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Cervantes el conquistador

Millones de alumnos se pelean todos los días en el mundo con el "ser" y el "estar", los verbos irregulares o la extraña inutilidad de la "h" en la lengua española. Nuestro idioma está más de moda que nunca, y todo hace pronosticar que en breve se situará en un indiscutible segundo puesto en cuanto a impacto global tras el inglés. Un informe del Ministerio de Educación ha analizado la situación del español en la enseñanza reglada de 28 países en los cinco continentes.
Miércoles, 14 de febrero de 2007
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Podría ser aún mejor, pero la sensación que uno obtiene tras leer El Mundo Estudia Español es que el aprendizaje de nuestro idioma en la enseñanza reglada goza de buena salud y mejores perspectivas a nivel internacional
Dejando a un lado el abrumador dominio del inglés, el análisis de los 28 países diseccionados por las oficinas del Ministerio de Educación que se reparten  por todo el planeta conduce a una gratificante conclusión. El español se aprende cada vez más en todos ellos con una única excepción, Rusia, donde las estructuras educativas bastante tienen con asegurar la escolarización de todos sus alumnos.
Es un lujo del que pocas lenguas (de hecho, ninguna salvo el omnipresente inglés) pueden presumir. El español está de moda, sobre todo en la América no hispana, pero también en Europa e incluso en países como Marruecos, Australia o Nueva Zelanda.
En el Viejo Continente, muchos alumnos aún se resisten a soltar las amarras históricas que reservan al francés y el alemán una posición de privilegio. Han sido siglos en los que estos dos idiomas han gozado de un merecido poder atracción, con el español marginado e ignorado como lengua de segundo orden.

Francés y alemán

Pero las cosas están cambiando. En buena medida, asegura Jesús Fernández González, agregado del MEC en Nueva York y autor de la introducción al informe, “porque el español ha ido ganando terreno de forma imparable, gracias sobre todo a su alto y constante poder de penetración en los EEUU y al creciente desarrollo de los países de habla hispana”.
Aún así, hoy en día las lenguas de Voltaire y Goethe siguen siendo aprendidas por más alumnos que la de Cervantes en los sistemas educativos europeos.
Esto si hablamos de datos globales, porque si nos fijamos en países concretos nuestro idioma ya ocupa en algunos de ellos un meritorio segundo puesto, siempre por detrás del inglés.
Es, paradójicamente, el caso de Francia, donde un 40% de estudiantes de Secundaria han apostado por el español, ya sea en primera, segunda o tercera opción. El alemán –tercero en discordia– apenas llama la atención de un 16% de alumnos.
También en Suecia, un país donde el aprendizaje idiomático es casi asunto de interés nacional y en el que el español empieza a consolidarse como la lengua optativa con más tirón entre los alumnos de los últimos cursos de Secundaria.
Por norma general (y obviando unas cuantas excepciones), el francés pierde fuelle en el este de Europa, y el alemán lo hace en Francia, el sur y en las Islas Británicas. Mientras (insistimos) el español gana terreno en todos los confines continentales.

Miedo

Mucho más alentador es lo que ocurre al otro lado del Atlántico, donde nuestro idioma no tiene rival en los países donde no es oficial (básicamente EEUU, Canadá y Brasil).
En la superpotencia, tal es la fortaleza de la Ñ que su pujanza ha dado lugar a la creación del movimiento English Only, el cual aboga por reservar el inglés para todos los ámbitos de la vida pública. Y es que el spanish power empieza a dar miedo entre los sectores más conservadores de la sociedad estadounidense.
En el resto del mundo las cosas avanzan sin prisa pero sin pausa, aunque es evidente que el potencial resulta inmenso.
Asia sigue siendo territorio casi vetado, y África, ídem con la excepción de Marruecos. En Australia y Nueva Zelanda el auge está siendo espectacular, con ritmos de crecimiento anual de entre el 40 y el 100%.
Son datos que ya a nadie extrañan. Según una escala que tiene en cuenta distintas variables, el español es el tercer idioma con más impacto en el mundo tras el inglés y el francés. Muchos pronosticas que este último está al caer…


