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Brasil: repetición y analfabetismo empañan una década de mejoras

Mai MonteroMartes, 9 de octubre de 2012
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A pesar de ser una de las economías emergentes dentro del orden mundial, Brasil es un país en el que las desigualdades sociales y la pobreza todavía tienen una presencia muy acusada. La tasa de analfabetismo en personas a partir de los 15 años descendió en 2012, según el Instituto Brasileño de Estadística, de un 9,7% a un 8,6%. Esta cifra, aún estando más cerca de conseguir los objetivos del Foro Mundial de Educación de Dakar para 2015, sigue siendo preocupante ya que quiere decir que son 12,9 millones de habitantes los que son analfabetos.

La actual estructura del sistema educativo comprende la Educación básica, formada por Educación Infantil, enseñanza Primaria y enseñanza Media, y la Educación Superior. Esta última comprende los cursos de graduación de las distintas áreas profesionales, abiertos a candidatos que hayan finalizado la enseñanza Media o equivalente y que hayan pasado el corte en los procesos selectivos. También se incluye en este nivel de enseñanza el Postgrado, que comprende programas de Máster y Doctorado, así como cursos de especialización.

La enseñanza Media es obligatoria para aquellos que de-seen acceder a la universidad. Asimismo, los estudiantes deben pasar por un proceso selectivo para la carrera que elijan. Desde 2009, los estudiantes pueden utilizar la nota obtenida en el Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM) para acceder a algunas universidades del país.

Indicadores Sociales del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística demostraron este mes que la escuela brasileña no ha logrado alfabetizar a 2,1 millones de sus alumnos entre los 7 y los 14 años de edad en los últimos años, que equivalen a un 7,5% del total. De esa cantidad hay que descontar un millón de alumnos de 7 años que están en su primer año escolar y por lo tanto aún en proceso de alfabetización; y otros 605.000 alumnos de 8 años están en la misma situación, porque empezaron más tarde. Las cifras caen en los grados siguientes y en el tercero son 97.000 alumnos sin alfabetizar. El índice alcanza un 10% entre los brasileños de más de 15 años, un 17,2% entre los mayores de 40, y un 1,7% entre los jóvenes de 15 a 17 años.

Por lo tanto, más del 90% de los analfabetos son mayores de 25 años. Además, los niveles de analfabetismo se acentúan en el medio rural, cuyo índice es el triple que en el urbano, y en el nordeste, la región más pobre de Brasil, donde alcanza un 20%.

A la cabeza en repetición
La Unesco reveló algunos datos en 2011 sobre la Educación en Brasil. El informe cuenta los desafíos en relación con la matrícula en Educación en Preprimaria que en 2008 era de un 50%. En Educación Primaria, Brasil tiene una de las tasas de repetición más altas de la región, 24,5%. Este hecho es preocupante pues la repetición de curso aumenta la probabilidad de rendimiento deficiente y abandono escolar. A pesar de esta cifra, en 2008 Brasil tuvo una tasa de escolarización de casi un 95% entre las personas de 15 y 19 años, un 5% por encima del promedio entre los países latinoamericanos. La baja tasa de escolarización en la Educación anterior a la Primaria, sugiere que ambos indicadores podrían estar asociados, ya que el deterioro del aprendizaje en el primer grado de Primaria aumentaría la repetición.

En cuanto a la Educación Secundaria, Brasil mostró fuertes mejoras entre los años 2008 y 2009. En 2009 la matrícula de aquellos jóvenes en edad de asistir a la enseñanza Secundaria alcanzó el 81%, cifra por encima del promedio de los países de la región, la cual se estimó en un 72,8%.

Brasil en PISA
En el resultado global de PISA de 2009, Brasil creció especialmente en Matemáticas, ya que desde los 334 puntos que consiguió en el año 2000, consiguió incrementarlos hasta los 386 en 2009. En Ciencias pasó de 375 a 405 puntos y en Lectura de 396 a 412. Con estos resultados, Brasil se encuentra entre los tres países que más han crecido en Educación en esta década, según la OCDE. Aunque los resultados logrados en esta prueba por Brasil han sido mucho más satisfactorios que en el año 2000, sigue estando lejos de alcanzar los niveles de rendimiento de países de su entorno, como Chile, y sólo se sitúa unos puntos por encima de la media de América Latina.

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