyan la inclusión educativa de las etnias indígenas y en Nicaragua, hay enfoques educativos para prevenir el trabajo infantil y la deserción escolar por razones económicas.
Pero retornando a la labor del Estado, hay acciones gubernamentales que suman y restan en el gran proceso de elevar la calidad y cobertura escolar. Las experiencias de descentralización escolar encabezadas por los Estados en la última década han despertado suspicacias y críticas de los sectores sociales como sindicatos de maestros y las mismas organizaciones de sociedad civil, quienes ven en este proceso una actitud de deslindar las responsabilidades que tradicionalmente han recaído sobre el Estado. Nicaragua, Honduras y Guatemala intentan mejorar el sistema educativo por esta vía pero aún no cuajan en su totalidad, sobre todo porque todos los enfoquen tienen un común denominador: trasladan facultades y deberes, pero no trasladan recursos financieros, que finalmente recaen en las familias.
Desafortunadamente, como todo círculo viciosos, las cosas vuelven a un mismo punto y en este caso, al problema presupuestario. Aunque todos los países del istmo han incrementado décimas de puntos porcentuales para mejorar la Educación, otros errores administrativos limitan dichos avances. Por citar casos, en Honduras, la mayoría del presupuesto en Educación se destina al pago de altos salarios de  funcionarios gubernamentales de la institución, mientras el pago de los docentes apenas reporta ajustes del 0,8 por ciento anual en promedio, entre 1991 y el 2001.
El caso de Nicaragua es excepcional en materia de distorsiones administrativas. Dicho país invierte más en un estudiante de primaria que uno de  Secundaria, lo que impide que el segundo se prepare adecuadamente para ingresar a la Eduación Superior o Universitaria. 
En cambio, en Guatemala, a pesar de que se ha incrementdo  el presupuesto para Educación, el problema principal es que no existe un sistema de evaluación sistemática de logros durante el curso del año escolar y  los recortes imprevistos  abundan.

No es suficiente

Es por esto que el Programa de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (Preal) ha concluido que los esfuerzos de la política pública de inversión han rendido frutos en los plazos de tiempo convenidos por cada nación. Sin embargo, aún resultan insuficientes para superar las grandes brechas educativas.
“Si bien, la expansión de la matrícula escolar ha sido significativa, no ha cubierto de manera equitativa las necesidades de distintos grupos y no parece haber estado acompañada de un incremento comparable en su calidad”, argumenta el documento denominado Es hora de actuar: Informe de progreso educativo en Centroamérica y República Dominicana, elaborado por Preal en el 2005.
Y añade: “La inversión ha aumentado modestamente, pero esto obedece al incremento de las matrículas;  pero poco han incidido los nuevos fondos en la calidad de la enseñanza básica y no se aborda el tema de la inequidad en el financiamiento de la  Educación Secundaria frente a la Educación Universitaria”.


Guatemala

Población (por millones de habitantes): 12,2
Gasto público en Educación (porcentaje del PIB destinado): 1,7%
Gasto por estudiante (6-18 años, en dólares): 335 dólares
Porcentaje de analfabetismo (en relación a la población total): 47,9 por ciento.
Porcentaje de la población en edad escolar de Primaria (6-12 años) matriculada: 73,8 por ciento.


Honduras

Población (por millones de habitantes): 7,0
Gasto público en Educación (porcentaje del PIB destinado): 5,3%
Gasto por estudiante (6-18 años): 356 dólares
Porcentaje de analfabetismo (en relación con la población total): 10,9 %
Porcentaje de la población en edad escolar de Primaria (6-12 años) matriculada: 87,5 %


Costa Rica

Población (por millones de habitantes): 4,2
Gasto público en Educación (porcentaje del PIB destinado): 5,3%
Gasto por estudiante (6-18 años): 1,438 dólares
Porcentaje de analfabetismo (en relación con la población total): 8,0 %
Porcentaje de la población en edad escolar de Primaria (6-12 años) matriculada: 91,8 %


Nicaragua

Población (por millones de habitantes): 5,1
Gasto público en Educación (porcentaje del PIB destinado): 3,6%
Gasto por estudiante (6-18 años):  244 dólares
Porcentaje de analfabetismo (en relación con la población total): 19,5 %
Porcentaje de la población en edad escolar de Primaria (6-12 años) matriculada: 70,8


El Salvador

Población (por millones de habitantes): 6.7
Gasto público en Educación (porcentaje del PIB destinado): 2,2%
Gasto por estudiante (6-18 años): 244 dólares
Porcentaje de analfabetimo (en relación con la población total): 17,3 %
Porcentaje de la población en edad escolar de Primaria (6-12 años) matriculada: 89,1 %