Islas Británicas

Inglaterra simboliza hasta qué punto las lenguas que conservan un prestigio heredado de épocas pretéritas van perdiendo brío en favor de idiomas emergentes como el español. En la Secundaria obligatoria, el francés y el alemán se dejaron un 30% de alumnos en el camino entre 2003 y 2006. Por su parte, el idioma de Cervantes aumentó ligeramente su implantación, lo que no es poco en un sistema educativo algo hostil al aprendizaje de lenguas extranjeras. En Bachillerato, el español se aprende actualmente más que el alemán. Por su parte, Escocia, Gales, Ulster e Irlanda muestran pautas de crecimiento moderado-alto.


Centro de Europa

En 2001-02, unos 150.000 estudiantes de Secundaria recibían clases de español en Alemania. Cuatro cursos más tarde ya eran 210.000. Si nos fijamos en la vecina Austria, el salto proporcional es aún mayor: en menos de un lustro se ha pasado de 16.600 a casi 30.000 alumnos aprendiendo a diferenciar el ser del estar. Más aún, 2.417 universitarios austríacos cursan Filología Hispánica, la carrera de lenguas que más engancha tras Filología Inglesa.
En Bélgica, nuestro idioma no puede competir con los tres oficiales (francés, neerlandés y alemán) ni con el inglés, pero se sitúa en un digno quinto lugar con 12.000 alumnos. Las matrículas de español en los Países Bajos han aumentado un 20% desde 2002. En Suiza han subido un 127% en cinco años. 


Sur de Europa

Tras EEUU, Francia es la principal cantera global de estudiantes de español. En Secundaria, un 97% de alumnos elige el inglés en 1ª, 2ª o 3ª opción. Le sigue el español con un 40% de público y, a mucha distancia, el alemán con un 16%. En total, más de 2.000.000 de estudiantes de Secundaria aprendiendo nuestro idioma en el país galo. En Italia siguen mandando el inglés y el francés, pero el español ha superado al alemán en la Secundaria obligatoria y dicen que lo hará en breve en el Bachillerato.


Norte de Europa

El ascenso del español en la Educación reglada de Suecia ha sido meteórico desde que fuera incluido en los currículos hace ahora 10 años. En los últimos seis años ha conseguido triplicar su número de alumnos en Primaria y Secundaria. Actualmente, un 38% de alumnos inscritos en el último curso de la enseñanza obligatoria recibe clases de español (36% de alemán, 24% de francés), lo que hace pensar que nuestro idioma se ha consolidado como el segundo que más se aprende tras el inglés. En Noruega y Dinamarca, los números también crecen sin descanso.


Este de Europa

Tradicionalmente vinculado al ámbito germano, ruso o incluso turco, el este de Europa se ha lanzado de lleno en los últimos tiempos al aprendizaje del inglés. También el francés y el italiano conservan un elevado prestigio en el imaginario colectivo de los países eslavos. Con este panorama, el español debe competir con varios idiomas que han labrado su camino a través de los años. Y no lo está haciendo mal. En Hungría ya ha superado al francés. En Polonia ha duplicado su número de alumnos entre 2002 y 2006, mientras que francés y el ruso bajaron.


