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Oposiciones: no sólo un tema de codos

Tanta demanda para tan poca oferta obliga a los opositores a utilizar bibliografía adicional para destacar sobre el resto. La organización, el optimismo e incluso la alimentación también contribuyen a un máximo rendimiento esos días.
Lola García-AjofrínMartes, 3 de febrero de 2009
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Para muchos maestros 2009 será sinónimo de muchas horas de estudio y pocas de sueño. Son miles los candidatos españoles que por estas fechas ya han empezado con la cuenta atrás para las temidas oposiciones y no está de más algún truco de última hora para apaciguar los nervios. A pesar de que el esfuerzo, la constancia y la motivación son los cimientos para preparar unas oposiciones, los expertos aseguran que no es sólo cuestión de codos.

Sin academias, ni manuales, Luís Prieto, del Sindicato Docente de la Región de Murcia (SIDI) obtuvo la mejor nota de los 9.000 opositores que se presentaron a las oposiciones de Secundaria el año pasado, con algo más de un 9,8. Su caso es un tanto atípico, –porque él mismo seleccionó el material con el que preparó el temario y sólo invirtió cinco meses en su estudio–, pero descubre la línea que separa el aprobado de conseguir una plaza: la originalidad.

“El mayor error de los opositores es considerar que con lo que te dan en las academias es suficiente”, lamenta Luís Prieto. “Todos los que llegan hasta allí está claro que se saben el temario y el objetivo debe ser destacar de tus compañeros. Somos mucha gente y hay poca plazas”. Y para eso, el secreto está en no limitarse a la bibliografía que tiene todo el mundo, demostrar que te has documentado y echarle imaginación. Para él esas dos líneas que pongas de cosecha propia pueden decidir la nota del examen.

Con el nuevo sistema de evaluación, los opositores ya no sólo aprueban en función del número de plazas, –como ocurría antes–, sino que ahora lo hace todo aquel que se lo merece. Pero el objetivo sigue siendo el mismo: conseguir plaza. Y para eso hace falta sobresalir de los miles de opositores que llevan el mismo material preparado.

Álvaro García, delegado por Badajoz del Sindicato del Profesorado Extremeño (PIDE) en varias ocasiones ha sido la otra cara de las oposiciones, la del tribunal. Su experiencia le permite recomendar a los opositores que “cumplan fielmente los ítems, recuerden los recursos didácticos, no olviden las referencias bibliográficas, expongan contenidos actualizados y, sobre todo, tengan muy presentes las TIC” si quieren pasar la prueba. Mostrar seguridad, despertar interés y ser claros también deben ser ingredientes presentes en la fórmula del aprobado.

El resto, –aparte del gran empujón que supone la experiencia, con un peso del 60% de la nota– debe ser estudio, constancia y sobre todo organización. Y eso es lo que le recomienda a sus alumnos Amparo Escamilla, autora de varios manuales sobre didáctica y evaluación y directora de una academia, donde llevan dos décadas preparando a los docentes. “El primer paso debe ser diseñar un plan estratégico que determine lo que hay que estudiar, el tiempo del que se dispone y los recursos personales y materiales que serán necesarios para prepararlo”.

Para Amparo Escamilla, aparte de echarle codos, “es fundamental la comprensión, la lectura continuada y el repaso cada cierto tiempo”, especialmente importante para aquellos que están trabajando y no disponen de tantas horas como quisieran. Como es el caso de Raquel Jiménez, de la Federación de Sindicatos Andaluces de docentes interinos (SADI), que compagina trabajo y estudio “dejando por unos meses su vida personal de lado”. Una situación que debe sonarle bastante a cada uno de los opositores y que puede resultar agobiante pasados algunos meses.

Grandes dosis de confianza
Para no desanimarse, los candidatos deben tener presentes grandes dosis de optimismo y repetirse que son muchos los que obtienen plaza cada año. Aunque parezcan nimiedades, la confianza en uno mismo es un estímulo primordial cuando las ojeras y los nervios empiezan a pesar más que las ganas. A veces el apoyo de un profesor y la asistencia a una academia también sirven de motivación para marcar un ritmo de trabajo y aclarar dudas.

Vicente Robles, especializado en la preparación de oposiciones de acceso al Cuerpo de profesor de enseñanza Secundaria de Geografía e Historia desde 1988, anima a los profesores a no rendirse. “Tienen que ser conscientes de que el esfuerzo será gratificado, pero deben proponerse una disciplina de trabajo, trabajo y más trabajo”. Un esfuerzo que no puede echarse a perder por los nervios. Según Álvaro García el opositor sólo dice el 60% o 70% de lo que sabe por la tensión del día del examen. Y para combatir esa inquietud también existen remedios.

En otro centro de Sevilla someten a sus alumnos a examen una vez al mes para habituarles a la tensión. “Cuando les acostumbras a situaciones de este tipo, los nervios se acaban pasando”, reconoce Luís Timón, gerente del centro. Demostrar al tribunal que se está convencido de lo que se explica y preparar la exposición con un familiar, –para comprobar si somos lo suficientemente claros como para que lo entienda una persona totalmente ajena al tema– también puede ayudar en la exposición oral.

En la forma de estudiar también existen trucos para aprovechar el tiempo, que no están de más cuando son muchas fechas o artículos las que deben recordarse ese día –como ocurre al preparar la Constitución–. A las tres lecturas obligatorias –una primera rápida, otra segunda para subrayar y una tercera para resumir, seguida de un esquema–, de sobra conocidas por los opositores, un plus para los estudiantes son algunas estrategias de memorización como los acrónimos o las frases creadas con las palabras que más trabajo cuesta recordar.

Incluso hay expertos que aseguran que el consumo de ciertos alimentos contribuyen a mejorar el rendimiento esos días. Así lo confirma una reciente investigación de la Harvard Medical School que demostró tras estudiar a 13.000 ancianas de las mismas edades, que aquellas que consumían verduras crucíferas, como brócoli o coliflor, poseían una memoria dos años más joven que las que no lo hacían.

Aparte de la verdura, que debe ser alimento inseparable de la dieta de los opositores para rendir al máximo, los nutricionistas proponen otros trucos para estimular la memoria y combatir el cansancio, como tener muy presentes en la dieta los azúcares, que proporcionan energía al cerebro gracias a la glucosa. También el pan puede contribuir a la agilidad mental; no olvidar el desayuno contundente; aprovechar la fuente de energía que proporcionan los frutos secos, –en especial la avellana, que gracias a la vitamina B1 puede ayudar a evitar que el opositor se quede en blanco el día de la prueba–; tener muy presentes las frutas en la dieta, por su contenido en azúcares –en especial aquellas ricas en vitamina C como kiwis, naranjas, limones; y por supuesto, las legumbres, por la aportación de hierro que suponen. Así que aparte del estudio, la organización y la motivación, no está de más pensar en hacer algún retoque a la dieta.

Con todas estas lecciones aprendidas, llegada la fecha del examen hay que combatir los nervios e ir a por todas. El opositor no puede permitir que los nervios o la preocupación echan por la borda tantas horas de trabajo. El día anterior al examen lo mejor es descansar, salir a cenar algo y dormir las horas suficientes para estar descansado. Lo que ya no se sabe, no se sabe y el famoso “atracón final” sólo puede provocar más nerviosismo. Solo quedan unos meses. ¡Ánimo y mucha suerte!

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