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“La autonomía pone en valor la afinidad con el proyecto educativo”

El nuevo responsable educativo de Baleares se enfrenta a índices de fracaso muy elevados, una deuda con el sector del transporte y con los centros y el objetivo de llegar a un pacto educativo.

José Mª de MoyaLunes, 19 de septiembre de 2011
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El consejero Rafael Bosch, durante la entrevista. (Foto: J. Zorrilla)

El nuevo consejero de Educación de Baleares, Rafael Bosch, ha sido bien recibido por la comunidad educativa porque es un hombre con experiencia. Había sido director general en el último gobierno de Jaume Matas (PP). Además, tiene un carácter dialogante que sindicatos y demás organizaciones agradecen mucho. Tiene por delante el reto de reducir unos altísimos índices de fracaso y gestionar deudas heredadas de los anteriores responsables educativos.

En primer lugar, creo que os habéis encontrado una deuda en los centros concertados de seis millones de euros y en la pública de tres millones. ¿Cuál es la situación?
Hemos hecho auditorías internas en todos los departamentos y, en Educación, hay una deuda, sobre todo en el transporte escolar, y otras cuestiones pendientes de resolver como las ayudas de comedor, etc. Y luego, la Concertada lo ha pasado muy mal, sobre todo los centros más pequeños, que están al límite. Entonces, en un intento de austeridad que nos pide el vicepresidente económico, ajustando nuestras propias partidas al límite, optimizando todos los gastos, hemos podido hacer efectiva la cobertura de su deuda, también en los centros públicos, sobre todo en Secundaria.

¿Hay alguna otra cuestión económica preocupante?
Me preocupa mucho el transporte, porque hay una deuda de alrededor de cuatro millones de euros, y lo que necesitamos para el próximo curso, que son otros cuatro millones. Y el transporte escolar es vital. Y luego quedan deudas pendientes importantes en cuestión de presupuestos, colegios que se tienen que abrir este mes, otros que se tienen que terminar de construir, etc.

¿El gobierno saliente estaba al tanto de todo esto?
Claro que estaba al tanto. Era consciente y tenía una serie de partidas pendientes de ejecutar, bloqueadas. El tema del transporte todavía no está resuelto, los transportistas han llegado al límite de amenazar en los últimos días de curso con hacer un parón. Y entonces no era nuestra competencia pero ahora ya sí es nuestra responsabilidad.

El presidente Bauzá ha hablado de un pacto educativo. ¿Realmente es posible?
No se ha conseguido nunca, pero este último año distintas entidades han venido hablando de ese pacto educativo, político y social, y yo desde el primer momento lo planteé al presidente cuando entregamos el programa electoral. Creo recordar que en el programa electoral de 2007, ya proponíamos un pacto educativo tendente a poder desarrollar una normativa propia de la comunidad con lengua propia, con elevados índices de inmigración y de abandono escolar, con mucho interés en evolucionar en cuanto a la formación para el empleo. Yo soy de los que piensa que si pudiéramos alcanzar un pacto de mínimos, avanzaríamos luego mucho más rápido porque eso ya no sería objeto de discusión, estuviera quien estuviera. En ese pacto tiene que haber un compromiso de inversión porque si no la gente no se lo acaba de creer.

Además, también llegarán las cuestiones ideológicas… conceptos de libertad, de autoridad, de excelencia, y ahí suele haber discusión.
Si logramos ese pacto de mínimos yo estoy convencido de que va a ser difícil no firmar. Vamos a trazarnos unos objetivos básicos.

¿No crees que hay que dar más importancia a lo que ocurre dentro de las aulas que a la mejora de las infraestructuras?
Estoy de acuerdo. Nosotros hemos ofrecido propuestas innovadoras, como incluir una hora de clase más en Primaria porque somos la comunidad que tiene un mayor índice de repetidores al llegar a los 12 años. Un 25% de los alumnos al entrar en la ESO ya han repetido una vez, lo cual no es normal. Yo sostengo que podríamos intentar tener seis períodos lectivos y reforzar las áreas instrumentales, que es mi principal objetivo.

¿Qué opinas de que exista una ley de autoridad del profesorado?
Yo hablo siempre de la autoridad moral del profesorado. La ley de autoridad, que me parece muy interesante, deja fuera a un sector del profesorado de Privada y Concertada al que no se le puede aplicar porque no son funcionarios. Por tanto, tendríamos que hacer una normativa, fruto de un gran consenso en todos los centros educativos, que refuerce la figura del profesor y de los equipos directivos. Creo en el liderazgo, y mi partido político apuesta por el liderazgo en el buen sentido de la expresión. Se necesitan líderes educativos que impulsen porque sin ellos no hay equipos directivos que tiren de un Claustro. Por eso me gusta hablar más de reconocimiento de la figura del profesor y de una normativa que defienda sus actuaciones.

¿Qué más se puede hacer en el ámbito de la libertad de elección de centro, que también se incluye en el programa?
Nosotros, ya en 2004, bajamos de ocho zonas educativas a cuatro, y eso no se ha cambiado. Es difícil convencer a la gente de que a más capacidad de elección, más libertad de elección. Llegar quizás solo a dos o a una zona única me parece interesante y me gustaría ver cómo lo articula un distrito tan grande como Madrid, y compaginarlo con la norma básica del Estado que garantiza la adjudicación por renta, proximidad, etc. Tendríamos que ver luego cómo se calcula la proximidad si no hay zona. Hay gente que habla de círculos concéntricos de puntuación. Tendría que verlo.

¿Modificarán el punto de libre disposición del centro?
Lo reintrodujimos nosotros y tampoco lo han quitado. Hay comunidades que creo que han rebajado el peso de la renta en el baremo. Es decir, si está garantizada la plaza, ¿por qué pesa tanto la renta? Quizá se pudieran tener en cuenta más factores, no estancarse en ideas preconcebidas.

