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Éxito escolar basado en la exigencia educativa

Cerca de ochenta personas, todas ellas relacionadas con los diferentes agentes educativos de la Comunidad Valenciana, participaron en la charla coloquio organizada por el periódico MAGISTERIO en Valencia con David Blunkett, diputado laborista y ex ministro de Educación de Gran Bretaña. Blunkett habló sobre el modelo educativo británico y la posibilidad de exportar este modelo, basado en la excelencia académica y la evaluación, a la situación española.
Miércoles, 14 de marzo de 2007
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Autor: Pablo ROVIRA

El periódico MAGISTERIO organizó la semana pasada una charla coloquio en Valencia sobre El modelo educativo británico: ¿una reforma exportable?, con la presencia de David Blunkett, diputado laborista y ex ministro de Educación británico con el primer gobierno de Tony Blair. El ex ministro de Educación señaló en Valencia la necesidad de transmitir “a las familias desfavorecidas que la Educación es la escalera que les puede sacar de la pobreza” y que, a través de ella, pueden adquirir "las herramientas para sobrevivir en un mundo cada vez más competitivo".
Blunkett dirigió el gabinete de Educación del Reino Unido entre 1997 y 2001. Posteriormente, fue ministro de Interior y de Trabajo y es uno de los principales apoyos del ala moderada representada por Blair dentro del Partido Laborista de Gran Bretaña.
Desde el Ministerio de Educación británico, Blunkett impulsó la formación de los docentes, a los que "no se les había enseñado cómo enseñar", e insistió en "inspirar a padres y profesores para convencerles de que la gente puede tener éxito sea cual sea su origen social", una convicción basada en su propia experiencia.
Blunkett es invidente de nacimiento y proviene de una familia modesta, por lo que su experiencia le sirvió para destacar la necesidad del esfuerzo como herramienta clave para subir en “la escalera social”. Según sus palabras, no podía permitir que le dijesen de antemano cuál era su sitio en la sociedad por su procedencia o por su discapacidad visual.
Estas fueron las bases con las que Blunkett inició una serie de reformas en el sistema educativo británico, en el que se instauró el "hermanamiento" entre escuelas para fomentar una estrecha colaboración entre centros "exitosos" y otros con dificultades de aprendizaje entre sus alumnos.
Este hermanamiento potencia la transmisión de ideas a través del intercambio de profesores, de la coordinación entre los dos jefes de estudios de ambas escuelas y del desarrollo de experiencias y proyectos procedentes de las universidades.
Todo ello, para aprovechar el talento de los niños, a los que hay que “darles las herramientas y ofrecerles la inspiración necesaria” para que, aquellos que a los 9 ó 10 años están “hambrientos de conocimientos, no se conviertan más tarde en adolescentes abatidos y desencantados”.
Con esta filosofía se incide también en el correcto aprendizaje de las lenguas y las matemáticas, claves para obtener buenos resultados en otras asignaturas, y se impulsa la especialización de las escuelas de Educación Secundaria en otras áreas más concretas, como deportes o tecnología, de forma que los padres puedan elegir el centro atendiendo a las aptitudes de sus hijos.
Durante su charla, David Blunkett destacó la necesidad de esa especialización de los centros educativos, de tal manera que un centro pueda ser reconocido por “ser bueno en música, en matemáticas o en deportes” y al que acudan los niños con especiales talentos o, al menos, que sirvan de centros de referencia para estas habilidades.
En el caso de que algunas escuelas “fracasen” al desarrollar estas iniciativas, el Gobierno les impone un plan drástico de actuación por el que, en doce meses, deben dar un giro a su sistema de enseñanza con el objetivo de evitar que los alumnos cambien sus aulas por las de otros centros.
Otra de las novedades de la reforma que comenzó a aplicar Blunkett se centra en la institución de la figura de la ‘academia’. Así, si los problemas persisten, la Administración echa el cierre a esas escuelas y transfiere a los estudiantes a unas nuevas “academias”, desarrolladas en colaboración con las empresas y las universidades, que cuentan con el mismo alumnado. Estas academias están “empezando a funcionar bien”, según David Blunkett.
De esta forma, se procura aprovechar el conocimiento en determinados aspectos de este tipo de organizaciones que pueden aportar su experiencia a los centros. Incluso, se llega al punto de sustituir por entero al equipo directivo de esos centros “que objetivamente no funcionan”.
Con todo, la base del éxito del sistema educativo es, para Blunkett, que los profesores dispongan de los recursos adecuados para desarrollar sus tareas, que estén bien remunerados y que estén “convencidos de que lo pueden hacer bien”, apostilló el ex ministro de Educación.
Junto a ellos, los padres representan el segundo pilar esencial para que sus hijos se comprometan en la escuela y, para implicarles en ese objetivo, se celebran reuniones periódicas y se impulsan revistas, webs y canales de televisión interactivos para facilitar la comunicación entre padres y docentes.
Son estas nuevas tecnologías las que impulsan los cambios en el mundo, a los que la Educación permite hacer frente, y descubren todo “un espacio a explorar”, que sustituye ahora “al mar abierto” en el que en su día se adentraron las “potencias europeas”, como lo fueron Reino Unido y España, aseguró Blunkett en la charla organizada por el periódico MAGISTERIO.


Exigencia

La charla coloquio sobre el modelo educativo británico, organizada por la edición valenciana del periódico MAGISTERIO, acogió a representantes de toda la comunidad educativa de la Comunidad Valenciana. Con amplia presencia de inspectores de Educación, durante el debate se plasmaron las diferencias que existen entre el modelo educativo iniciado por Blunkett basado en la eficacia, la evaluación de los centros y en la formación del profesorado, por el modelo educativo adoptado en España con la LOE.
Sin hacer referencias a la actualidad educativa española ni valenciana, Blunkett recalcó la importancia de que los padres se impliquen en la Educación de sus hijos. “Lo que más nos costó es la implicación de las familias de las clases más desfavorecidas”. Según explicó, en “mi distrito, antes los padres optaban o pagar un colegio privado o trasladarse a otra zona. Eso pueden hacerlo las familias con más poder adquisitivo pero, ¿qué pasa con los que no pueden?”. Así, el ex ministro de Educación recalcó la necesidad de que se exijan a los centros resultados. “¿Qué hubiera pasado si yo hubiera aceptado lo que un profesor me dijo de mi hijo cuando éste, a los 14 ó 15 años, desatendió sus estudios? Quizás por mi tenacidad, yo insistí y ahora es licenciado y doctor”. Así, Blunkett reconoció la dificultad de que en algunas familias se den cuenta de la necesidad de exigir esto mismo para sus hijos en los centros docentes.


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