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“No nos sobran universitarios, sino personal poco cualificado”

Presidente de la Asociación Catalana de Sociología y miembro del Centro Europeo para el Desarrollo de la FP. Oriol Homs acaba de publicar el último estudio de la Fundación La Caixa titulado La Formación Profesional en España. Hacia la sociedad del conocimiento.
Adrián ArcosMartes, 10 de febrero de 2009
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¿Es la FP una segunda opción?
En absoluto. Es la vía de acceso al mercado de trabajo. Es la vía de especialización, ya sea al final de la ESO o al final del Bachillerato. O incluso ahora discutiríamos si esos famosos másters que tanto se están desarrollando es lo que podríamos llamar la FP de nivel universitario.

¿Qué retos tiene la Formación Profesional en un futuro próximo?
En el estudio hemos planteado los retos en el marco de la sociedad del conocimiento, que es el tipo de sociedad a la cual nos dirigimos. Una sociedad donde el conocimiento se convierte en el motor de innovación, de cambio y de competitividad más importante y, por tanto, la calidad, la formación y los recursos humanos son claves. Pero para llegar a esa sociedad no sólo hace falta más formación, sino también que se van a exigir unas necesidades de cualificación.

¿Cómo será el trabajo en esa sociedad del conocimiento a la que nos encaminamos?
La previsión es que los tipos de trabajo y los cambios organizativos en el mercado de trabajo apunten hacia una mayor exigencia de capacidades personales, que son complementarias a las necesidades estrictamente profesionales, es decir, a las técnicas de especialización en un campo determinado. Se nos requiere que desarrollemos capacidades que les llamamos competencias, es decir capacidad de movilizar aquello de lo que eres capaz de hacer. Porque no basta con decir que sabes hacer una cosa, sino que tienes que demostrar que eres capaz de hacerlo y que lo haces en condiciones profesionales.

¿Y qué tipos de empleo serán los que se creen?
Los empleos que se vayan creando se van a caracterizar por estar polarizados. Unos empleos serán muy altamente cualificados, muchos; y otros, también muchos, poco cualificados. Es decir, la sociedad del conocimiento no elimina necesidades básicas con trabajos poco cualificados. Esperamos una necesidad mayor de cualificación en general, a pesar de que los trabajos no siempre sean altamente cualificados, y una gran necesidad de empleos, de mano de obra para poder hacer frente a la problemática del envejecimiento de la población.

¿Están bien preparados los docentes para todos estos cambios formativos que se avecinan?
La base de los sistemas formativos son los centros y los profesores. Los centros se tienen que adaptar a estas nuevas necesidades, pero los profesores también. Los docentes que hoy están en FP están muy bien preparados teóricamente, casi todos son licenciados, hace años que están en el sistema formativo, pero por su trayectoria, en el momento que entraron eran personas con poca experiencia profesional en empresa. Son personas que pasaron de la Universidad directamente a enseñar en un centro formativo.

¿Y cómo tienen que adaptarse los centros a esta nueva situación?
Los centros de FP necesitan una agilidad de gestión que los centros públicos hoy no tienen. Con lo cual, si queremos adaptar la FP al entorno necesitamos una capacidad de autonomía, de agilidad de gestión, de concepto de centro muy distinta de cómo se gestiona un Bachillerato o una ESO.

¿Sería bueno adaptar también los títulos o ir actualizándolos?
Hoy pensamos que cada cinco años toda persona ha de renovar sus capacidades. E incluso hoy se empieza a pensar si los títulos deberían tener fecha de caducidad, con lo cual quiere decir que todas las personas deberán pasar continuamente por el centro.

¿Qué tipo de nivel formativo existe actualmente en España?
Nosotros estamos aún en una generación de población adulta con niveles muy bajos de formación, y eso hace que la estructura de cualificación en España se parezca a un reloj de arena, donde tenemos mucha gente poco formada en la base, muy pocos en el medio, que sería la FP y el Bachillerato, y tenemos bastantes arriba con un nivel de licenciaturas o Universidad. En Europa hay mucha más cualificación que en España, a pesar de que tengamos más universitarios que la media europea, pero como tenemos muy pocos intermedios, eso nos hace bajar.

¿Habría entonces que reducir el número de universitarios para aumentar el nivel intermedio?
No nos sobran universitarios. Hemos dicho antes que la sociedad del conocimiento va a exigir mucha más cualificación. Lo que sí que nos sobra es mucho personal poco cualificado. Es decir, esa figura de reloj de arena no se está reduciendo por abajo, porque nuestro sistema educativo sigue produciendo muchos jóvenes muy poco cualificados. Por lo tanto, sin necesidad de decir que hemos de desviar jóvenes de la Universidad, lo que hemos de hacer es que todos los poco cualificados que tenemos, se cualifiquen más y elevemos así el nivel de cualificación que tenemos en España.

¿Qué obstáculos existen en España con respecto a Europa?
En otros países tienen un sistema de FP mucho más adaptado a enseñanzas del mercado del trabajo que en España. Pero son países donde el mercado de trabajo es más tranquilo y donde se crean más puestos de trabajo cuando el ciclo es positivo, aunque luego se puedan reducir un poco. Pero no se viven las variaciones que hay en España, donde en muy poco tiempo pasamos de crear muchos puestos de trabajo a destruir muchísimos, y así continuamente. Tenemos un mercado de diente de sierra en el que lo que hoy es necesario mañana no lo es. Esa variabilidad tan importante del mercado de trabajo español dificulta la adaptación. Sin embargo, ese punto débil del sistema formativo español no ha tenido tanto impacto negativo, ya que hemos formado jóvenes muy generalistas, poco adaptados, pero sí más fácilmente adaptables a cualquier situación.

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