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Los retos que aguardan al ministro

Wert se encontrará en Educación una tendencia a la baja del fracaso y del abandono, aunque con camino por recorrer para igualar las medias europeas, y también un profesorado de la enseñanza pública movilizado en varias autonomías contra lo que consideran "recortes" educativos.
MagisnetMartes, 10 de enero de 2012
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José Ignacio Wert, nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, tendrá que gestionar las "reformas profundas" comprometidas por el PP en su programa electoral para reducir el fracaso y el abandono escolares.

Ello implicará previsiblemente una modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOE), de 2006, y para cumplir el compromiso del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de implantar un Bachillerato de tres cursos, uno más que actualmente.

En Cultura, los retos principales para Wert tienen que ver con la propiedad intelectual y los derechos de autor.

Wert se encontrará en Educación una tendencia a la baja del fracaso y del abandono, aunque con camino por recorrer para igualar las medias europeas, y también un profesorado de la enseñanza pública movilizado en varias autonomías contra lo que consideran "recortes" educativos.

El 28,4% de los jóvenes de entre 18 y 24 años sólo tenían secundaria postobligatoria (Bachillerato o FP) y no seguían ninguna formación en 2010, cuando la media europea estaba en el entorno del 15%.

Aparte, más de un cuarto del alumnado (25,9%) no se gradúa en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) a la edad teórica de 16 años, según datos de 2009.

Ese año, la evaluación internacional de alumnos PISA confirmaba también que España seguía en la parte baja del promedio de rendimiento de la OCDE en lectura, matemáticas y ciencias de alumnos de 15 años.

El programa del PP también mencionaba la implantación en ESO de "vías formativas" según los intereses, motivaciones y "progresos" de los alumnos.

Una eventual reforma legislativa serviría también para el reconocimiento del profesorado como autoridad pública, profundizar en la autonomía de los centros educativos y "corregir" el punto que permite a los alumnos faltar a clase desde 3º de ESO cuando lo decidan colectivamente para ejercer el derecho de reunión.

El PP mencionaba la aplicación "temprana" de refuerzos y recuperación de alumnos con dificultades, apoyo a los centros con estudiantes en desventaja social y reconocimiento de su profesorado.

Esto se une a la necesidad de un nuevo modelo de selección y formación del profesorado, con incentivos laborales, y aprobar el Estatuto del Personal Docente e Investigador de las Universidades.

Otras reformas apenas esbozadas se refieren a una formación común básica en todas las etapas educativas; la mejora de las competencias lectora y escritora; la sustitución de Educación para la Ciudadanía por una asignatura de valores constitucionales; o la publicación por centros de los resultados de las pruebas nacionales de evaluación del alumnado.

El Ministerio que dirigirá Wert debería hacer "efectivo" otro compromiso electoral del PP: el derecho de los alumnos a aprender en español y en el resto de lenguas cooficiales.

Ello sin olvidar la defensa tanto de la Educación pública de calidad como del "derecho a elegir" el modelo educativo que deseen las familias.

Wert tendrá que escuchar a las organizaciones de Educación concertada, que demandan una actualización de la financiación pública que reciben.

El PP apunta a una Formación Profesional vinculada estrechamente –decía el programa– a la empresa, que combine la formación en el centro docente con el trabajo y que dé respuesta al mercado laboral.

Según un estudio del gobierno anterior, se necesitarán 200.000 plazas nuevas de FP de Grado Medio en esta legislatura.

La consolidación del Espacio Europeo de Educación Superior y los campus de excelencia internacional y un nuevo modelo de financiación son algunos de los retos universitarios que aguardan al ministro.

En materia de Cultura, Wert tendrá que hacer frente al reglamento de la conocida como Ley Sinde, necesario para la puesta en marcha de medidas antipiratería, que prevé el cierre de las páginas de descargas ilegales por orden judicial.

Dicho reglamento quedó sobre la mesa en el penúltimo Consejo de Ministros del gobierno socialista por las discrepancias en el seno del Ejecutivo.

El ministro deberá afrontar la supresión del canon digital, después de que el pleno del Congreso aprobara en julio una proposición no de ley del PP en este sentido.

El canon digital vigente en España ha sido desautorizado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y por la Audiencia Nacional.

La reforma de la ley de Propiedad Intelectual, reclamada también por el pleno del Congreso a iniciativa del PP, debería figurar también en su agenda.

La protección de la tauromaquia puede ser otro de los retos para Wert, después de que el PP se comprometiera a fomentarla, tras la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, decisión que ha recurrido ante el Tribunal Constitucional.

En Deportes, estaría pendiente una ley del Deporte Profesional, con fórmulas de financiación, un proyecto que tenía en preparación la anterior secretaría de Estado para el Deporte, según una recomendación del Congreso de los Diputados.

Mientras tanto sigue el conflicto de las radios con la Liga Profesional por el canon que ésta les exige para informar de los partidos, aparte de la candidatura de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos de 2020.

En el aspecto estrictamente competitivo, los retos más inmediatos son la próxima Eurocopa de fútbol y los Juegos Olímpicos de Londres (2012), la organización por España del Mundial de Balonmano de 2013 y el de Baloncesto de 2014.

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