fbpx

Se busca sindicato que piense en el alumno

Martes, 20 de noviembre de 2012
0

Es normal hasta cierto punto que el sindicato ANPE considere que “el Claustro debe ser decisorio en el nombramiento de los directores”. Hace tiempo lo hubiera considera completamente normal, ahora no tanto. Y es que uno empieza a estar un poco harto de esa suerte de esquizofrenia que hace a algunos defender un discurso como sindicato y otro como preocupados por la Educación con mayúsculas. Lo he escuchado tantas veces: “no creo en esto pero es lo que me toca defender…”. Lo mismo podríamos decir de ese doble discurso de patronales, administraciones, asociaciones de alumnos y profesores, facultades de Pedagogía, etc. Son los intereses creados a los que nos hemos referido en tantas ocasiones y que lastran cualquier proceso de mejora en sentido pleno. ¿Y el conveniente consenso? No creo en el consenso como equidistancia, ni como mercadeo, sino como diálogo constructivo que busca el bien para el alumno.
Por eso, si uno lee con calma la enjundiosa entrevista al presidente del sindicato ANPE que publicamos esta semana, se echa en falta una apuesta clara por la mejora de la Educación de nuestros jóvenes. Queda netamente clara la apuesta por la mejora de las condiciones laborales del profesorado, cosa que no tengo duda de que los numerosos afiliados de ANPE agradecerán y yo me alegraré. Pero eso es otra cosa.
Veamos algunos ejemplos. Con la cifras de PISA en una mano y los numerosos informes que recomiendan la potenciación de las instrumentales en la otra, no parece responsable que se obstaculice ese objetivo con el único argumento de que supondría “la reconversión de puestos de trabajo”. ¿Debe estar la Educación de nuestros alumnos al servicio de las condiciones laborales del profesorado o a la inversa? Y entiendo que reconvertirse laboralmente puede resultar traumático especialmente a determinadas alturas de la vida.
Otro ejemplo. ANPE sigue apostando –con matices pero en definitiva– por una elección democrática del director, en contra de la práctica de la mayor parte de países de la OCDE, de numerosos informes y la experiencia en nuestros propios colegios en los que ser director con frecuencia sigue siendo, dicho finamente, ingrato.
Hace tiempo hubiera pensado que el discurso de un sindicato no puede ser otro. Ahora creo que sí puede y debe.

0