“El niño se engancha más si la lectura obligatoria es atractiva”

Bibliotecaria desde hace más de 30 años, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en la Universidad Complutense de Madrid, donde fue responsable de la informatización de toda la red de bibliotecas de la universidad. Desde el pasado mes de febrero, Ana Santos Aramburo es la nueva directora de la Biblioteca Nacional de España (BNE). Afronta su nuevo cargo con mucha ilusión y con ganas de promocionar todo el abanico de actividades educativas del que dispone la Biblioteca.

¿De qué actividades dispone la Biblioteca para los alumnos?
Son actividades enfocadas al conocimiento del mundo del libro y de la lectura. Las actividades para colegios las hacemos a través del Museo de la Biblioteca Nacional, que está en el mismo edificio [en Paseo de Recoletos 20, Madrid]. Y hay todo tipo de actividades. El museo es muy didáctico en sí mismo, es una historia del libro como soporte. Y al final hay un aula dedicada al Quijote donde los alumnos pueden jugar con diversos tipos de vídeos o juegos interactivos que cuentan la historia del libro a través de las colecciones. Hacemos también unas pequeñas exposiciones temporales. Y además hay muchas actividades entre semana y los fines de semana, todas relacionadas con el mundo del libro y del conocimiento. Hay talleres, cuentacuentos, ejercicios prácticos, concursos entre colegios… Todas estas actividades pueden consultarse a través de nuestra página web [www.bne.es/es/ Actividades/].

Supongo que estas actividades pueden ayudar al niño a interesarse mucho más por la lectura.
Los niños son como esponjas. Es muy importante que se aprovechen estos años para darles todo lo que a lo largo de su vida les va a servir para ayudarles a crecer como personas. Salen todos muy contentos de todas las actividades del museo.

¿Cómo se puede estimular el hábito de lectura en los niños?
Yo no soy experta en lectura ni pedagoga, pero sí puedo contarte mi experiencia personal como madre. Mis hijos son ya mayores, pero desde que eran pequeños he intentado siempre leerles cuentos por la noche, llevarles a bibliotecas públicas –tenían su carné de socio desde muy pequeños–, llevarles a librerías donde hay espacios abiertos para que los niños puedan coger libros. Luego pasaron una época adolescente en la que no leían absolutamente nada y yo pensé que todo mi esfuerzo durante esos años se había echado a saco roto y que jamás iban a leer. Ahora son adultos y me han sorprendido gratamente porque son lectores voraces. Es muy importante sembrar desde que son muy pequeños con un esfuerzo continuado, que no es fácil para padres y madres que trabajan y llegan a su casa muy cansados, pero es un esfuerzo que merece la pena. Y si de niño se coge ese hábito, aunque a lo largo de la vida se abandone, en un momento determinado se puede recuperar.

Es decir, que el papel de la familia en el hábito de la lectura es fundamental. ¿Más que el del colegio?
El papel es muy compartido. En creación de hábitos, el entorno educativo es clave, y la familia tiene un papel protagonista, pero también los colegios. Sería trascendente que todos los centros tuviesen bibliotecas escolares, lo que ayudaría mucho a los profesores para iniciar a los niños en el uso de un mundo lleno de recursos e información que no saben cómo acceder a ellos. Y, por supuesto, a los niños les abriría un mundo nuevo de experiencia y conocimiento que sin una biblioteca es imposible de alcanzar.

En todos los informes internacionales, en nuestro país los alumnos no obtienen un buen nivel en comprensión lectora. ¿Cómo podría abordarse este problema?
Es un problema gravísimo porque condiciona todo el proceso de aprendizaje, y es algo que desde muy niños se debe cultivar. Yo creo que es muy importante que en los planes de enseñanza se incida en aquellos aspectos que son básicos, que son troncales para el aprendizaje de otras asignaturas, como la lectura y la lengua. Y también creo que es muy importante que las lecturas obligatorias sean de libros atractivos. Yo recuerdo que cuando mis niños tenían 13 o 14 años, su lectura obligatoria en el colegio era La Regenta o El Quijote. Al final lo que se hace es leer una especie de resumen. Si la lectura obligatoria fuese más atractiva, el niño termina enganchándose y comprendiéndola mejor. No se puede entender aquello para lo que no se está capacitado.

También vivimos en una sociedad en la que el niño tiene acceso a multitud de dispositivos que lo alejan del libro.
Desde luego que nos movemos en un mundo donde la cultura audiovisual es mayoritaria, pero también puede ser una oportunidad para fomentar la lectura y la comprensión lectora. Hay libros digitales que son muy atractivos para los niños. Y probablemente un niño se enganche más a un libro digital que a un libro en papel, puesto que le abre un mundo de posibilidades que el libro en papel no le puede ofrecer. Yo creo que el éxito sería acertar con el tipo de ediciones digitales para niños y que sirviesen para fomentar su curiosidad intelectual. Seguramente serían una buena vía de enganche.

¿Cree entonces que no damos a los niños todas las facilidades que necesitan en esta época para engancharse a la lectura?
Los niños son muy inteligentes, y son capaces de seleccionar lo que es bueno y lo que es malo. Cuando ellos tienen una buena oferta, tienen una buena respuesta. Pero muchas veces no es fácil saberlo hacer por parte de los adultos.

Si nos centramos en los alumnos de etapas superiores, ¿cómo puede servir la Biblioteca para sus proyectos de estudio e investigación?
La BNE es el depósito del saber producido en español, por lo tanto aquí tienen todo lo que quieran consultar. No tenemos información científica en inglés ni bases de datos especializadas en disciplinas no relacionadas con las humanidades, la historia, el arte y la literatura. Para esto disponen de las bibliotecas universitarias que tienen muy buen servicio de apoyo a la investigación y a la docencia y son sus fuentes básicas para el resto de disciplinas. Pero la BNE está abierta a todos los investigadores. De hecho tenemos una parte importante de nuestras colecciones digitalizadas a través de la Biblioteca Digital Hispánica y son cientos de miles las consultas recibidas a nivel na-cional y también internacional.

Usted, que procede del ámbito universitario, ¿qué opina acerca de la investigación española?
La investigación española produce, tiene muy buenos resultados, creo que es un campo que es fundamental que se apoye y que sirva como motor de desarrollo para la sociedad. Bien es cierto que compite en un entorno muy difícil, donde la lengua mayoritaria es el inglés. Pero la investigación española es muy puntera en algunos campos.