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“Por el conflicto, los docentes no iban a clase porque les mataban”

La que ya es ex ministra narra los esfuerzos para llevar la Educación a una población indígena muy dispersa y azotada por los conflictos armados.

Adrián ArcosMartes, 22 de junio de 2010
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Cecilia María Vélez White deja la cartera ministerial tras ocho años de Gobierno de Álvaro Uribe. Su principal objetivo ha sido, como ella misma reconoce, “entregar muy bien el sector, porque pensamos que de esa buena entrega va a depender en parte el éxito educativo que se consiga a partir de ahora”. La ex ministra ha promovido políticas y cambios legales que piensa que tienen que dar resultados, y que no quiere que retrocedan con el nuevo Gobierno.

¿Qué metas ha conseguido su Gobierno?
Hemos conseguido unas coberturas brutas en Primaria superiores al 100%. Y también en la Básica sobrepasan el 100%. Pero vimos que esto no era suficiente, ya que existían unos problemas de calidad y otras coberturas netas que sacaban a la luz que los niños no estaban pasando por el sistema o no estaban realmente terminándolo.

Supongo que este fracaso escolar tendrá que ver con el nivel de pobreza.
Estábamos muy concentrados en Primaria y Secundaria, pero especialmente porque eran los más pobres los que no lograban pasar por el sistema, hemos decidido centrarnos en programas de Educación inicial, de cero a cinco años. Sirven para desarrollar las competencias en un sistema que no es el tradicional, no son escolarizados, pero sí tratamos de ponerlos en instituciones que les den protección y Educación, o llegando a las familias.

¿Cómo se atiende a la población rural y la indígena?

Son grupos poblacionales con desventajas complicadas. Ellos sistemáticamente no superaban el primero elemental. Y tiene que ver mucho el currículum, sobre todo porque no tiene en cuenta todos los aprendizajes y competencias de su cultura, y que se puede potenciar maravillosamente si tú las recoges con contenidos propios. Y lo mismo ocurre con el área rural, ya que si el currículo es demasiado urbano y no incluye esas peculiaridades, esa escuela a ellos no les dice nada.

¿Y qué ocurre con los niños afectados por las guerrillas?
Nosotros comprobamos que no era suficiente incorporar a un niño desplazado en el sistema educativo, ya que rápidamente desertaban. Son niños que proceden de otro lugar distinto, que vienen con un trauma y se adaptaban con dificultades al colegio. Y hemos trabajado para que se adapten a la escuela, para acompañarlos, para capacitar a sus maestros para que entiendan esas problemáticas.

¿Cómo influye el conflicto en el nivel educativo?
Cuando llegamos, los problemas de seguridad eran enormes. Con la política de seguridad, empezaron a asegurarse ciertas zonas, como el Tibú, una zona oriental. Y allí encontramos generaciones completas de analfabetos, con jóvenes de 15 años que no sabían ni leer ni escribir. Por el nivel del conflicto, los profesores no iban a clase, o no volvían porque los mataban.

¿Se ha alfabetizado a esta población finalmente?
Lo que hemos intentado es que sean los propios indígenas los que ejerzan de maestros. Quizá no posean un nivel muy alto, o tengan problemas en su formación básica, pero son profesores que entienden la situación y el contexto. Además, hemos elaborado currículos específicos y bilingües. No ha sido un proceso difícil porque todas sus culturas tienen procesos educativos donde transmiten a sus niños lo que ellos saben. Todo consiste en dar a este proceso un estatus formal, y obviamente combinándolo con el proceso educativo general, porque independientemente de que estos niños indígenas aprendan sobre sus costumbres y culturas, tienen también que desarrollarse en el siglo XXI con las nuevas tecnologías. Además, hemos hecho un esfuerzo muy grande, ya que de un 80% que tenemos de matrícula pública, un 85% ya está conectado a internet.

¿Es mucha la población indígena?
Lo que existe es mucha dispersión, además de 60 lenguas. No es una población muy grande, son 350.000 muchachos, pero todos con distintas lenguas y ubicados en distintas partes.

¿Es muy alta la tasa de analfabetismo?
En analfabetismo Colombia está llegando al 6%. No es una tasa muy alta en el medio latinoamericano, aunque existen bastantes diferencias entre los departamentos. Precisamente por esos problemas de violencia y deserción, las tasas no se redujeron totalmente, aunque tuviéramos coberturas brutas del 100%. Por eso empezamos unos programas de alfabetización que han servido también para integrar en la escuela a padres y a abuelos analfabetos, ya que han mejorado el nivel y los comportamientos de los niños.

¿Qué inversión se realiza en Educación?

Es alta, 4,8% del PIB, aunque contabilizando todo, la Básica y la Superior. Lo que sí hemos logrado es garantizar por ley que los recursos en Educación siempre sean crecientes. No se trata de que un gobierno en un año haga una gran inversión en Educación, sino que anualmente hay tres puntos reales adicionales para el presupuesto de la Básica y la Superior. En Educación grandes inversiones puntuales no sirven, sino una continuidad y una estabilidad.

COLOMBIA

 

      • Capital

 

Bogotá.

 

      • Idioma oficial

 

Español.

 

      • Forma de gobierno

 

República presidencialista.

 

      • Presidente

 

Desde el pasado domingo, Juan Manuel Santos.

 

      • Superficie

 

1.141.74 km2.

 

      • Población total

 

45.273.936 (38 hab/km2).

 

      • PIB

 

396.000 millones de dólares.

 

      • Moneda

 

Peso (1 € = 2.438 pesos).

 

      • Educación Preescolar

 

Se denomina kínder (a los 3 ó 4 años) y transición (a los 4 ó 5).

 

      • Básica Primaria

 

Consta de cinco grados, cada uno de un año de duración.

 

      • Educación Secundaria

 

Consta de seis años divididos en Educación Básica Secun-daria y en Media Vocacional.

 

      • Educación Universitaria

 

Se divide en varios niveles, distribuidos entre Pregrado y Postgrado.

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