¿De dónde viene el fracaso escolar? (I)

Autor: José M. LACASA

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Por lo pronto, se puede descartar la inmigración y su descompensado reparto en las diversas redes: al ser los datos del curso 2000-01, sólo el 0,7% de los alumnos que terminaban la ESO o la abandonaban eran extranjeros. Sin embargo, el fracaso escolar era ya del 26,5%, según la encuesta.
Pero los defensores de la teoría de la inmigración para explicar el fracaso sí tienen razón en una cosa: que el fracaso escolar tiene que ver mucho con la red pública: mientras que según Etefil la pública arroja un fracaso escolar del 33%, la concertada se queda en bastante menos de la mitad, un 14%. Es una situación general en prácticamente todas las comunidades: incluso se dan casos, como Andalucía o Aragón, donde el fracaso de la pública cuadruplicaría al de la privada.
Hay quien se inclina a pensar que los alumnos dejarían los estudios por razones económicas. Sin embargo, sólo el 3% de los encuestados aducen tal razón para abandonar la ESO, mientras que casi el 70%dice que lo dejó “porque no quería seguir estudiando”. O, dicho de otra manera, por aburrimiento.
Tampoco la Concertada parece estar detrás del fracaso en la pública, a pesar de que muchos lo sostienen sin demasiadas evidencias: como veremos, no existe relación entre el peso de la concertada y los malos resultados de la pública.
El estatus socioeconómico y cultural de los padres, sin embargo, sí parece tener influencia. Etefil sólo nos ofrece el nivel de estudios de los padres, pero sirve para hacerse una idea. Como veremos más adelante, el problema no es sólo que la pública escolarice a un mayor porcentaje de las capas desfavorecidas, sino que es mucho menos compensadora que la concertada.
Sin embargo, hace un par de décadas la escuela pública era el instrumento más poderoso para compensar las desigualdades que existían en la sociedad española. ¿Qué ha pasado? ¿Tendrá que ver aquella famosa Ley que sustituyó la compensación por el mérito por el igualitarismo por decreto?

Los estudios de los padres influyen, pero más el sistema

Un primer análisis de la población escolarizada en las distintas redes podría hacernos pensar que los malos resultados de la pública se deben a que los padres de los alumnos que escolarizan tienen un nivel educativo menor que los de otras redes. Y puede ser cierto con respecto a la privada, pero no del todo con respecto a la concertada.
La pública escolarizaba en 2001 al 68% de los alumnos que dejaron la ESO (con o sin título). El 17% de todos ellos eran alumnos cuyo padre carecía de título educativo alguno, mientras que el 53% tendría un padre con como mucho el título de escolaridad obligatoria.
La concertada escolarizaba al 28% de los alumnos. De todos ellos sólo un 8% tenía padres sin titulación, mientras que el 41% tenía sólo la titulación básica.
Existen desigualdades, pero no son suficientes para explicar las diferencias de rendimiento: ya hemos dicho que el fracaso en la pública es más del doble que en la concertada. Una segunda mirada sobre los datos nos permite descubrir otra razón para el fracaso de la pública. 
En la pública, el 44% de los alumnos cuyo padre no tiene ningún título educativo fracasa, mientras que sólo lo hace el 33% de esos alumnos en la concertada. Más importante aún, puesto que constituyenla mitad de los alumnos españoles, son los datos referidos a los alumnos cuyos padres tienen sólo la titulación básica: mientras que en la pública fracasa el 31%, en la concertada sólo lo hace el 14%. O, en otras palabras, el secreto de los mejores resultados en la concertada no se deben tanto a la diferencia de nivel educativo de los padres, como a su capacidad para compensar las desigualdades de origen mucho mejor que la pública.
Como decíamos antes, hace dos décadas la pública era el elemento compensador más importante en España. Desde la Transición, la escuela pública llevó a cientos de miles de alumnos desfavorecidos a acabar Bachillerato, Formación Profesional o una carrera universitaria, aunque sus padres tuvieran un nivel educativo muy inferior al de los alumnos actuales. Sin esa labor compensadora, la España de hoy no podría ser una de las primeras potencias económicas, y tendría la mitad de universidades que hoy día, por poner un ejemplo. No parece por tanto que la crisis provenga del modelo público, sino de lo que la Logse hizo con la pública.