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Termina una etapa marcada por el “esocentrismo”

Martes, 29 de enero de 2013
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La Educación es pasto de prejuicios ideológicos, ya lo sabemos. El que escribe, con frecuencia tiene que hacer su particular karma mental para no sesgar la realidad y tratar de ser honesto con los lectores y consigo mismo. No dejes que la realidad estropee un buen prejuicio… Esta profesión, al menos, tiene la ventaja de que haces callo a fuerza de escuchar a todos.
Prejuicios como los de determinado pensamiento de izquierdas cuando tacha a la FP de itinerario basura, segregación temprana, etc. No son conscientes del enorme daño emocional que ocasionan con esas descalificaciones a los estudiantes que elijan esa opción. Hablan desde la lejanía de un despacho o de un organismo tan preocupado por la Educación como distante de la realidad educativa. Cómo contrastan esos planteamientos con la visión de la FP del director del IES “Julio Verne” al que entrevistamos la semana pasada: “No podemos esperar a que los chicos fracasen para darles una alternativa. La FP no es para quien no es capaz de hacer Bachillerato, es para quien se le ha preparado desde antes para entrar en ella”.
¿Puede haber algo más injusto que devolver a sus casas al 30 por ciento de los alumnos? Nunca he entendido cómo la izquierda no ha cogido la bandera de la protesta contra el fracaso escolar. O sí lo entiendo, porque hay algo peor que escuchar esa cifra y es tener que verles fracasando escolarmente cada mañana y que tus prejuicios ideológicos no te permitan hacer nada al respecto. Prefieren que estén casa y que formen parte de una estadística a tener que enfrentarse con una realidad que no soportan. Recuerda a esos regímenes utópicos que finalmente optan por ocultar la miseria y expulsar del paraíso a los miserables.
La semana pasada publicamos un magnífico análisis de Pablo Rovira a partir de datos de la EPA que revelaba que la mitad de los jóvenes que deja sus estudios no tiene título de ESO y que probablemente muchos de ellos no hubieran abandonado si se les hubiera ofrecido una alternativa a tiempo. Pero da igual porque quizá el problema sea ese: que seguimos hablando de la FP como de alternativa y tendríamos que ponernos a hablar del Bachillerato o de la ESO como alternativas a la FP. Un poquito de cambio cultural no vendría mal.

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