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“La Ley de Educación catalana es un referéndum de independencia”

El portavoz popular apuesta por una escuela en la que se domine el inglés, los profesores recuperen autoridad y la lucha contra el fracaso escolar sea clave en el desarrollo educativo.

Noelia RamírezMartes, 5 de octubre de 2010
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Nos reunimos con Rafael López en la sede del Partido Popular de Cataluña emplazada en la calle Urgell de la capital catalana. Licenciado en Sociología y Ciencias Políticas, ejerce de diputado en la cámara catalana desde 2003. El que fuese presidente de las Nuevas Generaciones del partido desde 2000 hasta 2003, desvela a MAGISTERIO las claves educativas de los populares de cara a la cita con las urnas que los catalanes tienen el 28 de noviembre.

Quedan menos de dos meses para que Cataluña cambie de legislatura. ¿Qué balance hace el PP de la gestión del tripartito?
El balance se divide en cuatro ideas básicas. Más nacionalismo, la escuela es más nacionalista que con Convergencia i Unió, con una política lingüística mucho más agresiva en las escuelas, con un monolingüismo muy evidente. En segundo lugar, al tripartito le marcará haber tenido dos legislaturas con un enfrentamiento entre la escuela y la Administración. Se han vivido cuatro huelgas generales de profesorado como nunca se habían visto y eso ha perjudicado muchísimo a la red pública. Por tanto han gestado una política contra los profesionales de la Educación.

En tercer lugar, la coalición entre PSC, ERC e ICV ha coartado la libertad de las familias, especialmente a la hora de escoger centro. La Administración ha llegado a investigar a los padres, recortando los derechos que tienen las familias para decidir la Educación que quieren para sus hijos. Se ha impuesto Educación para la Ciudadanía, sin permitir a los centros poder adaptarla a su propio ideario de centro.

Por último, esta última legislatura ha sido la del fracaso escolar. Lo han certificado informes como el PISA, o la comparativa técnica de Cataluña con el resto de España. Éste es el principal problema que tenemos actualmente, no hemos cumplido con los objetivos de Lisboa para 2010, que han quedado postergados para 2020. En definitiva, no hemos conseguido ni una Educación de calidad, ni en libertad ni una Educación pensada para los profesionales .

¿Cuáles son los ejes del programa educativo del PP en Cataluña?
Pues en un principio mejorar los cuatro puntos que te he introducido con anterioridad. Nuestro programa va encaminado a dar más calidad al sistema educativo. Creemos que la escuela pública está muy deteriorada. El fracaso escolar se enfoca principalmente en la red pública y ésa debe ser nuestra prioridad. Reducirlo, dar más impulso a las escuelas, reducir las ratios y hacer más hincapié en la atención hacia el alumno.

Eso implica directamente un cambio de modelo. Lo que está claro es que no vamos a ninguna parte con la escuela comprensiva y con la promoción automática. No puede ser que Cataluña sea una de las pocas comunidades autónomas en la que se pueda hacer toda la Secundaria con 12 asignaturas suspensas. Con eso no vamos a ningún sitio porque lo que le estamos diciendo a los chicos es que no se tienen que esforzar. ¿Cuál es el problema? Pues que al final de la ESO salen sin ningún tipo de titulación, y ésa es la gran lacra que tenemos. Un tercio de los chicos sale sin los conocimientos básicos. Ésa debe ser nuestra obsesión.

Otro de los puntos clave de su política educativa es una defensa acérrima del trilingüismo educativo. ¿Qué falla en la Educación catalana?
El problema es el monolingüismo actual. Hemos de pasar a una Educación mucho más abierta y llegar al trilingüismo. Se ha de pasar de la obligación de estudiar en una sola lengua a la libertad de escoger un centro, también por opción lingüística. La enseñanza del inglés es completamente necesaria. En un mundo globalizado como el que vivimos, el nivel de inglés actual es un freno para atraer más inversiones. Saber inglés en el siglo XXI es fundamental. Hemos de pasar de sufrir el monolingüismo que nos cierra a España y que nos cierra al mundo, a dominar el catalán para relacionarnos aquí, el español con el resto del país y Latinoamérica y el inglés para hablar con el mundo entero.

¿Por qué recurrir la Ley de Educación ante el Constitucional?
Por varios motivos. La Ley de Educación está pensada para hacer del sistema educativo catalán un sistema independiente. Es al sistema educativo español como un referéndum de independencia al Estado. Los alumnos catalanes tienen derecho a tener un sistema educativo conjunto al resto de los españoles, tienen que tener una movilidad por todo el sistema educativo como lo han de tener los docentes. No ha de ser un sistema cerrado donde aquí nadie pueda venir a estudiar. Ayer teníamos el caso de un alumno de Asturias que acaba de llegar y que no puede estudiar en ninguna parte. Eso no puede ser.

La LEC nos encierra. Creemos que va en contra del espíritu constitucional. Era una ley en la que algo tan básico como el castellano lo prohibía, el castellano no podía ser lengua de uso más allá de las horas de castellano, que blindaba la tercera hora de castellano semanal. Es decir, una ley antiespañolista. Nosotros no podíamos aceptar una ley de ese tipo.

¿Cuál sería su receta para acabar con el fracaso escolar?
Lo primero es tomarse en serio la Educación Primaria, debe ser la primera piedra en la construcción de la identidad. El problema es que hoy en día se está pasando mucho de la Educación Primaria y la Secundaria sin tener las competencias básicas. Eso tiene que ser sagrado, por lo que apostamos por las pruebas a final de etapa que valgan para reflexionar con la familia si el niño está preparado o no.

El problema se genera cuando se pasa a Secundaria sin tener los aspectos básicos. Hay que dar más recursos a la Secundaria, más orientación y tutorías para los alumnos, más profesorado y ofrecer más alternativas a los colegios en los que se concentran los problemas.

Habría que elaborar contratos-programa con los diversos centros, para que cumplan una serie de objetivos. ¿Cuál es el aspecto que tiene la escuela concertada que no tiene la pública? Pues que los centros tienen una identidad propia muy fuerte, se marcan unos objetivos y que un chico fracase o que un chico suspenda, se lo toman muy en serio. No quiero decir que en la escuela pública no se lo tomen en serio, sino que no tienen los incentivos para que se lo puedan tomar.

Y finalmente, un plan de choque contra el fracaso. Los centros deberían ofrecer a los alumnos la recuperación de asignaturas, para eso tenemos las tardes y los fines de semana. Y por supuesto, recuperar los exámenes en septiembre.

¿Cómo se podrían restablecer las buenas relaciones entre el profesorado y la Administración?
En el 2006 se firmó el pacto educativo con todos los agentes. Lo primero es cumplir con todos esos objetivos. Después, tomarse en serio la política del profesorado. No significa dar más. Lo que tenemos que evitar es la fractura que ha habido e imponer tal y como se ha hecho.

Como fue el caso de la supresión del Bachillerato nocturno, que gracias a la presión social pudo salvarse en cierta medida. Es volver al diálogo, aunque no signifique dar más a los profesionales, ni dar menos. Significa hablar con los protagonistas, que son los que sufren día a día el deterioro de la Educación.

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