El modelo de gestión de la Pública, en el punto de mira

Transcribo de wikipedia: “El benchmarking es un anglicismo que, en las ciencias de la administración de empresas, puede definirse como un proceso sistemático y continuo para evaluar comparativamente los productos, servicios y procesos de trabajo en organizaciones (…) con el objetivo de transferir el conocimiento de las mejores prácticas y su aplicación”. Arranco con esta definición a propósito de que el ministro Wert la semana pasada volviera a sorprender a algunos nostálgicos de determinada ideología de la escuela pública. Si días antes se había referido a los alumnos como clientes (¡válgame Dios!), ahora no tuvo mejor ocurrencia que recomendar a la escuela pública hacer benchmarking basándose en PISA con el objetivo de localizar e importar buenas prácticas. Así, sin anestesia y en el transcurso de la entrega de los Premios Mejora tu Escuela Pública.

Ahora en serio, basta darse una vuelta por twitter para comprobar cómo caen estas peligrosas provocaciones neoliberales entre algunos, es cierto, cada vez menos. En la propia gala, uno de los premiados señaló que en la escuela pública los compañeros se dejan la piel sin necesidad de adoptar modelos de gestión empresarial… Y me pregunto: ¿por qué será que el 90% de los mortales –los que trabajamos en empresas privadas (multinacionales, pymes, autónomos…)– necesitamos sistemas de evaluación y rendición de cuentas, medición por objetivos y resultados, hacer marketing, etc. para ser eficientes y en la ‘cosa pública’ no? No es difícil encontrar una cierta visión roussoniana, angélica o de superioridad moral detrás de los argumentos de quienes desprecian las prácticas empresariales. Algo así como Guardiola contra Mouriño…

Dicen eso de que la mejor Educación está en Finlandia y es pública. Y es cierto. Lo que no dicen es que los sistemas de organización y gestión de los colegios finlandeses son más propios de nuestra escuela privada que de la pública. Un ejemplo: el director finlandés selecciona a su profesorado en un 73,7% de los casos, mientras que en España el director pinta algo en un 2,6%. Según el cuadro extraído de PISA, en casi toda Europa el peso de la selección del profesorado recae en el director del centro.