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"Una población que permite que haya un 10% de abandono es inasumible"

Es uno de los consejeros más veteranos y se nota en que está de vuelta de teorías pedagógicas y experimentos fracasados. Sólo funciona ya el pragmatismo, los rendimientos y los resultados objetivos. La evaluación del sistema.
Martes, 11 de noviembre de 2008
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Autor: José Mª de MOYA

Asturias ha iniciado de forma experimental este curso la evaluación del profesorado, una iniciativa que “no goza de la simpatía de los sindicatos ni de muchos profesores –según reconoce el propio consejero, José Luis Iglesias Riopedre– pese a que el mundo cada vez más se va incorporando a la cultura de la evaluación”.

Asturias tiene unas cifras de ensueño: un 22,29% del presupuesto en Educación con 6.489 euros de gasto por alumno, una ratio de 8,8 alumnos por profesor… Entonces, por favor, dinos algún secreto, alguna receta.
Hay pocos secretos y pocas recetas. Yo creo que los buenos resultados académicos ya son una tradición bastante larga en Asturias y en general en todas las sociedades industrializadas. En Asturias ha habido, además, una bajada de población importante que nos ha permitido –eso sí: gastando dinero– tener unas ratios muy favorables. Hemos podido permitirnos el lujo de tener 25 alumnos como máximo en la ESO y 30 en Bachillerato. Y tener múltiples programas de diversificación, agrupamientos flexibles, programas  para inmigrantes, etc… que nos han permitido tener unos rendimientos aceptables. Nuestros objetivos son los objetivos europeos. Y estamos lejos todavía.

Me parece tremendamente ambicioso que os marquéis como objetivo reducir al 10% el abandono escolar, con un 85% de titulados en Bachillerato que son los objetivos europeos. ¿Para 2010 vais a por ello?

Sí, sí. Nos hemos planteado que los centros asuman esos objetivos. Pusimos un objetivo digamos pequeño: 1% en titulaciones más este año. Nosotros creemos sinceramente que hay que ir a los objetivos europeos. Hay que cumplirlos. Estamos convencidos de que una población que permite que haya más de un 10% de abandono escolar prematuro, sin cuestionarse a sí misma, para mí es inasumible. Significa que una cantidad de miles de ciudadanos no tienen ninguna opción profesional en el futuro.

Es carne de marginación.

Exactamente. Entonces yo creo que esas son las grandes batallas que hay que dar. Nosotros en estos momentos estamos en torno al 84-85% de titulación de la ESO, pero nos falta el 5% para llegar al 90%.

Me parece que es la Comunidad Autónoma con la cifra más baja de fracaso escolar.

Estamos junto al País Vasco y Navarra.

Otra Comunidad a la que le va muy bien –Castilla y León– se ha marcado como objetivo el 15%. El 10% es situarse en la media europea.
En este momento estamos más o menos en la media. Queremos hacer el esfuerzo, pero yo creo que tiene que ser un esfuerzo compartido. No sólo la Administración, sino el profesorado, los alumnos, las familias… que tienen un papel clave. Nosotros mejoramos la gratuidad pero, desde luego, donde se juega de verdad este tema es en las aulas, en los centros educativos. Y ahí tenemos que convencer a todos de que es posible y de que es necesario.

¿Qué riesgo hay de que esto sea traducido por las aulas como que hay que aprobar más?

Ese es el reto, el peligro. Cuando tú te planteas tener más titulaciones significa aprobar más, pero el problema no es aprobar por aprobar. Yo le digo a los directores que tenemos los recursos suficientes en los centros para exigirnos más. Para que los chicos que tienen más dificultades y problemas tengan más apoyo. Se trata de que se haga a  través de su esfuerzo, porque eso es clave y fundamental. Tenemos que convencer primero a los alumnos en las aulas, a las familias y a toda la ciudadanía. Que si queremos ser una ciudadanía de primera –con todos los derechos del mundo– debemos alcanzar esas titulaciones que se plantean en Europa.

Se ha criticado que las reclamaciones las atendiera la Consejería…
Algunos decían que estos son los “aprobados políticos”. No se trata de eso, porque aquí, por ejemplo, se nos acusaba de ello, porque efectivamente hubo un momento en que las reclamaciones venían a la Administración. Y yo he suprimido eso. Y a pesar de que las reclamaciones ya no vienen aquí, y de que hemos pasado los exámenes a septiembre, este año hemos aumentado la tasa de titulación de la ESO en un 0,34%. Es decir, que el tema es que cuando la gente asume realmente los objetivos, trabaja, y ve la necesidad de que realmente haya alumnos que tengan mejores resultados; y si todos nos ponemos a la tarea, pues mejorar los resultados es posible.

El porcentaje de aceptación de reclamaciones, ¿ha bajado o ha subido?

