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La FP continúa siendo nuestra gran asignatura pendiente

Como novedad, el estudio advierte que el paro se está cebando con los jóvenes peor formados.

Rodrigo SantodomingoMartes, 14 de septiembre de 2010
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Publicado todos los años, el informe Panorama de la Educación sirve, más que para revelar sorprendentes hallazgos estadísticos sobre la enseñanza en el mundo rico, para recordar a los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la persistencia de sus carencias educativas, o bien la estabilidad de sus logros.

Quizá consciente de que la edición de 2010 se presenta especialmente escasa en novedades, la OCDE ha añadido en esta ocasión un indicador de extremo interés si tenemos en cuenta la coyuntura económica de nuestro país.  Se trata de la evolución del desempleo juvenil entre 2008 y 2009 atendiendo al nivel educativo.

Si bien previsibles, las cifras certifican que el paro en España ha azotado con especial virulencia a aquellos jóvenes entre los 15 y los 29 años de edad que acreditan una formación por debajo de la Secundaria superior (en España, Bachillerato o FP de Grado Medio), con un aumento cercano al 15%.

Tener un título terciario según la terminología OCDE (Universidad o FP de Grado Superior) incrementa –claro está– las posibilidades de permanencia en el mercado laboral. Aún así, entre los mejor formados la tasa de desempleo aumentó nada menos que un 6%, la mayor subida de toda la  OCDE si exceptuamos Islandia.       
Por lo demás, Panorama de la Educación abunda en la sempiterna anomalía que afecta a nuestro sistema educativo: superávit de universitarios en un país con sonrojantes datos de fracaso escolar y abandono temprano.  

FP Grado Medio
En la franja 25-34 años, sólo ha alcanzado la Secundaria superior un 65% de españoles, cuando la media OCDE es del 80% y la de la Unión Europea (UE) alcanza el 82%. Somos los quintos por la cola; peor que nosotros, sólo Brasil, Portugal, Turquía y México.

Pues bien, a esas edades, un 39% de compatriotas posee una titulación terciaria (el 26% de nivel universitario y el 13% restante como cualificación profesional superior). Nos situamos  siete puntos por delante de la media de la UE, mejor que países como Alemania y Filandia y a una distancia sideral del resto de países mediterráneos. ¿Conclusión? Sobran universitarios, pero ante todo faltan alumnos atraídos por la FP de Grado Medio, donde España presenta cifras de graduación anuales del 38%, mientras la media UE alcanza el 52%.

Preocupante se antoja también el hecho de que uno de cada diez chavales españoles entre 15 y 19 años no estudien ni trabajen (muchos de ellos ni siquiera aspiran a encontrar un empleo). Son los famosos NI-NI, una categoría en la que nuestro país muestra las peores cifras tras Turquía y Brasil.

Salarios relativos
Una de las principales consecuencias del excesivo número de licenciados y diplomados que produce nuestro país tiene que ver con las limitadas ventajas comparativas de ir a la universidad en cuanto a salarios.

Como se observa en la tabla de la pág. 3 abajo, los universitarios españoles sólo perciben un 35% más por su trabajo  que aquellos que han cursado estudios de Secundaria superior. La media de la OCDE asciende a 43%, ocho puntos más.

De igual forma, haber abandonado la enseñanza de manera prematura (es decir, antes de haber obtenido el Bachillerato o un ciclo de FP Grado Medio) se castiga, en términos salariales, menos en España que en la mayoría de países de la OCDE. No haber llegado a la Secundaria superior implica sueldos un 7% menores respecto a los alumnos que sí poseen dicha titulación. En la OCDE, dejar los estudios antes de tiempo condena a tener salarios 18% por debajo de aquellos que si han conseguido la titulación mínima para no engrosar las listas del abandono temprano.  
Si hablamos de gasto educativo en relación al PIB, nuestro país continúa, con un 4,8%, lejos de la media de la OCDE, que se sitúa en el 5,7%. Una diferencia que en buena parte puede explicarse si nos fijamos en la fuerte implantación de la enseñanza concertada en España, cuyas plazas son mucho más baratas que las de la Pública. En los niveles obligatorios, la Concertada acoge al 28,3% del total de alumnos españoles, el doble que la media OCDE. Más aún, en la Unión Europa sólo hay más Privada financiada con fondos públicos en Bélgica y Holanda.

Otra peculiaridad de nuestro sistema tiene que ver con el número de alumnos por clase. En la Primaria, lo habitual es que los centros públicos escolaricen a más pupilos por aula que los centros privados. Una regla que no siempre se cumple, si bien sólo en los colegios privados de España y Japón hay más de cuatro alumnos más por clase que en los públicos.

Curioso resulta también comprobar que en el sistema español la enseñanza de idiomas tiene más peso relativo en el último ciclo de Primaria que en la ESO. No resulta descabellado suponer que dicho desajuste tenga una fuerte relación con las numerosas experiencias bilingües puestas en marcha en colegios públicos por distintas comunidades autónomas.

Salarios por encima de la media

• Los docentes españoles de Secundaria obligatoria inician su carrera profesional con los mejores sueldos (ajustados al nivel de vida de cada país) de toda la OCDE si exceptuamos a Alemania, Luxemburgo y Suiza. En Primaria nos supera, además de los países ya citados, Dinamarca. Unos 10.000 euros anuales separan los sueldos de nuestros profesores respecto a la media de la OCDE cuando estos acaban de empezar su tratectoria en la docencia. Sin embargo, las diferencias tienden a estrecharse con el paso del tiempo. Transcurridos 15 años, son muchos más los países cuyos docentes gozan de mejores condiciones salariales que los españoles (Australia, Inglaterra, Japón…). En consecuencia, la distancia respecto a la media OCDE se revela ya mucho menor: unos 2.000 euros en Primaria, 5.000 en Secundaria obligatoria y 3.000 en Bachillerato.

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