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La ineficacia de la repetición de curso y las ventajas del apoyo y el refuerzo

Muchos estudios muestran las escasas ventajas de repetir curso, pero España sigue aplicando esta estrategia, aunque cada vez más se introducen otras medidas, como la atención personalizada.
Diego FranceschMartes, 17 de enero de 2012
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El debate sobre los beneficios de la repetición de curso o la promoción sigue sobre la mesa, sin que hasta ahora se haya presentado ninguna aportación para atajar nuestro alto índice de alumnos descolgados, de más del 35%, uno de los más elevados del mundo. Ya en el año 1975 se presentaron los primeros datos sobre los efectos de la repetición de curso a nivel mundial. El estudio de Jackson pretendía analizar si el alumnado con bajo rendimiento o con inadaptación sociemocional obtenía más provecho de la repetición o de la promoción de curso. El estudio concluía que es posible que la repetición suponga algún beneficio para el alumno, sin embargo parece que la promoción aportaba beneficios aún mayores. Además, y lo que es más importante de esta investigación, señalaba que los profesores que obligan a repetir curso lo hacen a pesar de la falta de evidencia de que sea beneficioso para los alumnos.

En 1984, otro estudio revelaba diferencias a favor de los alumnos que promocionaban en todas las áreas en las que se comparaban. El alumno repetidor tenía un nivel académico inferior, un concepto más bajo de sí mismo y una actitud menos favorable hacia su escuela. El estudio concluía que “son los defensores de la repetición los que tienen que demostrar que hay razones convincentes que indiquen que sus planes son efectivos frente a otros planes que han fracasado”. En 1989 se vuelven a revisar los estudios anteriores y se concluye de nuevo la ineficacia de la repetición y que ésta conduce al abandono escolar.

Por otro lado, se ha estudiado también cómo el hecho de repetir suele responder a criterios de evaluación basados en el nivel medio de la clase, es decir, que un alumno puede repetir en un aula donde no alcanza el nivel medio, pero ese mismo alumno no repetiría en otra de nivel medio más bajo. También se ha analizado el mes de nacimiento del alumno para deducir que los alumnos nacidos en los meses del final de curso obtienen peores resultados que los otros. En España este factor de la edad ha sido estudiando por Julio Carabaña a partir de PISA 2006. El sociólogo concluye que “en casi todas las comunidades españolas hay entre 15 y 25 puntos de diferencia entre los del primer trimestre y los del último con diferencias estadísticamente no significativas”.

Para matizar los datos anteriores, otros estudios han indicado que cuando el alumno repetidor recibe apoyo individualizado, sus resultados son menos negativos; o que formas indirectas de repetición como retrasar la edad de escolarización inicial son prácticas igualmente ineficaces. Si se comparan los países donde existe la promoción automática (Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Irlanda y Japón) con los que recurren a la repetición excepcional (Italia, Grecia y Alemania) o aquellos en los que los alumnos repiten al menos un curso a lo largo de su escolarización obligatoria, no se constata que los resultados sean mejores en los países en que se puede repetir. Habrá que analizar otros factores.

En España se realizó una encuesta en 2004 entre los profesores que dió como resultado que la repetición es una medida insuficiente para resolver el fracaso escolar. El 78,2% cree que no es la solución. Sin embargo, algunos estudios también sostienen que repetir implica cierta mejoría en el rendimiento del alumno, pero no es una mejora estable en el tiempo y vuelve a descender en años posteriores.

El estudio del Isei-Ivei –el Instituto de Evaluación del País Vasco– titulado Efecto de la repetición de curso en el aprendizaje se platea la cuestión de si alumno que promociona de curso lo hace “por méritos propios” y no porque la ley obligue a ello, lo cula introduce un elemento subjetivo en el problema que a veces no se ha tenido en cuente. El de las motivaciones del alumno que sabe que sin estudiar –o estudiando menos– pasa igual de curso.

El caso español
En España la legislación prevé que se repita curso en la ESO con tres o más materias suspendidas, aunque se puede pasar si así lo considera el centro educativo. En cualquier caso, y como estrategias para reducir la tasa de repetición y, por tanto, de abandono escolar, como exige la UE, la LOE contempla los llamados programas de refuerzo que en España parece que empiezan a dar resultados.

Todo ello significa que más allá de que los distintos países hayan establecido sistemas de repetición o de promoción automática, la causa de la repetición hay que buscarla no en la posibilidad misma prevista en la ley, sino en atajar con atención personalizada y desde los primeros años de escolarización las dificultades que pueda tener un alumno potencialmente repetidor. En este sentido, y como señala Juan Antonio Gómez Trinidad, “la repetición es la consecuencia, no la causa. La causa es la ausencia de esfuerzo, de estímulo, de ilusión, de motivación”. Según esta perspectiva del exportavoz de Educación del PP, repetir es consecuencia del fracaso de una política educativa en la que se ha insistido poco o se ha subestimado el papel del alumno –ayudado por el profesor– para mejorar su propio rendimiento escolar, sus conocimientos y su actitud frente a la escuela.

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