El sistema hace fracasar a los alumnos antes de que puedan optar por la FP
Una de las medidas que propone el Ministerio para la reforma de la Secundaria es desbloquear el sistema de tal forma que los alumnos que hasta ahora fracasaban en la ESO (por no tener más opciones), a partir de la reforma opten por seguir el Bachillerato o la Formación Profesional de Grado Medio y así mejorar nuestras tasas de abandono temprano. También pueden ir a los PCPI y, además, graduarse en ellos. Como hasta ahora los itinerarios estaban demonizados y se les consideraba “segregadores” (todavía el PSOE acusa a esta reforma de serlo) los alumnos que se graduaban en ESO no disponían de más opciones que los Programas de Garantía Social o los PCPI. En definitiva, hasta ahora no era posible llegar a la FP porque en nuestro país a los alumnos se les “hacía” fracasar antes de que pudiesen optar por ella. El adelanto a los 15 años de esta decisión –como propone la reforma que plantea el Gobierno– y la flexibilización del sistema podría ayudarles.
Además del abandono temprano, hasta el año 2000 disponíamos de otro dato bastante útil que era el llamado “nivel educativo de los jóvenes”, uno de los indicadores europeos sobre Educación que formó parte de los objetivos de Lisboa para 2010. Se trataba de superar el 85%, pero casi ningún país lo consiguió y sólo Malta, Portugal e Islandia quedaron peor que nosotros. Además, como recuerda José Manuel Lacasa, del Instituto F de Investigación Educativa (Ifie) “nuestro país tuvo la peor evolución de la década (el caso noruego es una ruptura de serie), y si la empezamos en un 66% (nuestro máximo histórico) en 2000, la acabamos con un 61,2% en 2010 después de haber bajado del 60% en 2009”.
Al igual que el abandono escolar temprano, el “nivel educativo de los jóvenes” intentaba medir el porcentaje de jóvenes que alcanza un nivel de Secundaria Superior (en España, el Bachillerato o la Formación Profesional de Grado Medio), con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), realizada por el INE trimestralmente.
Nivel educativo
El “nivel educativo de los jóvenes” es el porcentaje de población entre 20 y 24 años que ha obtenido al menos el nivel de Secundaria Superior, mientras que el “abandono educativo temprano” es el porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años que no tiene un título de Secundaria Superior y ya ha dejado de estudiar.
Según Lacasa, “ambos indicadores pretenden medir el mismo fenómeno, pero mientras que el primero es más estable y suele coincidir con la tasa bruta de titulados en Secundaria Superior, el abandono escolar temprano es muy sensible a cambios en la organización escolar y a medidas educativas tomadas poco tiempo antes”. Por ejemplo, las medidas de refuerzo y apoyo que aprobó la LOE contribuyeron a reducir el fracaso escolar y permitieron a más alumnos continuar estudiando, pero estas medidas no comenzaron a notarse hasta dos años después en este indicador, aunque aún no se conocían las tasas de graduación en Secundaria Superior. Es curioso que el indicador final (el correspondiente al año 2010), y que fue el objetivo de la década, no fue presentado desglosado por comunidades ni siquiera por el Ministerio de Educación. Lo cierto es que ninguna comunidad alcanzó el objetivo. Las mejor parada fue el País Vasco, con el 80,1%, seguida de Navarra, con el 76,6% y Madrid con el 68,9%. En la tabla superior se puede ver el nivel educativo de los jóvenes por comunidades entre 2000 y 2011.
Aunque los objetivos de la estrategia de Lisboa hasta 2010 se han trasladado hasta 2015 y 2020, ya no es uno de los principales indicadores para ese año. Ni siquiera aparece en el sistema estatal de indicadores de la Educación que elabora el Instituto de Evaluación español y, curiosamente, en los informes sobre los indicadores de la UE tampoco aparece el dato desglosado por comunidades autónomas.
Como se puede comprobar, sólo País Vasco y Navarra estaban en 2010 a menos de 15 puntos de alcanzar el objetivo marcado (el 85%), mientras que la media española quedó nada menos que a 24 puntos del objetivo final. En 2011 seguimos prácticamente en las mismas cifras, aunque es de suponer que a partir de 2012, y durante los años siguientes, el indicador mejore, pues es entonces cuando se podrá notar el descenso del fracaso escolar (y el aumento de la graduación en Secundaria Superior subsiguiente) que se produce a partir de 2008.
Diferencia norte-sur
Para José Manuel Lacasa, “el análisis de los datos es más o menos el de siempre: una clara diferencia norte-sur, donde el norte tiene datos bastante malos y el sur sencillamente horribles; un claro descenso del indicador tras la aplicación de la Logse (seis puntos en ocho años) compartido por la mayor parte de las comunidades”.
Según Lacasa, “hay algún dato que sorprende, sobre todo el de Castilla y León, incluso considerando los errores de muestreo”. Este investigador lo atribuye a “un error de la encuesta, ya que no coincide con los datos más fiables que tenemos, los de graduación en Secundaria Superior ofrecidos por el Ministerio (que no son muestrales y, por tanto, no tienen margen de error”.