También hay que tener en cuenta el grado de afinidad con el proyecto educativo… Si yo estoy dispuesto a cruzarme la isla para llevar a mi hijo a un colegio que adoro porque soy antiguo alumno. Eso no está en el baremo…
Nadie discute ese concepto, pero también es necesario un punto para familias monoparentales y otro para numerosas. En el baremo hemos introducido variables muy razonables entre las cuales se puede escoger. Yo creo que hay que tener bastante autonomía de centros porque es el único modo de poner en valor la afinidad con el proyecto educativo y habrá que buscar un modo para determinar quién lo mide y cómo medirlo.

El cuanto al fracaso escolar, las cifras son lamentables. En 2003 era del 36,8% y es de las pocas que en estos ocho años ha aumentado…
También hay que apuntar todo lo que ha sufrido Baleares en el período 2003-2008 con el boom. No me estoy atribuyendo ni me estoy quitando responsabilidades pero la situación socioeconómica vivida en ese periodo ha sido muy especial y probablemente no se vuelva a vivir. Alumnos saliendo del sistema con 15 y 16 años porque cobraban más de 1.000 euros como camareros, ayudantes de construcción, etc. y en situaciones socioeconómicas desfavorables. Hemos notado, además, un crecimiento importantísimo de inmigrantes de Colombia, Ecuador, Argentina y, sobre todo, de Marruecos. También han venido chinos, población de países del Este, etc. Hemos construido 34 colegios nuevos. Fue increíble aquel gobierno en el que había bonanza económica. Todo el mundo invertía en Mallorca y se estaba contratando a gente de todo el mundo, que traían a sus hijos aquí. Hay municipios con el 34% de población magrebí y esto ha producido también choques culturales que son difíciles de digerir. Ahora, en cambio, ha habido una caída brutal, tenemos problemas en ciclos formativos, centros de adultos… Ha habido un aluvión de peticiones para volver a estudiar y nosotros queremos flexibilizar eso para que la gente se titule.

Pero incluso dentro de comunidades que han experimentado ese boom las hay que han desarrollado unas políticas educativas que han favorecido más que la gente se vaya, porque han hecho poco atractivo el sistema educativo y ha aumentado el fracaso.
Nosotros tenemos que presentarnos dentro de cuatro años a las elecciones con un menor índice de fracaso, porque esto es insoportable e intolerable para ninguna comunidad. Pero 10 puntos sería increíble. Si son 8, bien, aprobado.

Tengo la sensación de que el PP no tiene un modelo educativo claro. Las últimas informaciones del PP en Educación en el ámbito nacional se refieren a propuestas de la Comunidad de Madrid. Parece que falta un modelo educativo claro y un liderazgo a nivel nacional.
Es verdad que el gobierno de la Comunidad de Madrid está lanzando unos mensajes muy interesantes en Sanidad y Educación, pero en el caso de mi comunidad, el propio presidente ha tomado como uno de los principales ejes la Educación, y hemos lanzado propuestas interesantes que vamos a intentar llevar a cabo, ya que es nuestra obligación como fuerza política. A nivel de partido, entendemos que la situación de Galicia, de Baleares, de Canarias y de Madrid no puede ser exactamente la misma. Yo creo que sí estamos llevando a cabo propuestas para el liderazgo del docente, modelos bilingües o trilingües, etc. Lo que pasa es que no tenemos quizá un referente nacional porque el Estado de las Autonomías obliga a que grandes temas como economía o política general sí tengan un referente a nivel estatal y otros como Educación no.

¿Te parece que no es necesario que el PP tenga una posición común en temas como el Bachillerato de excelencia, la ley de autoridad u otros? ¿Debe tener una posición común?
La tiene.

No la tiene. Sale el tema del Bachillerato de excelencia y Castilla y León manifiesta que no está de acuerdo, o la ley de autoridad, que tú no la tienes clara…
No, no la veo clara porque me planteo qué opinan los profesores de la Concertada. Esa es la pregunta que me hago y no tengo respuesta. El tema del Bachillerato de tres años realmente es una opción porque el de dos no da para mucho. Otra cosa es cómo se articula. Esperanza Aguirre cree que es mejor un Bachillerato de excelencia y otras comunidades apuestan más por uno de tres años, que es la idea común que tenemos todos. Luego en mi comunidad se disputa sobre el tema del trilingüismo, como tiene Galicia o la Comunidad Valenciana. ¿Copiamos el modelo lingüístico de Valencia o Galicia? No. ¿Deberíamos? Hombre, tampoco. La realidad lingüística de estas comunidades no es la misma que la de Baleares. Es semejante, pero no la misma. Entonces todas estas situaciones sí dan a entender que hay comunidades que lideran el sistema educativo respecto a las demás.

¿No te ha molestado en alguna ocasión que Esperanza Aguirre vaya por libre?
Es un país muy rico con gente muy maja y con distintas sensibilidades y si el PP da la sensación de lanzar un mensaje homogéneo con algunas diferencias, el PSOE ya ni te cuento. Al PSC le encantaba el concepto de trilingüismo por el que nosotros, en nuestra comunidad autónoma, fuimos perseguidos. Y recuerdo oir al expresidente hablando de trilingüismo en Cataluña. Vamos a ver si ponemos un poquito de cordura. Vamos a poner un ministro o ministra del Partido Popular que lidere esos temas. Al final llegaremos a hacer lo que hicieron los países nórdicos en los 70, que es pactar el sistema educativo. Tarde o temprano lo tendremos que hacer, la sociedad nos va a acabar obligando a ello.

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