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Los repetidores de Primaria son los fracasados de la ESO

Los datos de repetición en España no sólo son relativamente altos (un 15% de alumnos de media en Primaria), sino que además predisponen a los alumnos al fracaso o al abandono futuros. Si analizamos, como hace el estudio Fracaso y abandono escolar en España, los datos de alumnos que arrastran cursos repetidos en Primaria, vemos que el porcentaje de los que en esta etapa repiten curso va desde el 25,5% de Ceuta hasta el 8,6% de Cataluña y que muchos de ellos acaban abandonando la ESO sin título.

Diego FranceschMartes, 5 de octubre de 2010
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La repetición de curso, pensada inicialmente para recuperar a los alumnos que no alcanzan los conocimientos mínimos, se convierte en una trampa de la que no salen, quedan marcados por el estigma de ser los “tontos” de la clase y, además, no se les garantiza que cursando de nuevo las asignaturas o incluso el curso completo, lleguen a alcanzar los conocimientos que sus compañeros adquirieron a su tiempo.

La repetición por la repetición no sirve, lo dicen los especialistas, sino que ha de ir acompañada de otras estrategias. Representa un castigo para los alumnos, de manera que ha de procurarse que sin bajar el nivel de exigencia, se pueda garantizar a todos los alumnos los conocimientos y competencias adecuados a su curso y edad. Aunque el proceso de evaluación actual ya impide en muchos casos la repetición de curso (que sólo puede darse en el año final de cada ciclo, es decir, 2º, 4º y 6º), siguen existiendo tasas elevadas de repetidores y tasas de idoneidad bajas (porcentaje de alumnos en el curso que les corresponde por edad).

La larga marcha hacia el fracaso se inicia en Primaria, a pesar de que todos los males de nuestra Educación se suelen atribuir a la Secundaria Obligatoria. La escolarización en esta etapa se puede considerar universal, sin tener en cuenta que existen bolsas de menores inmigrantes, grupos no sedentarios e itinerantes y familias en situaciones excepcionales que todavía presentan problemas de escolarización a estas edades. Pero es en esta etapa donde empiezan a manifestarse indicadores de fracaso, entre ellos la repetición y el atraso. Aunque el atraso se produce casi siempre por repetición también puede deberse a una escolarización tardía o a una interrupción de ella debida a causas extraescolares. Vistas por ciclos, las tasas de repetición en Primaria pueden considerarse moderadas (2,3% en el primer ciclo, 2,5% en el segundo y 3,5% en el tercero) con diferencias que ya empiezan a ser significativas por sexos, a favor de las mujeres. Pero mirar las tasas por ciclos es como dividirlas por dos, ya que sólo se repite en uno de los dos cursos de cada ciclo. En cambio, por curso, las cifras son más realistas.

La repetición es del 4,3% en 2º de Primaria, del 4,5% en 4º y del 6,2% en 6º. En cuanto a tasas de idoneidad para los alumnos de 8 y 10 años que deberían estar en 3º y 5º de Primaria, el 5,5% de los primeros y el 10% de los segundos ya no están donde les corresponde por edad en el curso 2006-07, último publicado.

Pero si vamos al indicador definitivo –alumnos que terminan la Primaria a los 12 años– vemos que supera el 16% la proporción de alumnos que no terminan, con tendencia a empeorar los datos desde el año 2000.

Por comunidades, en la tabla de la página 3 se puede observar el porcentaje de alumnos con algún retraso acumulado en la Primaria en el momento de llegar a la ESO. Son un 15% del total (18% de hombres y un 12% de mujeres), con diferencias significativas por comunidades.

Porqués del fracaso
Para los autores del informe citado, Fracaso y abandono escolar en España, dirigido por el profesor Mariano Fernández Enguita, estos datos “ponen en cuestión la hipótesis habitual de que el elevado abandono escolar de comunidades como Baleares o Canarias se deba especialmente al atractivo del empleo turístico para los jóvenes, pues la mayor parte de este retraso es anterior a cualquier posibilidad de empleo”.

