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España desperdicia la formación de un tercio de sus trabajadores

Antes de la crisis había un 34,9% de sobrecualificados, ahora un 32,5%
Diego FranceschMartes, 13 de diciembre de 2011
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La crisis ha afectado de modo desigual a las economías europeas y, sin duda, a la española le ha tocado la peor parte. Alemania ha aumentado el empleo un 3,5% desde 2007 (año previo a la crisis) y Francia un 1%. Se trata de comportamientos mucho más positivos que los del conjunto de la UE, que registra una caída acumulada del 0,75%. Las otras grandes economías de la Unión no han recuperado todavía los niveles de empleo previos a la crisis, pero el caso más llamativo y preocupante es el de España, con un descenso acumulado del 10% y sin síntomas, según los datos más recientes, de que el retorno a la creación de empleo esté próximo.

Pero en España, las tasas de desempleo castigan sobre todo a los más jóvenes, últimos en llegar al mercado de trabajo y los más afectados por los contratos temporales o por su falta de cualificación académica.

Es cierto que las tasas de paro de este colectivo son más altas en todos los países y que, salvo Alemania, han crecido en todos ellos, pero el caso español es excepcional. Partía de tasas algo mayores que el resto de países, pero no demasiado alejadas de ellas. En la actualidad la tasa se acerca al 50%, nada que ver con el resto, ni siquiera con Italia, donde este problema es también especialmente intenso.

Además, y aunque las tasas de paro han aumentado en todos los niveles educativos, el empleo de trabajadores con estudios superiores (es decir, con al menos ciclos formativos de Grado Superior o título universitario) creció en España hasta 2010 un 1,3% en relación con el empleo total previo a la crisis. Un crecimiento muy bajo comparado con el del conjunto de la UE, o el de los países como Francia, Alemania o el Reino Unido (en todos los casos, el 10% o más del empleo total de 2007) e incluso con el registrado en Italia.

Por otra parte, el menor crecimiento español de este tipo de ocupados se concentra en mayor medida en los puestos de trabajo que le son afines, es decir, de alta cualificación. El citado aumento del 1,3% del empleo de personas con estudios superiores en puestos cualificados equivale al 3,3% del empleo total en 2007, mientras que desciende el empleo de este tipo de trabajadores en otras ocupaciones.

Por el contrario, en el resto de países europeos el incremento, asimismo más intenso en las ocupaciones que requieren más cualificación, se da también en el resto de ocupaciones que no requerirían ese tipo de formación. En el caso italiano el aumento del empleo con formación superior en este segundo tipo de puestos supera incluso al registrado en las ocupaciones de mayor cualificación.

Según el informe Crisis y mercado de trabajo en la UE, publicado la semana pasada, “el esfuerzo por lograr un mayor ajuste de los recursos humanos mejor formados ayuda a reducir el problema de sobrecualificación que los indicadores de uso habitual en esta cuestión muestran en el caso español”.

Antes de la crisis un 34,9% de los trabajadores con estudios superiores trabajaban en ocupaciones que, en principio, requerirían en escasa o ninguna medida esa formación. “Esto tiene consecuencias negativas sobre la productividad de las empresas españolas, –señala el citado informa– su competitividad y el volumen de empleo, suponiendo un claro ejemplo de uso ineficiente de los recursos”.

Ineficiencia educativa
El esfuerzo inversor en Educación de nuestro país no se transforma en una mayor capacidad productiva en la misma medida que en otros países. En el resto de países esos porcentajes se situaban en 2007 en torno al 20% o incluso menos, como sucede en Italia. Aunque España ha reducido un 7% el porcentaje de sobrecualificación, algo que indica un mejor aprovechamiento de sus trabajadores, mientras que en el resto de países se ha mantenido o incluso ha aumentado (Italia y el Reino Unido). A pesar de ello, el problema de España no es solo crear empleo de calidad para las personas más formadas, sino crearlo también en ocupaciones menos cualificadas.

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