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Arenas propone “despolitizar” la Educación y firmar un gran pacto

Diego FranceschLunes, 26 de marzo de 2012
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El domingo, los ciudadanos andaluces irán a las urnas para consolidar –y se puede decir que perpetuar– un gobierno socialista (con el apoyo de IU) o elegir el cambio que propone el candidato Javier Arenas. El PP ha presentado un programa basado en los malos resultados educativos de esta comunidad, ya que cree que uno de los factores que impiden la mejora es el “alejamiento del gobierno andaluz de lo que realmente sucede en las escuelas e institutos andaluces”. El programa del PP asegura que “el actual sistema educativo andaluz está falto de calidad y alejado de la realidad, desequilibrado, autocomplaciente, encorsetado, fuertemente controlado desde la Administración y asentado sobre unos principios equivocados que no han dado los resultados prometidos”. Andalucía es la comunidad que menos invierte por alumno (5.352 euros, cuando la media de toda España es de, 5.567), la que registra una de las mayores tasas de abandono (34,7%), donde los jóvenes tienen peor nivel de formación, donde hay más alumnos repetidores (16,3% en 4º de ESO), con mayor déficit de profesores y con mayor número de alumnos por clase (25,9 en ESO frente a 24,3 en España).

Arenas ha prometido que el gobierno del cambio “enterrará el rodillo de estos 30 años” en Andalucía y “rescatará la cultura política del diálogo y del consenso”. En este sentido, anunció que, como presidente de la Junta, hará una oferta de pactos “para convertir el cambio y las reformas en el gran objetivo colectivo de los andaluces”. Durante la campaña, el candidato del PP ha hecho referencia a ocho grandes pactos, el primero de los cuales será un gran Pacto Social por el Empleo y la Competitividad, así como un Pacto por la Educación que “despolitice la Educación en Andalucía, tenga vigencia y sirva para que “los niños aprendan de verdad” y que garantice la financiación educativa.

Según el PP, “los problemas educativos no resueltos han terminado por originar el desprestigio de la escuela pública; el hastío del profesorado; la falta de igualdad de oportunidades y las graves carencias en la formación”.

Para Gonzalo Guijarro, profesor de IES en Granada y portavoz de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA), “las medidas anunciadas por el PP apuntan, en general, en la buena dirección, pero son claramente insuficientes para enderezar una situación de postración como la que padece la Educación en Andalucía”. Por otra parte, Guijarro cree que “es de temer que el PP favorezca a la Concertada a costa de la Pública” y, en este sentido, la reforma del Bachillerato “podría ser una puerta falsa para concertar también esa etapa educativa”.

En opinión de Guijarro, “falta un tercer camino académico que dé una salida razonable a los llamados ‘objetores escolares’, que si se ven forzados a integrarse en la FP podrían devaluar esta fundamental rama del sistema”.

Además de las despolitización de la enseñanza andaluza, otra de las propuestas del PP es “desburocratizar el sistema educativo y aminorar el excesivo intervencionismo de la Administración”. UPyD también propone un Pacto, pero en este caso para que las competencias sean exclusivas del Estado. En tanto esto se lleve a cabo, esta formación política cree que se debe reformar la Ley de Educación de Andalucía (LEA) y el Programa de Calidad y Mejora, que el PP suprimiría. El PSOE mantiene la continuidad de este programa por el que se conceden 7.000 euros a cuatro años a los profesores que mejoren los rendimientos escolares de sus alumnos. El programa ha sido modificado después que fuera recurrido ante el TSJA.

El portavoz de APIA, Gonzalo Guijarro, dice que las propuestas socialistas “no pueden ser más continuistas, lo que, teniendo en cuenta los desastrosos resultados obtenidos hasta el momento, sólo pueden conducir a un todavía mayor deterioro del sistema”.
“Se insiste en mantener el perverso ‘Plan de Calidad’, se insiste en el absurdo despilfarro de regalar ordenadores a los alumnos, se insiste, en suma, en todos los tópicos del pedagogismo imperante, principal responsable del desastre educativo”, concluye Guijarro.

En cambio, APIA es favorable a las propuestas de UPyD ya que considera que el partido que lidera Rosa Díez “es el único que demuestra en su programa conocer de cerca los problemas a resolver”. Para Guijarro, “sus propuestas son claras, lo bastante enjundiosas y sumamente acertadas”.

Por ejemplo, “devolver al Estado las competencias educativas crearía el marco adecuado para impedir los excesos ideológicos a que tan dados son algunos gobiernos autonómicos, más interesados en colonizar las mentes de los alumnos que en proporcionarles una sólida formación”, dice Guijarro. Por otra parte, “la revisión en profundidad de la actual Educación Primaria es una necesidad insoslayable; en esa etapa es donde el pedagogismo sienta las bases del posterior mal funcionamiento del sistema”. Y en cuanto a la “reducción del número de asignaturas que proponen es de sentido común”, dice Guijarro. El portavoz de APIA también es partidario de “las pruebas externas con validez académica como garantía del control de la eficacia del sistema” y de la “revisión de las funciones de la Inspección, que es de todo punto imprescindible para devolverle el carácter técnico que nunca debió perder”.

De Izquierda Unida, que se puede convertir en la llave para la continuidad del PSOE en esta comunidad, su programa se basa en una Educación pública como eje estructurador del sistema educativo, lo que implicaría una reducción progresiva de conciertos y la incorporación voluntaria de estos centros a una única red, dando prioridad a las cooperativas. Además IU propone asegurar por ley una inversión mínima por alumno no menor a la media estatal, reducción de las ratios y una zona de escolarización que favorezca la mezcla de distintos perfiles de alumnos.

Por último, el Partido Andalucista (PA) señala –con bastante imprecisión– que la Educación en esta comunidad “ocupa el último lugar en la mayoría de las evaluaciones”, motivo por el que propone “el aumento justificado del gasto en Educación y el cambio pedagógico”. APIA cree que para esta formación “la solución pasa exclusivamente por una mayor inversión, aunque sus propuestas distan mucho de ser claras y precisas, de ellas se deduce que están a favor del pedagogismo imperante, lo que supone la inutilidad de cualquier incremento de la inversión”. Además, APIA señala que “carecen de ideas claras acerca de los males que aquejan a la enseñanza”.

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