El indicador de nivel de formación de los jóvenes podría bajar del 60%

Autor: José Manuel LACASA

El nivel educativo de los jóvenes podría caer por primera vez desde 1995 por debajo del 60%. Este indicador es uno de los Objetivos de Lisboa 2010 y mide el porcentaje de jóvenes entre 20 y 24 años que han obtenido al menos el título de Secundaria superior (Bachillerato o FP de Grado Medio). La meta marcada es del 85%, y aunque sabemos hace años que era matemáticamente imposible alcanzarla, tampoco las previsiones auguraban que siguiéramos cayendo a tan sólo dos años de la rendición de cuentas de 2010.

El dato no es aún definitivo, pues aún falta el último trimestre de 2008, pero la media de los tres primeros pone el indicador justo en el 60%, y como se puede ver en el segundo gráfico, rara vez el 4º trimestre arroja resultados mejores que el 3º. De todas formas, la tasa interanual (del 4º trimestre de 2007 al tercero de 2008) es ya del 60,4%. Los datos están extraídos de la Encuesta de Población Activa, realizada por el Instituto Nacional de Estadística.

Evolución negativa
Entre 2000 y 2007 España ha sido uno de los poco países que ha empeorado en este indicador. Es más, los dos únicos países que están peor que nosotros, Malta y Portugal, mejoraron en ese mismo tiempo 13 y 10 puntos respectivamente, mientras España se dejaba casi cinco. De confirmarse el último dato de 2008, nuestro país habría caído seis puntos, consiguiendo así empeorar cerca de un punto por año.

Naturalmente, en la última evolución negativa tiene mucho que ver el peso de la inmigración: como se puede ver en el gráfico, el empeoramiento del último año se debe casi todo a los inmigrantes (en el cálculo de datos se ha considerado inmigrantes a los nacidos fuera de España, tengan o no la nacionalidad española). Es decir, es ahora cuando el indicador comienza a notar de verdad el peso de los extranjeros, y no en el año 2000 como defendían no pocos no hace mucho.

Sin embargo, no hay que olvidar que el indicador está estancado o bajando desde hace tres años si consideramos sólo a los nacidos en España, y que el peso de la inmigración en el fracaso (aquellos que no obtienen el título de Secundaria superior) es aún muy pequeño: no llega a explicar ni el 8% del fracaso, lo que quiere decir que el 92% restante está compuesto íntegramente de españoles.

¿Seguiremos bajando?
Pues todo indica que sí: primero, porque el fracaso escolar en España es ya del 31%, lo que quiere decir que partimos de una muy mala base para mejorar; y segundo, porque se necesitan varios años de mejora paulatina del sistema para que eso se note en este indicador. Y desde luego ningún indicador anuncia de momento mejora alguna.

El Mepsyd se reunirá en breve con las comunidades autónomas para analizar este dato y el del abandono educativo temprano, otro de los Objetivos de Lisboa. Se espera que de esa reunión no sólo salgan buenas palabras, sino una serie de medidas concretas y, al menos, una serie de objetivos que se esperan alcanzar con la LOE: ¿cuánto espera el Ministerio mejorar en los indicadores principales de nuestro sistema educativo?

Porque si no podemos estar cayendo en una nueva trampa saducea: si tenemos que esperar 15 años a que el Gobierno reconozca el fracaso de una Ley de Educación, y ésta se cambia cada 15 años, no mejoraremos jamás, además de no poder pedir cuentas de los malos resultados más que a la Historia. Igual que tanto se habla de una memoria económica, no estaría de más una memoria de objetivos: nuestro país no puede permitirse otra mala Ley de Educación.