Plataforma en defensa del conocimiento inútil

Mucho y bueno se puede decir de la patronal de la privada (Acade), pero lo que casi nadie les discute es que siempre están a la última en cuanto a innovación e investigación de métodos. El II Simposio que celebraron la semana pasada tuvo el acierto de abordar los tres asuntos más candentes del momento: neurociencia, inteligencia emocional y nuevas tecnologías. El investigador Tomás Ortiz expuso las infinitas posibilidades pedagógicas que ofrece la neuroimagen y Elsa Punset desarrolló el apasionante concepto de cerebro emocional.

Otro cantar fue la ponencia de Pere Marqués sobre el papel de las nuevas tecnologías en la Educación. Los que nos pasamos el día delante de una pantalla de ordenador y con la PDA en la mano no podemos ser sospechosos de ir a la contra. Pero es que la tabarra tecnológica que se está dando a los educadores es tal que estamos perdiendo el sentido común. El ponente renonoció que, según investigaciones recientes, la incorporación de las nuevas tecnologías en las aulas no mejoraba los resultados académicos. ¿La explicación? No es que los chavales no aprendan más con el ordenador en el aula, qué va, lo que pasa es que no se les pregunta bien. Y se quedó tan ancho. Según Marqués, las nuevas tecnologías facilitan la adquisición de competencias y mientras sigamos evaluando conocimientos no percibiremos los beneficios del uso del ordenador en el aula. Más aún, según Marqués, el 31% de fracaso escolar probablemente será menor porque muchos de ellos seguro que son competentes en algo aunque no sepan ni torta de Historia o de Filosofía…

Por eso, en medio de tanto papanatismo tecnológico y tanto furor por las competencias, quiero promover ahora la plataforma en defensa del conocimiento inútil. Y también me quedo tan ancho.