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España se embarca en la segunda fase de la reforma educativa de Guinea Ecuatorial

Desde 2005 los estudiantes ecuatoguineanos disponen de libros de texto propios, en los que convergen la cultura española y la del país. El material de inglés o francés y religión es el único del que no se ha hecho cargo España.
Martes, 1 de julio de 2008
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Desde su independencia en 1968, Guinea Ecuatorial ha acogido en su seno como buenamente ha podido una arcaica herencia española, la tradición de una amplia variedad de etnias y la mezcla de lo que ni es una, ni es otra y que crea en ella esa heterogeneidad desconcertante que caracteriza a las antiguas colonias. Entre la mezcla, la herencia y el desorden, durante cerca de cuatro décadas, la Educación ha sobrevivido en el país entre libros de la reválida española y la EGB y la ausencia de ellos. “Los libros empezaron a deteriorarse, hasta llegar un momento en el que, ni los alumnos, ni los profesores contaban con uno”, explica Antolín Nguema, técnico del Ministerio de Educación, Ciencia y Deporte de Guinea. “Como se suele decir, eso era cada maestro con su librillo”, añade.

Eduardo Soler, inspector central de Educación de España, llegó a Guinea Ecuatorial, en 2005, para participar en una reforma educativa –en colaboración entre el Ejecutivo español y el ecuatoguineano– que terminase –o al menos suavizase– las “terribles condiciones de enseñanza” que venían gestándose desde hacía años. Y para detectar lo que necesitaba el país, el primer paso fue elaborar un informe de situación –redactado entre 2004 y 2005– que sacase a la luz las intervenciones que más urgían.

 Una de los primeros problemas que hubo que abordar fue el desfase edad-curso de los alumnos, derivado en la mayoría de los casos, de la amplia movilidad de la población del país. “Como es gente que no tiene nada, se mueve con mucha facilidad de un lado a otro”, aclara Soler. Y después, “la falta de material esencial para el aula”, relata Nguema. En relación a los libros de texto, aquí convergían dos dificultades esenciales, una de ellas, era la ausencia y deterioro del material, y la otra, la necesidad de que en sus páginas se reflejasen elementos de la cultura guineana. “El niño no puede aprender bien si no encuentra en el libro referencia de su entorno”, advierte Ricardo Oyono Nkulo, profesor de lengua y literatura en varios institutos guineanos que cuenta, que “por ejemplo, en Matemáticas, ahora se pregunta sobre la distancia entre Malabo y Bata, y no sobre Madrid y Valencia, como se hacía antes”. Los libros más reformados “fueron los de Historia y Plástica” –según Miguel Ángel Sánchez, coordinador del de Plástica.

Aparte de la introducción de los libros de 1º a 6º de Primaria –en breve llegarán los de Secundaria–, la reforma ha modificado también la estructura educativa del país. “La duración de la Educación Básica ha pasado de 9 a 10 años como establece la Unesco”, aclara Antolín. Y para ello, se ha tenido que introducir un curso más en Primaria, –6º–, que según él, permite una homologación más fácil de los títulos en otros países. Otro punto clave de la reforma ha sido la formación de los docentes en el uso del nuevo material de clase. Ahora le toca a la segunda fase, centrada en Bachillerato y FP.


Lo que falta por hacer en el aula ecuatoguineana
Condiciones de trabajo
Todavía queda mucho por hacer, según Antolín Nguema, en lo referente a las condiciones en las que trabaja el docente en Guinea, debido pricipalmente al asombroso éxodo rural que está viviendo el país en los últimos años. “Mientras en algunos colegios rurales apenas estudian 15 ó 25 alumnos por aula y de distintos niveles –lo que ocurre en las escuelas unitarias o unidocentes–, en algunas zonas urbanas de Malabo o Bata, “hasta llegan a juntarse 60 alumnos por clase”, aclara.

Metodología de trabajo
El profesorado todavía necesita mucha formación en relación a la metodología de trabajo en clase, según Nguema.

Cobertura educativa
“El cuerpo docente no crece ni de lejos al ritmo que lo hace el número de niños en edad escolar cada año”, explica Antolín Nguema, y en muchas zonas faltan profesores.

El segundo idioma
El gobierno español ha participado en la elaboración de todos los libros de texto, excepto de los de una segunda lengua y de Religión. En lo referente al Inglés o Francés, todavía no se ha elaborado ningún libro de esta materia y cada profesor decide en su aula cúal de los dos idiomas se imparte o con qué material se hace.

La religión
En el caso de la religión, tampoco España, al tratarse de un Estado no confesional se ha encargado de la elaboración de su libro de texto. El Ministerio de Educación ecuatoguineano y la Conferencia Episcopal fueron finalmente quienes se ocuparon de ello.

Acceso a libros

Aunque los libros de Primaria ya estabanlistos para el curso 2005-06. “En Guinea todo es muy lento”, explica Miguel Ángel Sánchez, coordinador del libro de Plástica y el primer año los niños sólo disponían de fotocopias.”Lo mismo parece que va a ocurrir ahora con los de Secundaria”, añade.

Trabas de la burocracia

Según Miguel Ángel Sánchez, la elaboración de algunos capítulos fue especialmente difíciles por la particular visión del Gobierno de Guinea.

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