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Europa se moviliza contra el recorte de fondos de la enseñanza italiana

Berlusconi reducirá en 8.000 millones de euros el gasto de la escuela pública
Martes, 18 de noviembre de 2008
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Autor: Lola GARCÍA-AJOFRÍN

Hace poco más de un mes, la ministra de Educación italiana, Mariaestella Gelmini se propuso paliar la crisis económica del país recortando los presupuestos de la escuela pública. Y como cabía de esperar, se ha encontrado con el enojo de una gran parte de los italianos. La tierra que fue paradigma cultural siglos atrás vuelve a estar en boca de todos por motivos muy distintos. Ya no sólo desde Italia se exige detener el recorte de la financiación de la Educación pública. En los últimos días numerosas ciudades europeas se han alzado en pie de guerra contra la iniciativa de Berlusconi.

“Lo que no hicieron los bárbaros lo han hecho Gelmini y Tremont” rezaba una pancarta de las decenas de jóvenes italianos que se manifestaron el pasado 14 de noviembre en Madrid contra la reforma educativa de los ministros de Economía y Educación de Italia, Giulio Tremont y Mariastella Gelmini. París, Londres, Lisboa, Bruselas, Valencia, Sevilla, Barcelona… y así hasta una veintena de ciudades europeas se solidarizaron con el resto de movilizaciones simultáneas que se celebraron en toda Italia y que persiguen el único objetivo de frenar el recorte presupuestario, de horario lectivo y de puestos de trabajo en el campo de la enseñanza que pretende el ejecutivo.

En la capital española un centenar de estudiantes Erasmus y miembros del Instituto Italiano de Madrid, con las caras pintadas de blanco y máscaras en señal de protesta se movilizaron en el centro de la ciudad para exigir la eliminación de las leyes 137 y 133, –las responsables de las multitudinarias protestas–, y que ya han sido aprobadas por el Senado, según Manuela Lebrusán, representante del Instituto Italiano de Cultura de Madrid, “sin discusión en el Parlamento y con el completo desacuerdo de toda la opinión pública”. En Roma, hasta un millón de estudiantes y profesores, según los organizadores, salieron a la calle para pedir clemencia por su futuro.

Pero las voces contrarias a la reforma no sólo provienen del sector de la enseñanza. El que fue presidente de la Cámara de los Diputados, Fausto Bertinotti y el máximo exponente del partido Italia de los Valores, Antonio Di Pietro también han manifestado su enfado. Desde la oposición, el líder del Partido Demócrata, Walter Veltroni, anunció que promoverá un referéndum para abolir la tan criticada ley.

Pero para entender el disgusto de docentes y estudiantes hay que profundizar en los efectos de la reforma. El objetivo de la polémica normativa, según declaró la propia ministra de Educación italiana, Mariastella Gelmini hace unos días es “racionalizar el gasto público”. Pero para los jóvenes italianos el recorte va más allá. “Lo que pretende el gobierno de Berlusconi es que los estudiantes, que serán los futuros ciudadanos, sean lo más ignorantes posibles y fáciles de manipular”, manifestaba indignado Walter Costa, un estudiante Erasmus de Ciencias Políticas con megáfono en mano y cara tiznada de blanco.

En concreto, la ley 137, –bautizada como “Ley Gelmini” en honor a la ministra–, si se cumplen los pronósticos de los sindicatos, implicará la drástica reducción de 130.000 puestos de trabajo –87.000 docentes y 44.500 colaboradores escolares–; la reincorporación en las escuelas de Primaria del “maestro único” por aula, –que según ha puntualizado el primer ministro de la República italiana, Silvio Berlusconi, estará secundado por un enseñante de religión y otro de inglés; la disminución del horario de clase de 32 a 24 horas semanales; la separación de los alumnos extranjeros de sus compañeros en “clases puente”; y un recorte de 8.000 millones de euros de los fondos asignados al sector.

A esta ley se une el decreto 133, aprobado el pasado 6 de noviembre por el gobierno italiano y que plantea nuevas modificaciones –éstas para la Universidad–. Los nuevos recortes, que Gelmini calificó públicamente como “menos dolorosos” supondrán, según el Gobierno italiano, la racionalización de los estudios, la eliminación de los cursos con un solo estudiante y la disminución de las sedes autónomas. Lo que los sindicatos traducen en un recorte de 455 millones de euros de los fondos destinados a la Universidad, la progresiva conversión de las facultades en fundaciones privadas y la reducción del 20% del profesorado –sólo se contratará un profesor por cada cinco jubilados–.

El 12 de diciembre tendrá lugar una nueva movilización en Italia, organizada por la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), principal federación sindical del país. Y en España, los estudiantes del Instituto Italiano han creado una plataforma a través de Facebook y según indican en un comunicado, las movilizaciones “han alcanzado tal magnitud que no podrán ser ignoradas en el futuro”.

Repaso de la reforma educativa de Italia en cifras
Ley 133
La Ley 133 fue aprobada el pasado 6 de noviembre por el Gobierno de Silvio Berlusconi e implica menos financiación para la universidad y su progresiva privatización.

Ley 137
La Ley 137, apodada como la “Ley Gelmini” en honor a la ministra de Educación italiana, fue aprobada el pasado 29 de octubre y supone la reducción de presupuesto, horario lectivo y puestos de trabajo en la Educación pública no universitaria de Italia.

30 de noviembre
El 30 de noviembre tuvo lugar la movilización más numerosa contra la reforma de la enseñanza, tras la aprobación la jornada anterior de la Ley 137.

8.000 millones de euros

Se recortarán 8.000 millones de euros de los fondos asignados a la enseñanza Primaria y Secundaria de las escuelas públicas italianas.

455 millones de euros
La 133 dicta el recorte de 455 millones de euros del presupuesto asignado a la Educación universitaria.

130.000 trabajos
Se reducirán 130.000 puestos de trabajo, -87.000 docentes y 44.500 colaboradores escolares-, en los próximos tres años.

20% del profesorado
La aplicación de la ley 137 implicará la reducción del 20% del profesorado universitario. Sólo se contratará a un profesor por cada cinco de los que se jubilen en las facultades.

Un maestro por aula
Un maestro único impartirá en Primaria, como se hacía anteriormente, todas las asignaturas a sus alumnos. Tan sólo contará con el apoyo de uno de inglés y otro de religión, según ha puntualizado Berlusconi.

24 horas semanales

De las 32 horas de clase que se impartían en Primaria se pasará a 24 horas, en las que se tendrán que concentrar todas las materias que antes se enseñaban en 8 horas más de clase.

12 de diciembre
La Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), principal federación sindical del país, ha previsto una nueva movilización contra la reforma para el próximo 12 de diciembre en Italia.

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