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Los objetivos de Educación para Todos, fijados para 2015, se escapan

El número de niños escolarizados ha aumentado desde 2000, pero también lo han hecho la población de las zonas más desfavorecidas. La aplicación de la ley debe ser la primera medida.
Martes, 22 de abril de 2008
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Autor: Lola Gª AJOFRÍN


“Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos”. Hace algo menos de medio siglo que el premio nobel de la paz y activista del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos para los afroamericanos, Martin Luther King, pronunciaba esta frase. Cuatro décadas después de su muerte, con motivo de la Conferencia sobre Derecho a la Educación en África Sub-Saharania de la Unesco y coincidiendo con el 40 aniversario de su asesinato, se pronunciaba esta otra en Boston “el logro de los objetivos de Educación Para Todos fijados para 2015 parece bastante lejano”.

África pide auxilio y el resto del mundo no puede taparse los ojos. Así podría resumirse la conclusión del encuentro sobre Derecho a la Educación,  celebrado entre el 2 y 5 de abril en Boston y en el que se puso de manifiesto, no sólo la preocupante situación del continente africano, en el que un 50% de la población no tiene acceso a ningún tipo de educación, sino el peligro que supone que el resto de países se crucen de brazos.

“Los gobiernos mundiales tienen responsabilidades muy serias de solidaridad internacional, sobre todo, en cuanto a mantener por intereses económicos y de explotación de recursos naturales, situaciones de vulneración de derechos humanos, conflictos e injusticias”, explicó el Presidente de la Fundación Europea Sociedad y Educación, Miguel Ángel Sancho, asistente al seminario convocado por el profesor Jan de Groof, Encargado de Misión de la Unesco para el Derecho a la Educación y el profesor Charles L. Glenn, Decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Boston. 

Lo que se ha hecho
18 años después de la primera Conferencia de la Unesco de Educación Para Todos, y ocho después de la segunda ronda, las cuentas no salen. En algunos colegios africanos, los alumnos sólo cuentan con un bolígrafo y un cuaderno para todos. “Y aunque no cabe duda de que globalmente y en relación con años anteriores la escolarización ha aumentado”, explicó Miguel Ángel Sancho, –algo que enunció recientemente el Informe de Seguimiento de EPT de 2008 que afirma que “el número de niños escolarizados en el mundo se ha incrementado considerablemente desde 2000”–. “El problema es que también lo ha hecho la población mundial y en las zonas más desfavorecidas”, aclaró el Presidente de la Fundación Europea Sociedad y Educación.

Lo que se está haciendo

Mucha teoría y poca práctica. En la mayoría de los casos, las leyes son correctas pero no se aplican. Ésta es una de las conclusiones a las que se llegó en el Seminario de Boston, en el que se planteó la necesidad de revisar las políticas reales de los países y no sólo los marcos legales. Los motivos proceden de las políticas financieras y sociales de los gobiernos, pero también de la falta de infraestructuras. “El problema, –explicó Miguel Ángel Sancho–, es que la Educación no es una prioridad de muchos gobiernos a la hora de asignar recursos y que las políticas sociales son muy escasas”. A lo que se añade la falta de cordones sanitarios y de un mínimo de infraestructuras de servicios higiénicos alrededor de las escuelas, “lo que dificulta enormemente la asistencia a clase, particularmente de las niñas”, aclaró.
En algunos países como Tanzania, la cualificación del profesorado es prácticamente nula; en Sudáfrica, donde conviven dos sistemas educativos diferentes, entre un 60% y un 80% de las personas de raza negra de las zonas rurales  no tiene posibilidad de desarrollarse ni social ni económicamente; en el caso de los refugiados, como los de la República Democrática del Congo, las dificultades que encuentran en el país de acogida no les permiten seguir ni su propio currículo, ni en su lengua;  y en muchos casos, los costes de la Educación son tan elevados que los padres no pueden permitírselo.

Lo que queda por hacer

Con este panorama, hace falta una actuación inmediata y no sólo sobre el papel.  Charles L. Glenn, apostó por medidas específicas y aclaró que “el resultado de Educación para todos es en gran parte un sin sentido si se entiende sólo como la idea de meter a cada niño en el colegio por algún tiempo”. Porque  “algunos colegios puede que hagan más daño que bien”, añadió.  Por ello, uno de los propósitos de su proyecto es explicar con detalle lo que realmente significa que cada niño reciba la educación adecuada, y  lanzó una advertencia: “éste es todavía, por supuesto, un problema para Estados Unidos o para España”.

Miguel Ángel Sancho también señaló a España y recordó que “Europa no puede mirar al otro lado y debe ser consciente de lo que ha producido determinado tipo de colonialismo”. Para ello, recomendó aumentar las ayudas, hacerlas llegar de manera más eficaz a las zonas y personas que más lo necesiten, reforzar la acción de las ONG y vigilar la corrupción sobre estas ayudas. “Toda acción de apoyo tiene su valor dada la situación de necesidad”, concluyó.

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