fbpx

Maestros ejemplares ante tanto mal ejemplo

Martes, 19 de febrero de 2013
0

Pocas veces se ha hablado más de ética y de ciudadanía en este país como en estos últimos años y pocas veces como ahora nos hemos sentido tan enfangados, tan apestados. Dicen que se puede establecer una relación directa entre el número de veces que el término “ética” aparece en el diario de sesiones del Congreso y el número de casos vivos de corrupción política. No lo sé, pero sí parece claro que hablar sirve de muy poco cuando se trata de modificar conductas, de formar personas en el sentido más profundo de la palabra. Lo valores no se enseñan, se trasmiten, se inculcan… Era Einstein quien decía que “el ejemplo no es la mejor manera de influir en los demás, es la única manera”.
El ejemplo y, desgraciadamente, abunda el mal ejemplo. Me interesa menos el detalle de los casos de corrupción, en los que mis colegas ya menudean a todas horas suficiente e impúdicamente, como ese mal ejemplo que estamos mostrando a nuestros jóvenes. ¿Qué hay detrás de esas complejas tramas, de ese tráfico de influencias, de esas redes, operaciones de blanqueo de capitales, etc.? A veces los términos son tan ‘cool’ que parecen fechorías con clase y, sin embargo, lo único que hay detrás es vicio, codicia, falta de dominio…, bajeza moral en suma.
La semana pasada dábamos cuenta del grado de deterioro a que son sometidos los IES cuando son tomados por el Sindicato de Estudiantes. No por las ideas que defienden, sino por las actitudes de insubordinación, amenazas, agresividad verbal, daños a las instalaciones de los centros, desprecio del adversario, etc. Me contaba recientemente un representante de una administración educativa que, de visita a uno de estos IES, comenzó a ser increpado e insultado gravemente por un grupo de estos chavales ante la pasividad del Claustro de profesores con el equipo directivo a la cabeza. Me decía que no le preocupaban tanto los insultos hacia su persona, como el deterioro moral a que estaba siendo sometido ese IES. “Ese centro ya no hay quien lo levante”. Y es cierto, ya pueden ir docenas de ‘savateres’ o ‘marinas’ a pronunciar emotivas conferencias sobre ciudadanía que harán falta otros tantos buenos ­–a veces, heroicos– ejemplos de anónimos maestros para que vuelva a brotar la hierba en ese instituto.

0