Si vamos a las tasas de idoneidad en la ESO, encontramos que al comienzo (12 años) ya hay un 16% de alumnos que no están porque continúan en Primaria. Al final (16 años), un 33,8% deberían haber terminado pero no lo han hecho.

Desde otra perspectiva, la de los alumnos de 4º de la ESO, las cifras indican que el 63,1% lo cursaba en la edad prevista (15 años), pero el 23,7% lo hacía con un año de retraso y el 13,2% con dos o más años.

Por supuesto, la tasa de repetición en Secundaria es mucho más alta que en Primaria, a pesar de que es verdaderamente complicado no promocionar de un curso a otro. La repetición en la ESO alcanza hasta a uno de cada seis alumnos. La más alta es en 3º (18,7%) y la más baja en 4º (12,8%). Según Fernández Enguita, “debe tenerse en cuenta que esta bajada en el último curso se obtiene al precio de que muchos alumnos salgan con el certificado de escolaridad obligatoria y sin el título de Graduado en Secundaria, con el fin de evitar repetir”. Según este profesor, en 4º, “no pudiendo pasar de curso, ellas son más proclives a repetir y ellos a abandonar sin el título”.

En cuanto a la falta de flexibilidad, es una de las más frecuentes acusaciones que se le achaca a la ESO, pese a que el Ministerio ya ha presentado un proyecto para modificar el último curso. Además, en el debate de la Ley de Economía Sostenible se ha introducido una moción del PSOE por la que se modifica la LOE en su artículo 25 sobre la organización del 4º curso con vistas a crear dos opciones, una conducente a estudios de Bachillerato y otra opción orientada a estudios profesionales. El currículo correspondiente a las materias de esta última opción deberá estar orientado, según la propuesta del PSOE, a la realización posterior de estudios de Formación Profesional de Grado Medio. En las dos opciones el alumno deberá alcanzar las competencias básicas establecidas para la ESO.

Por otro lado, los alumnos podrán cursar además una materia optativa y se organizarán clases de refuerzo para los alumnos que lo necesiten en función del informe realizado al final del tercer curso.

La opción encaminada a los estudios profesionales incluye las materias de Diseño, Química aplicada, Informática, Tecnología, Alimentación y nutrición, Orientación para la actividad empresarial y Seguridad y salud laboral y responsabilidad social en lugar de las habituales de ese curso.

Certificado para los alumnos sin título de ESO

  • Una de las mociones presentadas por el PSOE a la Ley de Economía Sostenible pretende modificar la LOE en los puntos 3 y 4 del artículo 31 para que los alumnos que cursen la ESO y no obtengan el título reciban “una certificación oficial en la que constarán el número de años cursados y el nivel de adquisición de las competencias básicas”. De este modo, las comunidades autónomas, al organizar las pruebas libres para la obtención del título de Graduado en Secundaria, “determinarán las partes de la prueba que tienen superadas”. El PSOE pretende que en un contexto de aprendizaje a lo largo de toda la vida, las personas dispongan de una acreditación completa de los estudios que han realizado.
  • El artículo 31 de la LOE ya preveía que los alumnos que no obtuvieran el título de la ESO recibieran un certificado de escolaridad en el que constan los años cursados. En un paso más, la Ley de Economía Sostenible pretende que este certificado incorpore además el nivel de adquisición de competencias, lo que permitirá convalidar partes de la prueba para mayores de 18 años encaminada a obtener el Graduado en Secundaria.
  • Otro aspecto que se quiere potenciar es el carácter orientador de 4º de la ESO, sobre todo hacia el Bachillerato y la Formación Profesional de Grado Medio. Esta última no tenía opciones claras en las materias de ese curso, por lo que se ha presentado una moción del PSOE a la Ley de Economía Sostenible con materias adaptadas a los futuros estudios de FP. Ahora hay dos bloques de materias, las que conducen al Bachillerato y las que llevan a la FP, todas ellas conducentes al mismo título de Graduado en Secundaria, pero claramente diferenciadas por itinerarios.
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