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¿Es la repetición el talón de Aquiles del sistema, o una consecuencia?

¿Es la repetición un problema, o la consecuencia de nuestro sistema?
Miércoles, 23 de enero de 2008
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Comparativa entre el nivel de los repetidores en PISA y su número
El número de repetidores no es lo que más influye en su rendimiento medio, sino el nivel de los no repetidores
  Ciencias Ciencias Ciencias Porcentaje Diferencia
  Todos No repetidores Repetidores de repetidores Rep-No Rep
    ET   ET   ET % ET   ET
Castilla y León 520 (3,9) 553 (3,6) 466 (4,4) 37,7 (2,2) 87 (3,5)
La Rioja 520 (2,5) 555 (2,6) 461 (4,4) 37,8 (1,1) 95 (5,1)
Aragón 513 (3,9) 550 (4,0) 453 (4,4) 37,6 (2,3) 96 (5,4)
Navarra 511 (2,9) 540 (4,0) 444 (5,0) 29,7 (1,5) 95 (5,4)
Cantabria 509 (3,6) 548 (3,7) 450 (4,5) 39,4 (1,8) 97 (4,2)
Asturias 508 (4,9) 539 (4,4) 450 (5,2) 34,2 (2,1) 89 (4,3)
Galicia 505 (3,4) 543 (3,5) 445 (4,0) 39,4 (1,5) 98 (3,9)
País Vasco 495 (3,5) 518 (3,3) 419 (3,5) 23,6 (1,1) 99 (4,3)
Cataluña 491 (5,1) 518 (4,8) 430 (6,5) 30,2 (2,6) 89 (6,4)
ESPAÑA 488 (2,6) 528 (2,3) 430 (2,8) 40,1 (0,9) 98 (2,7)
Resto CCAA 484 (4,9) 527 (4,8) 425 (4,5) 42,6 (1,8) 102 (5,1)
Andalucía 474 (4,0) 521 (3,7) 422 (4,9) 47,6 (2,1) 99 (4,9)
FUENTE: Elaboración propia sobre datos de PISA 2006.
NOTA: entre paréntesis el error típico de cada dato.

Las comunidades autónomas no suelen emplear la repetición conscientemente: la “promoción automática” de la Logse, con su falta de apoyos a los alumnos descolgados, derivó en realidad en una suerte de “repetición automática”.
Dos comunidades, sin embargo, se alejaban del patrón común. Mientras que Castilla y León, manteniendo altos porcentajes de repetidores, conseguía reducir su fracaso escolar y aumentar espectacularmente sus resultados en PISA, Cataluña, manteniendo mientras que le fue posible una repetición automática estricta, consiguió mantener bajas proporciones de repetidores en su sistema, pero ni rebajó su fracaso escolar  ni mejoró en PISA.
Sin embargo, el Ministerio de Educación  y los responsables de algunas comunidades siguen obsesionados con nuestro sistema de repetición, al que acusan de caro (cierto) e ineficaz (lo que no está tan claro). Incluso Schleicher, en su reciente visita a España, lo señaló como el gran mal de nuestro sistema.
La tentación es clara: se suprime la repetición y adiós problema.

Errores pasados
Lástima que no sea tan fácil. Es útil comprobar como el anterior intento de eliminar la repetición en España –la “promoción automática” de la Logse– desembocó en caídas sin precedentes en las tasa de idoneidad y en la multiplicación de los repetidores, incluso en Primaria.
Sin embargo, se echan en falta análisis que expliquen por qué se repite tanto en España, mucho más que con el anterior sistema [por cierto, que nadie se ha molestado en explicar la paradoja de cómo un sistema exigente y que facilitaba la repetición (LGE) tenía menos repetidores que un sistema menos exigente y que ponía trabas para repetir (Logse), ya entre los 8 y los 14 años, edades en que ambos sistemas escolarizaban al cien por cien de la población].
De hecho, el Informe PISA para España, elaborado por el Instituto de Evaluación, dice de pasada que la elevada repetición en Andalucía podría explicar el mal resultado de esta comunidad. Pero eso no está nada claro si se examinan los datos: aunque es cierto que en Andalucía ya han repetido a los 15 años el 48% de los alumnos –uno de los logros de la gestión de Cándida Martínez, que hundió las tasas de idoneidad en la región–, lo cierto es que si se tienen en cuenta sólo los alumnos no repetidores, sigue siendo uno de los más bajos.
De hecho, tiene un nivel muy similar al País Vasco o Cataluña (con muchos menos repetidores), todas ellas también con un nivel en los no repetidores por debajo de la media española.

