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Gabilondo se desmarca del discurso oficial del PSOE

José Mª de MoyaMiércoles, 9 de marzo de 2011
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La semana pasada, Gabilondo volvió a sorprendernos valorando positivamente la medida tomada por el Gobierno de Esperanza Aguirre de transferir la competencia sobre el 35% del currículo a los centros escolares. Pero no se quedó ahí y animó al resto de comunidades –también a las gobernadas por su partido– a que sigan el ejemplo de Madrid y doten de mayor autonomía –de verdad, no de boquilla– a los colegios.

El discurso de Ferraz y el del Ministerio últimamente se parece tanto como el de la patronal Acade y el STES. Ojo, que no se parezcan nada tiene que ver con que no puedan alcanzarse jugosos acuerdos e incluso que asistamos a una sana complementariedad o a un divertido juego de intereses más o menos inconfesables. Sea como sea, la realidad es que el ministro nos sorprende enarbolando banderas que hubieran sido quemadas por el socialismo más clásico.

Le hemos escuchado hablar de excelencia, de competitividad, de recuperar la autoridad del profesor, de la importancia del conocimiento más allá de su utilidad, de la participación de las familias, de flexibilizar el sistema, del papel determinante de la actitud de cada profesor, etc. Y ahora también de autonomía y de una autonomía real que no se quede en palabras y que lleva aparejada una cifra: un tercio del currículo sería establecido por el propio centro. Además, dice al resto que tomen nota y no esconde el elogio a un gobierno del PP a dos meses de unas elecciones.

Tenemos un ministro que dice lo que piensa y hace lo que puede o lo que le dejan. No es poco porque ha contribuido a derribar algunos prejuicios y a ahuyentar algunos viejos demonios de esta España nuestra postlogsista. No recuerdo ahora cómo sale en esos ranking de popularidad de los ministros, pero será de los pocos que se salven de esta legislatura. Y eso, sin el pacto.

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