“El problema de España es que hay pocos investigadores trabajando en las empresas”

Desde 2004 lleva trabajando en el Centro de Estudios Financieros (CEF) como investigador del informe Innovacef, y en la actualidad es profesor del Grado de ADE de la Universidad a Distancia de Madrid (Udima). A pesar del escaso grado de confianza, Pedro Aceituno anima a los jóvenes a seguir estudiando para dedicarse a la investigación y a luchar para conseguir unas condiciones adecuadas, porque él entiende que el país lo necesita.

¿De qué dispone el investigador en el exterior que no encuentra en España?
Donde se encuentran las principales distancias es tanto en salarios como en financiación, reconocimiento social, tarea laboral y carrera investigadora. Aunque quizá al final se pudiera resumir todo en la carrera investigadora, en el hecho de sentirse mucho más estable laboralmente y de ser una figura mucho más reconocida. El salario evidentemente también es una parte importante y se gana mucho más dinero en el exterior, aunque no creo que sea lo primordial. En España se podría retener a los investigadores haciendo otro tipo de cosas y no sólo por el salario.

Según su informe, Cataluña, Galicia y Andalucía generan mayor confianza a los investigadores. ¿Qué tienen estas comunidades?
En realidad, ninguna comunidad supera la barrera de unas expectativas medias. Las reacciones de los gobiernos autonómicos no se están haciendo sentir y es bastante uniforme la desconfianza. Todas suelen estar en una situación bastante similar, en torno al 40% de confianza, pero ninguna de ellas destaca. Yo espero que algún día alguna comunidad supere esa barrera y sea capaz de tirar del resto del sistema.

Un joven español que decida dedicarse a la investigación, ¿sabe de antemano que no va a poder hacer carrera en España?
A tenor de la confianza, hay un 40% de media que están más o menos satisfechos, pero la gran mayoría no va a poder quedarse a efectuar ciencia. Yo creo que el auténtico problema es que hay un sector bastante desconocido para el mundo de la investigación, que es el sector empresarial. Ahora mismo, sólo el 34% de nuestros investigadores está trabajando en empresas, mientras que la media de la UE alcanza el 50%, y si nos vamos a Japón y EEUU estamos hablando ya del 70 y del 80%, respectivamente. Es decir, España está compitiendo en la economía del conocimiento sin unos de sus principales baluartes, que es que no tiene investigadores españoles en las empresas. Y es uno de los aspectos que reflejamos en el informe, que investigadores que no tengan unas buenas condiciones laborales en sus universidades o en los organismos públicos puedan ser traspasados a las empresas, donde pueden ayudar a organizar el conocimiento, a buscar nuevas oportunidades empresariales y, por supuesto, a que sean más competitivas. Es el siguiente paso que tiene que dar nuestro país y se trata de una reforma estructural más, como han sido la reforma financiera o la laboral que el Gobierno ha implantado. España tiene que incrementar la capacidad innovadora de sus empresas.

¿Pero por qué no se produce desde la iniciativa privada la mayor parte de la investigación?
Si te acercas a las empresas, te van a decir que quieren pero nadie se lo ofrece. La Administración pública debe ser la que lidere este traspaso de investigadores del sector público al privado, y es una reforma estructural de primer orden. En muchos casos no haría falta tanto dinero, y seguramente haría que España, que ahora mismo tiene un índice de competitividad mundial del 36%, pudiera ascender muchos puestos en muy poco tiempo. Estoy convencido de que son dos mundos, el de la investigación y el de la empresa, que tienen que coincidir lo antes posible.