Ha bajado. Sí, ha bajado. Aquí venían las reclamaciones y después la inspección, junto con la Dirección General de Ordenación Académica, decidía. En este momento ha bajado el número de reclamaciones, lo que me parece perfecto, un rasgo más de la autonomía de los centros.

Haciendo análisis hemos visto que no hay un paralelismo entre los resultados de PISA, que mide conocimientos, y las cifras de fracaso. Eso nos hace pensar que el título vale distinto en unas comunidades o en otras.
Y en unos países y en otros. Es que el PISA mide cosas distintas. La gente en las aulas y en los centros lo que hace son exámenes que les han explicado anteriormente y con preguntas relacionadas con aquello que se ha explicado. Los que mide PISA son capacidades. No puede ser de otra manera porque son sistemas muy distintos. Por eso ahora, en todo el mundo, estamos trabajando mucho las competencias, que es clave. Porque el tema no es que tú puedas responder  a un examen, sino lo que tú aprendes realmente y puedas usar en tu vida diaria, en la práctica, lo que llamamos habilidades concretas. El conocimiento, no sólo el teórico sino el que debe ser aplicado, es lo que te da las capacidades y las competencias. No se trata sólo de objetivos y contenidos, sino de competencias y capacidades.

En PISA creo que quedan bastante por encima de la media…
En Ciencias quedamos por encima de la media de la OCDE. En Matemáticas la media es de 498 y nosotros tenemos 497, justo con Francia y el Reino Unido. En Lectura estamos por encima de la media española pero bajamos, de ahí que hayamos puesto en marcha un plan de lectura que ya preveía la LOE. Yo espero que, en fin, sé que estas cosas no se cambian de la noche a la mañana, pero espero que a lo largo del tiempo  los alumnos españoles en general y los asturianos en particular  hayamos mejorado en comprensión  y en escritura.

¿Y en los idiomas?

El pensamiento depende del lenguaje. Si no dominas el lenguaje no puedes desarrollar un pensamiento adecuado y esa es la gran batalla que tenemos en este momento, porque yo creo que eso es un límite claro de nuestras capacidades. Y eso mismo pasa con los idiomas, especialmente el inglés. Ahí se está demostrando que hay un fallo importante y yo espero también que a través de las asignaturas bilingües que –la verdad, han tenido una aceptación  muy buena por parte de profesores, alumnos y familia– podamos también mejorar. Porque estos son los retos claves que tenemos en este país.

Me da la sensación de que habéis querido ser pragmáticos y poco ideológicos. No os habéis obsesionado con la Logse en Asturias.

Todo el mundo está de acuerdo en que la Logse hizo cosas importantes porque, por ejemplo, aumentó dos años la escolarización obligatoria o hizo una reforma importante de la Formación Profesional que yo creo que se consolida. Ahora, los grandes objetivos no se cumplieron. ¿Por qué? Entre otras cosas por falta de dinero, porque para cumplir esos objetivos había que bajar las ratios y poner a mucho más profesorado. Y eso no se hizo. Aparte, en aquel momento vivíamos con una serie de teorías ideológicas de Educación que, a lo largo del tiempo, se han demostrado que no eran verdaderas. Es decir, aquella importancia que se ponía en el proceso, en el rendimiento, en los resultados… Ahora estamos en la vía contraria. Los procesos son importantes, pero los rendimientos miden la calidad final. Había corrientes teóricas que no consideraban el esfuerzo, etc.

El libro que ha publicado Victoria Camps (Creer en la Educación) le pega un palo tremendo…

Con la Logse hay que ser realistas: fue una ley que jugó un papel importante en un momento en que el país necesitaba un cambio. Pero fue un cambio que estaba conectado con algunas teorías  que realmente fracasaron.

Las frases
Tutorías y orientación
“Tenemos que pasar de la enseñanza diversificada a la enseñanza personalizada. Tenemos que saber de cada chico que está en cualquier escuela Primaria o Secundaria cuál es su problema”.

Promoción de curso
“Llegado a 15 los años, un chico que ha repetido o repite por segunda vez en 2º de la ESO, nosotros le ofrecemos pasar ya a la iniciación profesional, porque consideramos que si a esas edades ya no se ha resuelto sus problemas es muy difícil y corre el peligro de perder el tiempo”.

Profesorado y sindicatos
“No sólo hemos mantenido el profesorado, lo hemos aumentado. Tenemos una ratio de un profesor por cada ocho alumnos, frente a uno por 14 en el resto del país. Pudimos haber reducido drásticamente el personal, que es lo que más cuesta en Educación y se hubiese ahorrado muchísimo dinero, pero no lo hemos hecho”.

Ciudadanía
“Los valores de la Constitución y los Derechos Humanos son sobre los que la EpC puede aportar una formación seria, más allá de que en otros temas es mucho más discutible”.

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