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El 75% cree que no será recompensado si mejorase la calidad de su docencia

Paloma MoréMiércoles, 9 de diciembre de 2009
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La OCDE y la Comisión Europea han presentado los resultados de la Encuesta Internacional sobre Enseñanza y Aprendizaje (Talis) 2009 que analiza 23 países y ofrece por primera vez la posibilidad de establecer comparaciones internacionales acerca del de- sarrollo profesional de los docentes.

Desde el punto de vista de los propios profesores la encuesta informa de los problemas que afectan a su rendimiento, centrándose en el entorno del aprendizaje y en las condiciones de trabajo y las posibilidades de mejora y de de-sarrollo profesional que tienen. La conclusión es que no existe un sistema de incentivos adecuados para los maestros, el 75% de ellos considera que no recibirá una recompensa si mejora la calidad de su trabajo. Por tanto, la recomendación general de la OCDE es que se debe trabajar para lograr un sistema educativo que indique a los maestros en qué pueden mejorar, a dónde deben acudir para hacerlo y qué beneficios pueden extraer de ello.

Los directores de los centros señalaron algunas dificultades para su buen funcionamiento, desde la ausencia de equipamiento adecuado y de apoyo educativo, hasta el absentismo o la falta de preparación pedagógica de los docentes. Sin embargo, Talis también destaca que los profesores tienen una actitud positiva para avanzar en su profesión, a pesar de los impedimentos que puedan tener para hacerlo.

Con el fin de motivar a los maestros, la OCDE apunta que el desarrollo profesional orientado a objetivos precisos es un camino hacia la eficacia pues ofrece grandes posibilidades como instrumento de mejora de la enseñanza.

Desarrollo profesional
Los resultados de Talis muestran que la mayoría de los docentes tiene interés en mejorar profesionalmente, y el 89% había participado al menos un día en algún tipo de actividad que pudiera contribuir a desarrollar sus competencias, en los 18 meses anteriores a la encuesta. Si bien esta elevada cifra, que asciende al 100% en España, quiere decir que, en promedio, la inquietud por el progreso profesional es una característica de la vida de la inmensa mayoría de los profesores, la amplitud de la definición convierte en motivo de preocupación el que el 11% no haya dedicado ni un solo día, en un año y medio, a mejorar sus competencias.

Al igual que en España, en muchos países la participación es prácticamente universal. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, aunque la tasa general sea elevada, la intensidad de la asistencia a actividades formativas puede ser baja. El promedio de los países participantes fue de 15,3 días dedicados al desarrollo profesional, mientras que en España era de 27 días, muy por encima de otros países europeos como Irlanda (5,6) o Bélgica (8). En general se observa que son los docentes más cualificados quienes más participan, lo cual, advierte la OCDE, podría intensificar la brecha entre los más formados y los menos.

Las actividades que se tuvieron en cuenta como estimuladoras de las competencias docentes van desde la Educación más o menos formal a través de cursos y talleres, actividades a las que asistieron al menos en una ocasión casi el 84% de los maestros españoles, hasta otras acciones de corte informal como diálogo entre colegas para mejorar la enseñanza, que en España dijeron realizar el 92,6%.

Si bien nuestro país está por debajo del promedio de países participantes y de la UE en cuanto a asistencia a conferencias y seminarios (36,2%), visitas de observación a otros centros (14,7%), observación de compañeros (21,4%), lectura de literatura profesional (68%) y redes de apoyo profesional (22,6%), destaca en la investigación individual y en equipo, declarada por casi el 50% frente al 35% de la UE y los 23 países de Talis.

Necesidades insatisfechas
A menudo los maestros no se consideran suficientemente preparados para hacer frente a los desafíos que se plantean día tras día en las aulas. No es de extrañar si tenemos en cuenta que uno de cada cuatro profesores dice perder al menos un 30% del tiempo lectivo por el comportamiento perturbador de algunos alumnos o por el desempeño de tareas administrativas, proporción que en algunos países asciende hasta el 50%. La conducta de los estudiantes en las aulas no sólo afecta a sus resultados escolares, sino que también repercute sobre los docentes, pudiendo adquirir un carácter de desafío para su trabajo.

En consecuencia, la encuesta constata que muchos profesores tienen necesidades y demandas insatisfechas en relación a su desarrollo profesional. Aunque la gran mayoría respondió que había recibido algún tipo de complemento formativo en el periodo de un año y medio, más de la mitad (54,8%) confesó que le hubiera gustado avanzar más en ese sentido. En el caso de España esta proporción ascendió al 60,6%. Y es que muchos se sienten desbordados ante retos como los grupos con procesos heterogéneos de aprendizaje, el mal comportamiento de los alumnos, o el manejo de las nuevas tecnologías como herramientas pedagógicas.

Si bien el alcance de la demanda insatisfecha es considerable en todos los países, existen diferencias que van desde el 30,5% en Bélgica (comunidad flamenca) al 76,2% en Portugal y más del 80% en Brasil, Malasia y México. La razón que más frecuentemente citaron los docentes como causa de ese desarrollo frustrado era la incompatibilidad de horarios con su jornada laboral, sobre todo entre quienes asistían a cursos, 50,3% en España, seguida de la ausencia de actividades de formación a su alcance, explicación elegida en mayor medida por quienes no habían participado en nada y que en España argumentaron el 38,4%. La existencia de cargas familiares también es otro de los motivos más mencionados, en España por el 48,4%, bastante por encima de la media europea (30,2%) y de la media de los países participantes (30,1%).

Apoyo a los profesores
La encuesta Talis pone de manifiesto que tanto los responsables de las políticas educativas como las direcciones de los centros deben atender a dos retos para mejorar la vida laboral de los docentes. Por un lado, si bien los profesores que invierten parte de su tiempo y su dinero en formarse consideran que esto mejora su cualificación y les proporciona herramientas eficaces para su trabajo, experimentan cierto grado de frustración por la falta de tiempo para ello.

Por otro lado, se aprecia que el 42,3% de los docentes insatisfechos no encuentra adecuada para sus necesidades de desarrollo profesional la oferta de actividades que tiene a su alcance.

En muchos países los profesores que habían alcanzado un mayor desarrollo profesional comunicaron niveles más altos de autoeficacia. Esto se asocia, según la OCDE a que la mejora de competencias permite a los docentes manejar con destreza una mayor diversidad de métodos en el aula, lo cual repercute sobre su propia seguridad y refuerza su autoestima. El ambiente en el aula, la cooperación entre profesores, la satisfacción del docente con su trabajo, el desarrollo profesional, la adopción de distintas técnicas de enseñanza, son factores que según Talis están estrechamente relacionados y que varían más de un caso individual a otro que entre centros o países. Por tanto, se insiste en la necesidad de dar apoyo individualizado a esos docentes que lo están reclamando. En este sentido, una mayor atención a la evaluación de su trabajo y el retorno de la información son pequeñas estrategias que contribuyen a reafirmar a los profesores y ha hacerles sentir más valorados. Talis pone de manifiesto que aquellos que percibían que su trabajo obtenía una respuesta por parte del centro, tenían mayor confianza en su propia capacidad para enfrentarse a los retos de la enseñanza.

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