Norteamérica y Brasil

El interés que nuestro idioma suscita en Estados Unidos quizá suponga su gran activo para garantizarle un futuro esperanzador en el concierto internacional. La importante (en ocasiones mayoritaria) presencia de colectivos hispanos en EEUU –sobre todo en los estados del sur y el oeste, pero también en todas las grandes ciudades–, la cercanía geográfica con el mundo latino, el creciente peso del spanish en la cultura y el mundo del espectáculo… Todo son buenas noticias para el español. Tal es la pujanza de la ñ en Estados Unidos que los adalides de la homogeneidad lingüística se han tenido que unir bajo un movimiento, English Only, cuyo único objetivo es frenar la presencia del español en todas las esferas de la vida pública.
Es importante resaltar que el aprendizaje de idiomas no es obligatorio en la Primaria y la Secundaria (K-12) estadounidense. Cada estado y, en última instancia, cada distrito escolar define su política lingüística en la escuela. La consecuencia es que sólo el 43% de los alumnos de Secundaria (cerca de seis millones) estudian una lengua extranjera. Pues bien, de ellos algo más de cuatro millones se han apuntado al carro del español. La segunda opción es el francés, que apenas llega al millón de alumnos. La tercera, el alemán: 280.000 matriculados. Con 746.267 inscritos (segunda es el francés con 201.979), el español mantiene su posición de dominio absoluto en la universidad.
Canadá presenta, como cualquier país bilingüe, peculiaridades que en cierta manera lo hacen menos permeable frente a la penetración de otros idiomas no oficiales. En las provincias anglófonas (todas menos Quebec), las autoridades promueven el francés; y en Quebec, todos los alumnos aprenden inglés. Aún así, el español es sin duda la lengua extranjera con más tirón. Tanto tiene que muchos alumnos de Secundaria cuya lengua madre es el inglés están abandonando el francés en favor de nuestro idioma.
El informe apunta que, aunque resulta imposible conocer el número de pupilos de español en Brasil, nadie discute que es el idioma preferido para el alumnado carioca tras el inglés, sobre todo en las provincias limítrofes con países de habla hispana. Pero el potencial de crecimiento sigue siendo enorme.


Oceanía

Australia comparte con EEUU algunos condicionantes que frenan el aprendizaje de idiomas: es anglófono y su currículo no contempla la enseñanza obligatoria de lenguas extranjeras. Pero a diferencia de la superpotencia, la mayor isla del planeta no está próxima al ámbito de influencia hispano, por lo que aprender español no se percibe como una buena apuesta para viajar o hacer negocios. Sea como fuere, el crecimiento es espectacular: en 2005 estudiaban nuestro idioma 23.000 alumnos de Primaria y Secundaria; en 2006 la cifra había ascendido hasta los 66.775.
En Nueva Zelanda, el español ocupa el tercer lugar tras el francés y el japonés, pero ha triplicado su presencia entre 1997 y 2005.


África (Marruecos)

El español goza en Marruecos de una gran popularidad achacable a razones históricas y geográficas, y a otros factores que tienen más que ver con los actuales procesos migratorios entre ambos países. No obstante, nuestro idioma debe luchar en el país magrebí contra la tradicional preponderancia del francés y la omnipresencia global del inglés.
Si en Primaria su implantación es casi inexistente y en el primer ciclo de Secundaria no pasa de los 2.400 alumnos, en Bachillerato se produce un salto espectacular, alcanzando casi 50.000 alumnos repartidos por 242 institutos.
Varias universidades ofrecen licenciaturas o másters en Lengua y Literatura Española. En total suman casi 3.000 alumnos.


Asia (China)

Al hablar del contienente asiático, El mundo estudia español sólo analiza lo que ocurre en China, dando a entender que en los países desarrollados (Japón, Corea del Sur) la presencia de nuestro idioma en la enseñanza reglada es puramente testimonial.
Lo cierto es que la situación del español en la para muchos próxima superpotencia mundial tampoco se corresponde con su peso específico en el concierto internacional. Allí aún se la considera una “lengua minoritaria y elitista”, algo de lo que dan fe las exiguas cifras de matriculados en Educación obligatoria: 300 alumnos en ocho escuelas. Justo es reconocer que para un alumno chino de Primaria y Secundaria estudiar un idioma diferente al inglés se antoja un lujo inalcanzable. Algo mejor estamos en la universidad, donde 4.000 estudiantes aprenden español bajo distintas fórmulas.


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