La mala Educación

Los resultados de los exámenes de admisión en las principales universidades públicas de los países centroamericanos, son el mejor termométro de la calidad de la educación que se imparte en las aulas del sistema secundario.
En Honduras, por ejemplo, se practicó un examen de aptitudes a 10. 757 estudiantes que  optaban a ingresar a la Universidad Autónoma Nacional de Honduras. Esta prueba fue aplicada por la empresa puertorriqueña College Board y las cifras finales no pueden ser más que escandalosas:  el 53 por ciento de los aspirantes provenientes de colegios privados resultaron aplazados y el  47 por ciento de aquellos que egresaron de escuelas públicas de Secundaria no aprobaron el examen.
El mismo panorama se aprecia en Nicaragua.  La Universidad Nacional de Ingeniería es el colador principal de cientos de alumnos egresados de la Secundaria. Los resultado obtenidos tras la aplicación de un examen de admisión exclusivamente de matemáticas, denotan la escasa preparación que poseen los jóvenes en lo relacionado con las ciencias exactas. Esta universidad reveló que sólo 170 aspirantes de 2.200 que se presentaron el día del examen, alcanzaron una nota final superior a los 60 puntos mínimos para aprobar el test.
Y la falta de interés y dominio de las matemáticas se presenta en todos los ámbitos posibles. En el 2006, solamente tres personas se matricularon en la Carrera de Matemáticas, que imparte la Universidad Nacional Autónoma de  Nicaragua.
Desafortunadamente, sólo Costa Rica ha avanzado lo suficiente en la preparación de estándares de evaluación para maestros y alumnos.
En el resto de los países, muchos de estos se encuentran en fase de elaboración y se aplican algunas formas de evaluación cualitativa en pequeños grupos de alumnos.


“Un país que se siente víctima no resolverá nunca sus problemas”

A pesar de serias limitaciones presupuestarias, existen algunas propuestas que podrían dar luces a los gobiernos centroamericanos.
Bienvenida Sánchez Alba, Profesora de Educación de la Univerisdad Complutense de Madrid y coordinadora de proyectos educativos de la Tribuna Americana de Casa Américas cree que la voluntad política debe privar sobre el discurso y que la autogestión de recursos es una alternativa favorable ante la escasez financiera.
Sánchez añadió que existen suficientes experiencias de autogestión de recursos financieros, que pueden retomarse para incrementar los presupuestos públicos de Educación.

Los gobernantes de la región centroamericana argumentan que no hay inversión pública en Educación, porque estos recursos se destinan al pago de deuda externa. ¿Es válido este razonamiento?

Es difícil porque hay presiones internacionales pero creo que es una coartada factible para los políticos. Cuando hacen una mala gestión, utilizan este argumento y es fácil echarles la culpa a la deuda externa, pero me gustaría saber cómo gestionan recursos. En lugar de ello, lo que vemos son casos de corrupción, gobernantes con disparatadísimos sueldos para los niveles de pobreza de su propio pueblo. Claro que también se requiere la solidaridad internacional, pero a la vez, una mejor gestión de recursos.

Con las credenciales que señala de estos gobiernos, ¿podrían gestionar recursos si se lo propusieran?

No es fácil pero es posible. Hay muchos casos de redes de organizaciones pioneras en la autogestión, de los que tendrían que aprender los gobiernos. El problema está cuando se argumenta el problema de la deuda. Hay países como Argentina que se están levantando luego de pagar su deuda externas y estallar numerosos casos de corrupción. Un país víctima no resolverá nada.

Pero al estar mejor organizada la sociedad civil, los Estados podrían desligarse de sus responsabilidades.
El Estado es necesario y probablemente haya políticos que quieran participar, pero es un hecho que las organizaciones civiles en América Latina están mejor estructuradas y resultan ejemplares para Europa, por ejemplo. Hay Estados que hacen buenas gestiones en otros ámbitos, la cuestión es que tienen que replantearse cómo gestionar los recursos propios.

¿Por dónde debería comenzar una sociedad para tener conciencia de que la Educación es esencial?

Creo que hay que comenzar por hacer conciencia en el recurso humano, porque hay profesores que trabajan doble jornada con bajos salarios, debemos preocuparnos por la preparación de ellos, de tal manera que les permita mantener una calidad de impartición de sus clases. Los profesores son gente a quienes se les debe mucho. Pero, ¿cómo queremos tener buenos maestros con discursos políticos? Todos hacen una labor encomiable y se entregan por completo a sus estudiantes, entregan su propio tiempo para hacer actividades educativas que quizá, no son remuneradas. Dignificar la profesión de los maestros, esto pasa por un salario adecuado, por mejor preparación y garantizar un ambiente de enseñanza apropiada.

¿Cómo ve la actualización de las legislaciones centroamericanas en materia de Educación?

Casi toda América ha intentado implementar la legislación educativa española, quizá por el idioma, pero lo esencial es transformarlas y reciclarlas de acuerdo a las necesidades de cada país y por supuesto, volver a los ejemplos de autogestión. Así reconstruirán algo mejor y más adecuado. A veces hay cierto complejo al considerar que todo lo que viene del exterior, es mejor pero hay que evaluarlo y ver hacia dentro, todas aquella experiencias que resultan.

¿Es posible mejorar la inversión en Educación en América Central?

Para hacer rentable la Educación, lo primero es concienciarnos en todos los ciudadanos de que es fundamental y en momentos de campaña electoral, preguntarnos cómo estos candidatos adoptarán medidas presupuestarias para la Educación y observar quiénes tienen el compromiso de sacar adelante estas propuestas. Necesitamos una Educación que trascienda a una sociedad de consumo; una Educación que transforme a nivel espiritual. 


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