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Nuevos ataques a los funcionarios

Jueves, 28 de octubre de 2010
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Ahora dice el Presidente de la prestigiosa marca de ropa Mango que los funcionarios no lo sean de por vida, sino que nos sometamos a las reglas de la empresa privada. Va más allá y también recomienda que nuestro sueldo vaya sujeto a objetivos y no a una retribución fija. Según leemos y para que no nos digan que tergiversamos: “tengan retribución variable y una estabilidad en el empleo similar a la de la empresa privada” (Diario El Mundo, 26 de octubre de 2010).

Yo iría más allá. Para llegar al éxito productivo de la empresa privada como la que este señor preside deberíamos parecernos aún más. Por ejemplo, yo propongo que fletemos aviones de pasajeros muy grandes, embarquemos en ellos a nuestros alumnos y los llevemos a China a pasar allí los cursos escolares. Imagínense el ahorro: con el horario laboral y el sueldo de un docente en el lejano oriente, con el coste de las residencia y aún con el coste de los transporte, nos ahorraríamos más de la mitad en cada puesto escolar. Si se puede hacer con las camisas, ¿por qué no con los alumnos?

Si este comentario mío puede ser tildado de demagogia barata, ¿cómo podíamos calificar el del Señor Isak Andic? Pues de absoluta barbaridad teórica y con un total desconocimiento de lo que significa la Función Pública.

Y es que cuesta poco olvidar que los funcionarios cumplimos con los servicios básicos que la Constitución marca como derechos fundamentales y por tanto, obligación del Estado para con sus ciudadanos.

En el caso de los docentes: ¿cómo podemos medir la productividad? Subiendo la ratio de los alumnos y las horas lectivas, necesitaríamos menos profesores y por tanto tendríamos menos gasto educativo y los mimos alumnos escolarizados. Esto significaría bajar por tanto el porcentaje del PIB destinado a la educación. Pero es que a veces mezclamos lo que no se puede: a más dinero invertido en educación, más desarrollo y menos paro (informes OCDE). Por tanto no se puede comparar ropa con alumnos.

Si habláramos de médicos, jueces, policías y otros funcionarios la cuestión sería igual de impresentable. Vuelvo a repetir: son servicios que el Estado tiene la obligación constitucional de prestar a los españoles.

En cuanto al tema del despido, tal y como la empresa privada, es todavía más flagrante el desconocimiento de lo que significa ser funcionario. Y es que por la misma condición, no puede ser más que como es actualmente:

  • Somos servidores del Estado y por tanto no regidos por los Gobiernos. Si pudiéramos ser despedidos ¿no dependeríamos del poder político vigente? Tenemos ejemplos flagrantes de este hecho que no hace falta ni comentar.
  • En otro orden ¿cómo puede captar la Administración a gente muy cualificada sino es a partir de una seguridad laboral ya que el sueldo en ésta en muy inferior a la que tendría en una empresa privada?

Por todo lo anterior y con un conocimiento claro de cuáles son las obligaciones de un funcionario, es evidente que el estatus debe ser el que es actualmente. Pero dicho esto nunca puede implicar que un funcionario que no cumpla con su obligación no pueda ser expedientado. Faltaría más. Y es que esta situación puede suceder y por eso existe, como por ejemplo en los docentes, la Inspección Educativa.

Este comentario se orquesta dentro de la campaña actual que hay contra el funcionario y que de no poner remedio, seguirá desprestigiando nuestra labor y condición. Recuerden que en la anterior fase de ataques vino la bajada de sueldos.

Es por ello y para mí evidente, que la única forma de organización racional para la defensa de los funcionarios en sus diferentes sectores en las condiciones actuales es la que CSI-F representa: defensa de todos los funcionarios en su conjunto y en sus especificaciones particulares a través de sus sectores y todo ello de forma independiente y profesional. Lo que me causa verdadera extrañeza es que no haya más, dentro del espectro sindical (hay uno que se ha dado cuenta y sabedor de su desventaja de modelo da voces para esconderlo sin darse cuenta que los disparos vienen de fuera y son con los que hay que luchar).

Nosotros seguiremos reivindicamos nuestro papel importantísimo en la sociedad. Somos los que a medio y largo plazo tenemos que ayudar a salir a este país de la crisis a través de la Educación, la innovación y la ciencia. Tenemos la obligación de formar a los que tienen que gobernarnos, hacer empresa, trabajar y como no, los nuevos funcionarios que continúen con la labor tan necesaria que desempeñamos.

Como siempre y en su totalidad: por la dignificación de la labor docente.

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