¿Debería Bruselas tutelar nuestra Educación?

O dicho más a las claras y sin ánimo de molestar: ¿lo está haciendo ya? Pienso que sí y me apoyo en los siguientes indicios:
1. La Comisión Europea nunca había obligado a trazar planes de acción concretos para alcanzar objetivos en Educación. Como se explica en la información de la página 5, “hasta ahora, se limitaba a ofrecer los datos de abandono de los países de la UE sin mayores comentarios y, en todo caso, a establecer horizontes para reducirlos a tasas aceptables”. Por primera vez, se nos ha fijado el objetivo pero también se nos ha dicho cómo alcanzarlo.

2. La Comisión nunca había realizado menciones expresas a la situación de países concretos. Hubiera resultado poco decoroso para la diplomacia europea. En esta ocasión, la comisaria Vassiliou no evitó referirse en varias ocasiones a la situación de España.

3. Por otra parte, ¿a qué viene el reproche si casi todos los países están haciendo los deberes con nota? Casi todos, salvo los que estamos descolgados a más de 15 puntos: España, Malta y Portugal. El resto, en efecto, han alcanzado o casi el objetivo de Lisboa de bajar del 15%. ¿Se refería entonces Vassiliou a los tres descolgados? Ni siquiera. ¿Qué se le puede reprochar a Malta que ha reducido el abandono durante esta década 32 puntos; o a Portugal que lo ha hecho en 28? Lo siento en el alma pero hay que admitir que España es el único país que está mal y va a peor.

Mi conclusión es que a Bruselas le preocupa la alarmante situación de nuestra Educación, que está empezando a perder la paciencia y que pretende ejercer una cierta tutela. ¡Qué lástima! O qué suerte, según se mire, si de esta forma logran arrinconar a los “ayatolas” que aún perviven en el seno de los dos grandes partidos y que imposibilitan que nada se mueva o que se mueva con una exasperante lentitud.