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“El consumo de cultura cae a los 14 años y desaparece a los 16”

La Fundación “la Caixa” acaba de presentar el programa El arte de educar, un proyecto para que los alumnos de Primaria y ESO tengan una experiencia artística directa que los motive toda la vida.

José Mª de MoyaMartes, 6 de octubre de 2009
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La Fundación “la Caixa” y el Museo del Prado han suscrito un convenio para el desarrollo del programa educativo El arte de educar. El programa comprende la realización de visitas dinamizadas para grupos escolares, acompañadas de dossieres educativos con propuestas de trabajo en el aula para antes y después de la visita. También se ha elaborado un dossier para que el profesorado pueda conducir visitas autónomas al museo y un juego didáctico para las familias que visiten la colección permanente con sus hijos. El programa se difunde a través de información en los propios museos. El proyecto va dirigido de momento a estudiantes de Primaria y Secundaria, y más adelante también de Bachillerato.

 

A partir del nombre de vuestro programa se me ocurre un juego de palabras… ¿Hasta qué punto educar es un arte? Yo creo rotundamente que sí. Si no fuese un arte sería una ciencia, y eso no existe. Como tantas otras cosas. La economía tampoco es una ciencia. La gran magia está en que toda esa multiplicidad de cosas es la Educación. Hay factores objetivables: asistencia o no a clase, el seguimiento académico… y muchas otras cosas más, pero hay otras cosas que son las que componen ese arte , porque es un proceso muy complejo. Estamos construyendo algo que no sabemos por dónde saldrá, pero que desde luego se acerca más a un arte que a una ciencia.

¿Les falta a nuestros jóvenes sensibilidad artística? No sé si podemos decir que les falta. Creo que las enseñanzas de tipo artístico al final apelan a una cuestión de creatividad. A un escenario donde hay que presentar soluciones imaginativas. Eso invita a la parte más creativa de las personas. Entonces ahí lo artístico tiene que ver con un privilegio. E intentar poner soluciones creativas a las realidades que se plantean, será lo que más pueda ayudar.

¿Te parece que un chico o una chica que haya visitado museos, haya asistido a conciertos de música clásica, etc. tiene menos riesgo de caer en la violencia, el fracaso escolar…? Yo creo que la persona que haya tenido contacto con este placer, al final será mejor persona. Ya veremos en qué entorno lo podrá aplicar. Pero añadir sensibilidad a la conducta humana de negativo tiene poco. Y la capacidad de desarrollarse como adulto como una persona sensible es un binomio atractivo. Si por el contrario la experiencia en un museo o una sala de conciertos ha sido dura, y no nos ha gustado, eso genera no solo insensibilidad, sino además rechazo. La reacción será que al ser adulto no conservaremos las ganas de que eso se mantenga.

¿El ejemplo de la película Los chicos del coro es aplicable a la vida real? Les da la oportunidad de romper un círculo, que si no existieran este tipo de oportunidades, difícilmente se podría romper. La experiencia de Los chicos del coro es una experiencia deformada. Lo que pasa que esta ruptura es compleja, pero sólo a través del esfuerzo se puede romper este círculo.

Y, al revés, ¿puede haber determinados productos de consumo, como videojuegos, series de TV o determinada música, que puedan ser perjudiciales? No podría dar una opinión cierta, porque no trabajo en esto. En cualquier caso, depende qué música. Beneficios, pocos. También hay otro factor, que es la cantidad de todo esto. Soy más partidario de saber generar equilibrios, no del “todo o nada”, si partimos de la base de que esto no es una ciencia. Evidentemente hay que saber encontrar una justa medida. Saber llegar a una edad adulta con una Educación valorada positivamente.

¿Recomendarías a los padres el típico plan de fin de semana de chiqui-park, cine, juegos… en lugar de la visita a un museo? Yo no creo que sea bueno que el ocio de fin de semana esté configurado por eso. No digo que no debería existir, claro que sí, pero obviamente tiene que poder compensarse con situaciones que le permitan encontrar un ocio cualitativamente mejor. Las satisfacciones son mayores si detrás existe el esfuerzo.

Algunos expertos creen que el consumo excesivo de videojuegos impide a los chicos relacionarse con los demás… Hay que saber que la capacidad de estos productos es invencible, y no ceder a eso. Y hay que controlar.

El arte ha de ser placentero, pero eso no significa fácil. No, claro que no . Una cosa es lo fácil que es consumir una iniciativa cultural, y otra cosa es el esfuerzo para acceder a ella. También me parece un error que te enseñen unos cuadros y te digan: “hala, motívate tú solo”. No, eso no es así.

Las frases

–Objetivo del programa “Pretendemos que 200.000 niños pasen cada año por un museo y tengan su primera experiencia con el arte, que les marque para siempre. Y seguro que generamos un porcentaje importante de futuros visitantes”.

–Cultura juvenil “El consumo de cultura cae alarmantemente a partir de los 14 y desaparece a los 16. ¿Por qué? Porque es un momento de la vida en que eso es así. No hay chicos de 18 años que vayan al museo, irán a una biblioteca, pero por obligación de estudios. Es entre los 20 y 30 años cuando eso va cambiando”.

–Escolares y familias “El proyecto trabaja dos modelos: uno para escolares y otro para el público familiar. Para escolares hay dos tipos: visita al museo y comentario del grupo de alumnos y trabajo con los materiales didácticos. Hay otra posibilidad de realizar una visita de una hora y media con un monitor especializado. Para las familias tenemos un juego de pistas, con claves para encontrar determinados cuadros. Ha habido mucho trabajo para que este proyecto saliese a la luz”.

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