Inteligencias múltiples en la Lomce
Me niego a reducir el análisis de la Lomce a algo que afecta a 17 familias catalanas y a una asignatura optativa, la Religión. ¿Alguien no se ha enterado de que nos acercamos a los dos millones de víctimas del fracaso escolar? ¿Que ya somos los últimos de la UE en tasa de abandono educativo? ¿Que el 45% de los jóvenes en paro no tiene la ESO? Hasta aquí nos ha traído la rigidez de un sistema educativo inspirado en el principio de que fuera de la ESO no hay salvación. Dicen los críticos de la Lomce que es una contrarreforma. Ojalá lo fuera.
Una de las claves de esta contrarreforma es la flexibilización de la ESO. Se puede afirmar sin género de dudas que los nuevos itinerarios que ahora dibuja la Lomce hubieran evitado algunos cientos de miles de quienes han sido víctimas del fracaso escolar. No es Educación-ficción, puesto que ya estamos comprobando cómo las medidas de flexibilización que introdujo la LOE –tímidas, pero algo es algo– ya están reduciendo esas cifras.
Este nuevo paradigma, además, engarza a la perfección con la estimulante teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2011. La inteligencia, dirá Gardner, no es una cantidad que se pueda medir con un número, como lo es el coeficiente intelectual. No es una sola, sino que existen tipos distintos. Por eso, el trabajo del buen maestro consistirá en estimular esas potencialidades en los niños en un clima activo y afectivo. Gardner dirá que Einstein no es más ni menos inteligente que Michael Jordan, simplemente sus inteligencias pertenecen a campos diferentes. Para este profesor de Harvard existen ocho inteligencias: lingüística, lógica-matemática, corporal-cinética, visual-espacial, musical, interpersonal, intrapersonal y naturalista.
Todos nuestros jóvenes, los que titularon en ESO y los que no pudieron con los logaritmos o se durmieron con el Siglo de Oro… son formidables en alguna de esas ocho inteligencias. Sólo necesitamos profesores que sepan detectar esas potencialidades y un sistema de varios carriles en el que quepan todos. Menospreciar un carril u otro es no entender la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner (no entender al ser humano, en definitiva) o dejarse llevar por prejuicios.