Nivel bajo
Los datos indican que la cantidad de repetidores influye muy poco en el resultado global de la comunidad autónoma (sólo es capaz de explicar un 6% de la variación). Sin embargo, el nivel de los alumnos de 4º de la ESO puede explicar hasta el 91% de esa variación. O, lo que es lo mismo, se está buscando un falso culpable para nuestros problemas, probablemente porque el sospechoso con más papeletas es ya un sospechoso habitual que nuestros políticos conocen perfectamente, aunque muchos no quieran acordarse de que existe.
Porque nuestro sospechoso habitual es un viejo conocido de las estrategias políticas fallidas: bajar el nivel para mejorar las estadísticas.
Curiosamente (más bien no tanto), a altos niveles de rendimiento en PISA de los alumnos que no han repetido curso, se dan altos niveles medios en los alumnos repetidores, mientras que bajos niveles de los alumnos de 4º de ESO se corresponden con bajos niveles de los repetidores. Lo que desemboca en unos malos resultados de la comunidad en cuestión.
Naturalmente, un bajo nivel de los alumnos no repetidores lo que indica es una baja exigencia del sistema en esa comunidad. No es de extrañar que las tres comunidades con menos fracaso escolar –Asturias, País Vasco y Navarra– no hayan dado la talla en PISA: lo han conseguido bajando el nivel de exigencia para pasar de curso y, probablemente, para obtener el título.
Además, estas políticas tienen efectos colaterales: como puede verse en País Vasco y Cataluña, la baja exigencia parece dejar a los alumnos con problemas aún más descolgados, aunque sí reduce la proporción de repetidores. Andalucía no consigue ni lo uno ni lo otro.

Repetidores con buen nivel
Por otro lado, también es cierto que una alta exigencia no siempre consigue reducir los descolgados tanto como sería deseable: mientras que Castilla y León y La Rioja sólo tienen un 15% de los alumnos entre los 300 y los 400 puntos en la escala de Ciencias, Aragón, Cantabria o Navarra superan ampliamente el 20%.
En relación a los porcentajes de alumnos repetidores según el nivel, se produce en prácticamente todas las comunidades un extraño fenómeno que, para ser explicado, necesita análisis de mayor calado, y que no debería dejar dormir tranquilos a los responsables políticos de nuestra Educación. Porque es un hecho grave.
Se da la circunstancia de que en España un 4% de los alumnos repetidores tiene niveles altos de rendimiento, por encima de 550 puntos (aunque para este artículo se utiliza la escala de Ciencias, este hecho ocurre de forma similar en Matemáticas, por ejemplo), mientras que un 13% tiene un nivel por encima del promedio de la OCDE –y más elevado que el español.
Por contra, un tercio de los alumnos no repetidores se encuentra por debajo de la media, algunos (un 4%) incluso por debajo de los 400 puntos. ¿Podría tratarse de que el sistema de repetición temprana funciona de forma eficaz, y ello permite recuperar a los alumnos rezagados? Ningún otro dato lo avala, salvo quizás en Castilla y León: de hecho, el predictor más claro del fracaso escolar en España es que el alumno haya repetido curso antes de los 15 años.Y el fenómeno, insistimos, se repite en el resto de comunidades.

Tambaleante equidad
La alternativa que nos queda es que está fallando la cada vez más tambaleante equidad de nuestro sistema educativo. No sería tan extraño, pues tenemos un sistema en el que haber nacido varón o en ciertas comunidades autónomas aumenta exponencialmente las probabilidades de fracasar en los estudios.
¿Podría haber una característica común en los alumnos que obtienen buen rendimiento en PISA y sin embargo fracasan en sus estudios? Descartada la sobredotación (puede ocurrir en algunos casos, pero no tenemos tantos alumnos de alta capacidad en España: qué más quisiéramos), se impone investigar qué característica perjudica a estos alumnos para que, teniendo un rendimiento aceptable, no se encuentren escolarizados en el curso que les corresponde.
Ésta, y no la mediocridad rebautizada como “equidad”, sería la verdadera equidad de nuestro sistema: el mérito por encima de cualquier otro condicionante.


Nivel de los alumnos españoles de 15 años en la escala de Ciencias de PISA 2006, por curso y Comunidad Autónoma
Los alumnos repetidores no tienen el mismo nivel en todas las comunidades, y la media de sus rendimientos varía enormemente de unas regiones a otras

 Castilla y León consigue mantener un nivel muy alto en los alumnos no repetidores, sin dejar descolgados a los birrepetidores.
La Rioja no le va a la zaga, salvo en el nivel de los alumnos de 2º de ESO, con un nivel por debajo del castellanoleonés.
Aragón y Cantabria   responden a patrones similares, con buen nivel tanto en 3º como en 4º de ESO, pero bajo en 2º .
Navarra, Asturias y Galicia no tienen tan buen nivel en 4º de ESO,  pero se mantienen en 3º y 2º muy por encima de la media.
País Vasco y Cataluña responden a patrones similares: bajo nivel en 4º de la ESO –aunque mantienen la media general gracias a que tienen pocos repetidores–, bajo nivel en 3º de ESO y unos repetidores múltiples con niveles ínfimos.
La media España no presentada a PISA mantiene unos niveles medios (para España) para todos los cursos examinados. 
Andalucía mantiene las medias por curso algo por encima de la vasca o la catalana, pero con un alto nivel de retraso.


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