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Estadísticas educativas: un baile de cifras para conocer la realidad escolar

Los datos de fracaso escolar publicados por MAGISTERIO han dado pie a la polémica sobre cómo y qué calculan las estadísticas educativas. Ésta es una guía para entender qué dicen los porcentajes.
Miércoles, 17 de septiembre de 2008
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Autor: Pablo ROVIRA

El conseller de Educación de la Comunitat Valenciana, Alejandro Font de Mora, ha remitido una carta a la ministra de Educación solicitándole la revisión en el método de cálculo de las estadísticas educativas, las cuales, señala, pueden dar lugar a interpretaciones erróneas y, en consecuencia, a la alarma social. Y es que la realidad del sistema educativo no cabe en una cifra y menos en un titular de prensa. Sin embargo, sin estos indicadores es difícil conocer la situación del sistema. Pero, ¿qué es realmente lo que calculamos y qué nos permiten conocer?

¿Por qué se dice que en la Comunitat Valenciana hay un 39,7% de fracaso escolar?
El fracaso escolar determina el alumnado que no logra titular en ESO. Para calcularlo, por tanto, hay que conocer cuántos alumnos sí titulan. Es lo que se llama la tasa bruta de graduados en ESO. Para calcular esta tasa, el Mepsyd relaciona el número de titulados en un curso determinado con la población de 16 años según el INE, que es la edad teórica de terminar la Secundaria.

¿Y qué pasa con un alumno que titula con 17 años? ¿Figura como fracasado?
No. Al tratarse de una serie, siempre que titule, aparecerá en el numerador. Por tanto, no ‘desaparece’ de la estadística ningún titulado.

¿Por qué la tasa de idoneidad a los 15 años, del 55% en la Comunitat Valenciana, no coincide?
Es otro indicador que proporciona el Ministerio. Calcula el alumnado que está matriculado (independientemente de que consiga el título) en el curso que le toca por edad. Esto quiere decir que alrededor del 45% de los estudiantes de cuarto de ESO son, en su gran mayoría, repetidores, aunque pueden existir otras causas con porcentajes menores.

¿Por qué el conseller d´Educació de la Comunitat Valenciana dice que el fracaso escolar era del 26,55% en 2006-07 y bajó al 24,39% el curso pasado?
Porque el conseller tiene también razón. Incluso con datos más actualizados de los que proporciona el Mepsyd. Lo que pasa es que el conseller se refiere a los alumnos matriculados en cuarto de ESO que promocionan y no al conjunto de la población en edad de promocionar. Por eso, en estos porcentajes no aparece el alumnado que abandona sus estudios sin ni siquiera llegar a cuarto. Y éste es, a juicio de muchos expertos, uno de los dramas de nuestro sistema educativo: los chavales que se quedan en tercero e, incluso, en segundo. Y más cuando un cambio de ley permite la repetición por curso y no por ciclo.   Por eso se creó PROA, se amplían los programas de diversificación curricular, que pueden durar dos cursos (3º y 4º) y se crean los programas de cualificación profesional inicial. Y, a diferencia de la Garantía Social, sus alumnos sí podrán titular.

Ahora se habla mucho del abandono educativo temprano. ¿Qué es?
Este indicador calcula el porcentaje de población de 18 a 24 años que no tiene al menos un título de Secundaria superior (Bachillerato o FP de Grado Medio) y no ha seguido ningún programa de formación en el último mes. En España está en el 31%. Y, de hecho, es uno de los indicadores de evolución más positiva en la Comunitat Valenciana. Además, es uno de los objetivos de Lisboa para 2010, que exige que debe estar por debajo del 15%. Siendo un indicador europeo, su problema para conocer la realidad de nuestra obligatoria es doble: si se dice que el gran problema está en la ESO, este indicador se refiere a enseñanzas postobligatorias. Además, va, digamos, con algunos años de retraso. Si el dato del 31% (nacional, no autonómico) es de 2006, y se refiere a la población de 18 a 24 años, quiere decir que las políticas iniciadas, por ejemplo, por el actual conseller (que llegó en 2003) todavía no se han podido ver reflejadas en su totalidad en este indicador. Hay que recordar que los cambios en la Educación son lentos, mientras la política se vive día a día, y a veces los responsables políticos tienen que dar la cara ante cifras ‘heredadas’ o, por contra, su gestión se deja sentir cuando ya no ocupan tal responsabilidad. Otro ejemplo: la Logse se aprobó en 1990, pero sus efectos estadísticos se comenzaron a notar en 1999-2000. Por eso es tan importante conocer los datos pronto.

¿Por qué dice el Ministerio que el dato de fracaso escolar está desfasado?
Efectivamente, corresponde al curso 2005-06. Pero la pregunta sería otra: ¿por qué el Ministerio actualiza tan lentamente los datos? Y es que aunque sean de hace tres cursos, la verdad es que los dio a conocer hace un mes, en agosto, un mes inhábil en la Educación. Según el artículo 147 de la LOE, el Ministerio “dará a conocer la información que ofrezca periódicamente el Sistema Estatal de Indicadores”, y las autonomías deberán proporcionarles los datos. Como se puede leer al principio del artículo, la Conselleria sí tiene los datos de los titulados del curso pasado, y las estadísticas del INE están ahí. Por tanto, se nos escapan las razones de por qué los últimos datos son de 2006.

¿Podemos llegar a obsesionarnos con las estadísticas?
Ciertamente, existe el riesgo que, de hecho, puede provocar un afán de ‘titulitis’. Algún colectivo docente de Andalucía ya ha denunciado, por ejemplo, la presión que sufren por parte de la Administración por aprobar a alumnos que a su juicio no están preparados y el plan de incentivos (conocido como el de los 7.000 euros), relaciona incentivos económicos al profesorado con resultados académicos. Esto provoca (va por comunidades) una especie de ‘devaluación educativa’, donde el título se consigue con menor nivel de conocimientos. Para corregir esto, se supone que estarán las evaluaciones diagnósticas de las competencias básicas que va a poner en marcha el Mepsyd. Mientras, sólo tenemos el Informe PISA (al cual la Comunitat no se presenta, como Extremadura y Castilla La Mancha), el único que cumple con unos requisitos mínimos: mide el rendimiento, es una evaluación externa al sistema y nos compara con el resto del mundo. Y en este caso, también es un documento que sobrepasa la capacidad de un titular de prensa.

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